martes. 30.04.2024

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Isel Sánchez Vega | @IselSv

Todos tenemos en el recuerdo un profesor que nos marcó, que apostó por el verdadero aprendizaje y por ahondar en las cualidades de sus alumnos por delante de lo que prioriza el sistema educativo que consiste en ni más ni menos que memorizar y escupir lo que pone en un libro de texto. “Menudas Piezas” es un homenaje a estos maestros y ya se encuentra en cartelera gracias a Paramount.

La película arranca con una escena muy potente en la que el personaje interpretado por Alexandra Jiménez descubre que su marido, y director de la prestigiosa escuela donde ambos trabajan, tiene una aventura. Después de “montar un pollo” delante de todo el colegio decide volver a su barrio de toda la vida donde se encargará de una clase de apoyo integrada por chavales desmotivados y conflictivos. El espectador aún no se ha acomodado en la butaca, la pantalla le ha atrapado desde la primera escena y la cinta tiene un ritmo tan alto y una duración tan discreta que va como un tiro.

“Menudas Piezas” es un cóctel de emociones sencillo pero efectivo y que demuestra que tanto delante del tablero como en otros ámbitos más generales de la vida todos estamos al mismo nivel

Dos historias se encuentran en el mismo camino: la de volver a los orígenes humildes, aceptar de dónde vienes y aprender a tratar a los demás como iguales y la de que no te tomen por fracasado y reconozcan tus méritos. Los dos mundos chocan desde que se conocen. Ellos son los fracasados y ella la pija, o la “Luisvi” como le llaman los estudiantes por la marca de bolsos, y a pesar de que chocan mucho al principio ella, a través del ajedrez, les demostrará que son capaces de hacer grandes cosas.

Alexandra Jiménez está mejor que nunca. La actriz ofrece un rango actoral considerable, dentro de los límites de un producto de estas características, y se mueve de maravilla entre la comedia y el drama atreviéndose hasta con las batallas de gallos. El reparto está lleno de nuevos talentos, que como bien comentaron Nacho y Alexandra en la premiere de Madrid aportaron frescura y entusiasmo en el rodaje, cosa que se nota claramente en pantalla. Destacan la principiante Rocío Velayos como la abusona embarazada que se roba la pantalla en cada escena o el divertidísimo Kiko Bena.

Si algo se le ha dado bien históricamente a la televisión y al cine español es la capacidad para crear personajes cercanos para el público y este es un claro ejemplo de ello. En el momento en el que como espectador estás dentro de la historia y conectando con los protagonistas, la película te engancha y le perdonas casi todo. En este caso la mayor parte del mérito lo tienen estos jóvenes debutantes con ganas de hacer grandes cosas.

Su tono es engañoso ya que parece ser una comedia blanca, pero sorprende con momentos dramáticos que chocan con el carácter inicial de la cinta. Aun estando menos acotada de lo que parece los momentos duros están tratados de manera que los pueda disfrutar toda la familia. La película es lo que es, peca un poco de previsible y no tiene grandes pretensiones, además de tratar un tema al que el cine ha recurrido en varias ocasiones, pero transmite tantas buenas vibraciones que la termina rodeando un aura especial. La experiencia en cine es altamente recomendable ya que contagia su espíritu optimista y el mundo se ve de otra manera, al menos por unas horas.

“Menudas Piezas” es un cóctel de emociones sencillo pero efectivo y que demuestra que tanto delante del tablero como en otros ámbitos más generales de la vida todos estamos al mismo nivel.


Duración: 99 min.
País: España
Dirección: Nacho G. Velilla
Género: Comedia
Estreno en España: 10/04/24
Reparto: Alexandra Jiménez, María Adánez, Francesc Orella, Luis Callejo, Miguel Rellán, Rocío Velayos, Pablo Louazel, Verónica Senra, Kiko Bena, Tuoxin Qiu, Alain Hernández, José Manuel Poga, Saida Benzal

Sinopsis: Candela cometió el error de pensar que el ascensor social solo funciona en una dirección, la de subida. Y ahora, tras un traumático e inesperado divorcio, pierde su trabajo en un colegio de élite. Por eso Candela tiene que volver al barrio del que salió y pedir ayuda a su hermana y su padre, esos a los que lleva años mirando por encima del hombro. Es hora de recolocar las piezas en el tablero, empezar de cero y buscar una segunda oportunidad. Pero la única que encuentra es dar clases en su antiguo instituto a estudiantes con problemas de integración. Pasa de la crème de la crème, a la crème de la mediocridad. Lo que Candela no se espera es que con ellos aprenderá que lo importante no es quién fuiste ayer, sino quién eres hoy; que un grupo de perdedores por los que nadie da un duro pueden acabar siendo campeones de España; y que, en el ajedrez, como en la vida, no importa si eres rey o peón, porque al final de la partida, ambos acaban en la misma caja.

'Menudas piezas': el ajedrez como lección de vida