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Ignacio Martínez de Pisón
Ignacio Martínez de Pisón (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Ignacio Martínez de Pisón: “Es hora de escribir la historia de España del siglo XX que no se ha contado”

Por Javier Velasco Oliaga
domingo 15 de abril de 2018, 01:00h

Hasta ahora creíamos que el dictador Francisco Franco era un contumaz asesino de sus rivales político, ahora gracias a Ignacio Martínez de Pisón descubrimos que, además, era un tremendo ingenuo que creía que se podía convertir el agua en combustible.

Filek
Filek

Filek” es la historia de un supuesto químico austriaco llamado Albert von Filek que en la década de los años treinta vino a España para vender una fórmula química suya con la que con un 75% de agua y otra parte de jugo de remolacha podía hacer un combustible que le hiciese la competencia a la gasolina. Esta historia de pícaros no cayó en saco roto y el dictador del fino bigote se tragó la añagaza hasta las trancas.

El astuto austríaco, que contaba que provenía de una aristocrática familia del Imperio Austrohúngaro y que había luchado en la Gran Guerra con mando en plaza cuando era hijo bastardo de una joven y peleó en dicha guerra como soldado, consiguió engañar a toda la jerarquía franquista con un cuento que no se sostenía por ningún lado. Filek contaba que, en su lejana tierra, Carintia, conocida como el país de los mil lagos y por sus aguas termales; el agua del río Glanfurt tenía la propiedad de convertirse en un combustible que cambiaría la historia de la locomoción. Daba la casualidad de que el agua del río Jarama tenía similares propiedades. Los prebostes franquistas se lo tragaron como unos auténticos pardillos.

El tal Filek, estuvo encarcelado por estafador durante los años de la República y en la cárcel Modelo de Madrid, en pleno barrio de Moncloa, coincidió con Serrano Súñer y otro tipo parecido a él, el simpar Rafael Suñén Beneded que decía haber patentado una fórmula suya en Francia con la que había fabricado gasolina sintética. Este supuesto inventor terminó fusilado en Paracuellos del Jarama, Filek se libró por ser extranjero. “Filek tuvo apoyos en el segundo gobierno militar franquista. Todos daban por bueno su invento salvo el ministro de Hacienda José Larraz, el único inteligente de ese gobierno, que no se creyó tan burdo engaño. Puede ser que algún que otro ministro no dijese nada por miedo al dictador”, cuenta Ignacio Martínez de Pisón en la presentación a los medios de comunicación de su nuevo libro.

Filek” es una novela curiosa y divertida en el más puro estilo del género picaresco, Filek fue un Lazarillo del siglo XX de que, sorprendentemente, “no se había escrito ningún libro sobre él”, dice el autor zaragozano. La historia le cayó de modo accidental al escritor y le picó tanto la curiosidad que estuvo tres años documentándose en los archivos periodístico de los periódicos, ABC y La Vanguardia, también consultó diversas fuentes, como el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

“Cuando se dieron cuenta de la trama urdida por Filek, a raíz de la investigación que se realizó sobre sus andanzas, volvió a ser encarcelado y se le terminó entregando a los aliados en 1.946 como nazi, cuando en realidad no lo había sido nunca”, cuenta Martínez de Pisón y añade “supo construir una narrativa sólida. Decía que había registrado su fórmula y lo llegó a hacer hasta en cinco ocasiones, pero en ninguna llegó a pagar las tasas administrativas que se le requerían”.

Hay pocas novelas sobre la guerra civil y menos aún sobre el primer periodo autárquico del franquismo

Ignacio Martínez de Pisón dijo que toda esta historia no podría haber sucedido con un gobierno que no se rigiese por los “criterios cuarteleros del dictador, colocó a militares sin preparación técnica en ministerios claves, entre otras cosas”. Sería difícil comprender esta historia si en esos tiempos hubiese gente razonable en el gobierno. “Cuando se hicieron unos análisis rigurosos en la Escuela de Minas de Madrid, toda la historia saltó por los aires”, subraya el escritor.

Pese a toda la documentación que pudo recabar el escritor aragonés, quedan muchas lagunas por resolver. “Ahí es donde entra en juego la imaginación del escritor, al no poder recabar testimonios reales, tuve que conjeturar algunas cosas que pudieron ocurrir”, explica Ignacio con convicción y solvencia. “Es hora de escribir la historia de España del siglo XX que no se ha contado”, afirma con seriedad.

“Hay pocas novelas sobre la guerra civil y menos aún sobre el primer periodo autárquico del franquismo”, subraya con efusividad. Sin embargo, Ignacio Martínez de Pisón sí ha contado en algunas de sus novelas esos periodos y lo ha hecho tanto en libros de no ficción como en novelas. “No es lo mismo los primeros años del régimen genocida, donde llegó a fusilar a más de 50.000 rivales que los últimos años del franquismo”, apunta.

Lo que sorprende de esta historia es la ingenuidad de una dictadura que se creyese las burdas patrañas de un estafador que ya tenía la calificación de indeseable desde tiempos de la Segunda República. Franco amante del esoterismo dio pie para ocurriesen este tipo de cosas. ¡Menos mal que no utilizaron el brazo incorrupto de Santa Teresa para fabricar ese combustible que iba a cambiar nuestra historia!

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