viernes. 19.04.2024
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Lina Tur Bonet ofrece este viernes 19 de abril un “viaje a las partitas de Bach”

Como parte destacada de la edición para este 2019 de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, la violinista española Lina Tur Bonet ofrece este viernes 19 de abril un “viaje a las partitas de Bach”: una interpretación para violín solo en el marco incomparable del Espacio Torner de manos de esta excepcional intérprete de origen ibicenco que, a pesar de su juventud, ha sido ya distinguida con una enorme cantidad de críticas y reseñas internacionales absolutamente favorables. Creadora del grupo especializado MUSIca AlcheMIca, docente, solista y directora, Tur Bonet puede presumir de poseer una enorme y profunda formación en ámbitos aparentemente dispares como podrían ser los de la música barroca o romántica, la clásica o la contemporánea. Abordando siempre el repertorio desde una ausencia de prejuicios que sólo es posible desde un conocimiento realmente amplio y desde una sana curiosidad personal, este programa en torno al violín barroco y la música de J. S. Bach (su Partita para violín nº3 y su Sonata nº2 en la menor), supone uno de los principales atractivos de la presente Semana de Música Religiosa.

Hachè Costa.- El Espacio Torner, en Cuenca, lugar donde se encuentra programado su concierto, es uno de los templos más significativos de todos los relacionados con el Arte Contemporáneo que pueblan la ciudad; un espacio habitual dentro de la Semana de Música Religiosa que parece proponer un diálogo entre contemporaneidad y un pasado ya lejano. Aparte del mero disfrute sonoro... ¿Puede seguir aportándonos un mensaje cercano una música escrita hace más de 500 años?

LINA TUR BONET.- Esta música en concreto que voy a tocar tiene ahora casi trescientos años, y se sigue considerando una obra cumbre de la historia, sigue conmoviendo e inspira lecturas y literaturas. Nadie que la haya escuchado deja de tener esa sensación inconmensurable. Justo en estos días reflexionaba sobre ello al presenciar el incendio en Notre Dame, y cómo la parte realmente más antigua es la que ha sobrevivido, así como la profunda emoción que todo lo ocurrido ha despertado en tantas personas de todo el mundo. Tenemos mucho que aprender de la sabiduría antigua, hay algo que casi “portamos” en nuestro ADN de todo ello. Los clásicos se releen siempre, y es así porque lo que ha sobrevivido tantos siglos tiene que ser realmente excepcional, lo mejor que ha dado el ser humano en la historia, y porque cuando un artista conecta con nuestro interior, con verdades y sentimientos universales, ya no perece nunca, porque se filtra en nosotros, es atemporal y es de todos. Precisamente, uno de mis proyectos es interpretando música contemporánea y del siglo XVII en el mismo concierto, y suelo realizar trabajos multidisciplinares con todo tipo de artistas contemporáneos. Ese diálogo me parece fundamental, por todo lo que nos aporta.

TUR_BONET_1H.C.- A pesar de haberse ocupado con detenimiento de otros períodos históricos, usted es principalmente una solista especializada en violín barroco. ¿Qué peculiaridades ofrece al público profano este instrumento, más allá de la partitura histórica en sí misma?

TUR BONET.- Estoy especializada en ambos, el violín barroco y el romántico-contemporáneo, lo cual me llevó obviamente el doble de estudio. Recientemente interpreté en Tokio música de Takemitsu, Hosokawa y un estreno de Sánchez Verdú, por poner un ejemplo, o hace dos semanas tocaba el concierto de Mendelssohn. Ese contacto constante que tengo con el repertorio de violín a lo largo de cuatro siglos es lo que me confirma que es uno de los instrumentos rey. Y es justamente en el barroco cuando alcanza este status que ya nunca abandonará. Todos los grandes compositores han escrito para él, hay una literatura vastísima y magnífica. En concreto en los ss. XVII y XVIII, aún está muy cercano a su oficio primigenio de acompañar al canto o a la danza, y eso se escucha en esas composiciones y lo hace muy accesible y muy inmediato. Es por ello que la interpretación barroca goza de tanta popularidad hoy en día, porque en seguida nos llega y nos mueve, y porque pretende conmover, que era la máxima barroca. Para ello, el violín es un instrumento ideal, y las cuerdas de tripa son algo tan orgánico, incluso en su imperfección, que nos va directo al corazón.

H.C.- Más allá de lo relativo al presente concierto, usted ha alcanzado una mayor relevancia internacional, si cabe, en base a su trabajo en torno a partituras inéditas de Antonio Vivaldi. ¿Qué podría contarnos acerca de este trabajo tan peculiar y significativo?

TUR BONET.- Fue para mi una honra la propuesta que me hicieron de poder contribuir a este legado tan creativo y genial. Como español no es siempre fácil que nos llegue una oferta de tales dimensiones, y con mi grupo MUSIca ALcheMIca ya hemos grabado dos CDs íntegros con inéditos del veneciano, que además tuvieron una acogida internacional espectacular, con recomendaciones y premios. Aparte de todo esto, a mí personalmente me ha hecho crecer mucho como artista el poder estudiar y compartir tanto tiempo con un genio así. Creo que una de las enormes fortunas de ser intérprete es poder pasar las horas de trabajo conociendo mejor a los grandes compositores de la historia. Es una bendición que compensa el enorme esfuerzo y estudio que debe realizar un violinista.

H.C.- Volviendo a las posibles peculiaridades instrumentales relativas a los instrumentos históricos, una de las curiosidades que usted ha recuperado es ese curioso procedimiento denominado violín “in tromba marina”...

TUR BONET.- Sí, es una más de las extravagancias y experimentos barrocos, siempre buscando las rarezas y los límites. Suena con una mezcla de fealdad y belleza muy peculiar e interesante, que demuestra que no todo tiene que ser simétrico o apolíneo para hablar al corazón.

H.C.- Además de intérprete y docente, usted es igualmente directora. A pesar de que la presencia de ejecutantes femeninas siempre ha sido relativamente proporcional con respecto a sus homólogos masculinos, parece que en lo tocante a la dirección no podríamos afirmar nada semejante…

TUR BONET.- Las mujeres ya hemos afianzado nuestro lugar como intérpretes, lo cual no siempre fue así ¡Ojalá se pudiera decir lo mismo de todas las profesiones! Dirigir es aún una rareza, aunque las directoras estamos brotando por todos lados. Creo que entre los músicos no es ya algo que extrañe en general; pero como en todo, siempre hay casos de sensibilidades de género -incluso algunas tan arraigadas que parecen “normales”- y hay que seguir luchando para que sea algo absolutamente habitual. Pienso que llegaremos a ello cuando no tenga que ser un tema que comentar, una pregunta obligada… y, sin embargo, parece que aún hace falta señalarlo.

H.C.- Las mujeres directoras parecen no existir, pero tampoco los programas políticos en torno al mundo de la Cultura. Abril de 2019, campaña electoral, y apenas hay propuestas definidas por parte de ningún partido…

TUR BONET.- Expuse indignada algo así hace unos días en una red social, y un amigo comentó algo fantástico: “Durante la segunda guerra mundial en un consejo de ministros de Churchill, alguien propuso recortar el presupuesto de cultura para invertirlo en la guerra. Churchill preguntó: Si no es para la cultura entonces para qué luchamos?”. Yo no lo puedo explicar mejor.

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“Lo que ha sobrevivido tantos siglos tiene que ser realmente excepcional”
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