viernes. 29.03.2024

...Quizá para huir de la realidad, como en los tiempos oscuros de la Dictadura, escondiendo sentimientos y frustraciones detrás de los colores de la camiseta de su equipo.

Están eufóricos los madridistas, no sólo por el magnífico equipo que tienen y el espléndido momento de juego, sino porque ya aparecen sesudos analistas del fútbol-política para equiparar la caída de Zapatero con la del Barcelona. Viene Rajoy, es el momento de conjuntar banderas blancas con las azules. Es posible, aunque el fútbol se juega en el césped y no en los parqués de la Carrera de San Jerónimo. Aunque así fuera, espero que no pasemos del bipartidismo futbolístico a aquello tan manido del equipo del Régimen.

Veo muy fuerte al Madrid, mucho, consolidado, pero con un claro estilo mouriniano. Quiero decir que se aleja del “estilo español” del Barça y la Selección para acercarse al del Inter que le ganó la Copa de Europa a los culés. Llevan algunos partidos donde han abandonado “el estilo directo” de marcar gol en tres toques a una velocidad de vértigo. Es un modelo distinto al del Barça, pero es un modelo. Por el contrario, en el magnífico partido que hicieron en Mestalla vi el trabajo perfecto de un cirujano diseccionando al equipo contrario hasta el minuto 71 que iba ganando 0-2. Pero aquello era Mestalla donde juegan Albelda y Soldado que, después de desperdiciar el primer tiempo, tocaron la trompeta y estuvieron a punto de empatar un partido que acabó en 2-3. Una de esas victorias que pueden dar un campeonato.

Dos horas antes el Barça recibía al Zaragoza bajo la polémica del cansancio de Messi. El partido, 4-0, no tuvo mucha historia. Lo habitual en el Camp Nou. Tal discusión me resulta un poco absurda porque no comprendo que un chaval de poco más de veinte años, un profesional de su trabajo, que ni siquiera ha llegado a la plenitud de la vida y de su fuerza, esté cansado por jugar cada tres o cuatro días, o por viajar muchas horas en el magnífico sillón de primera de un avión.

Aspectos humanos y salvajes en el fútbol

Me estoy olvidando de los leones de Bielsa que empezaron titubeantes y que, una vez que han asimilado los nuevos conceptos, juegan de maravilla aunando su fuerza tradicional con la calidad que el fútbol español demanda. Y si no que se lo pregunte al Sevilla, ése equipo que fue capaz de hacerle un partidazo al Barça en su propio campo y que, sin embargo, sucumbió en el segundo tiempo ante los vascos. Para parar a Kanouté Bielsa sacó tres centrales y adelantó a sus laterales con tan buen resultado que cada uno marcó un gol. Ya no destacan sólo Muniaín o Llorente. Ahí están Ander Herrera, Susaeta o De Marcos. Tiene muy buena pinta este equipo.

Fuera de los grandes, la jornada tuvo color rojiblanco. Ganaron los bilbaínos y ganaron Sporting y Atleti. Los primeros lograron tres puntos merecidos ante uno de sus rivales, el Getafe, para alejarse de los puestos de peligro. Y los del Manzanares, con la espada de Damocles del público amenazando la cabeza de Manzano, superaron a un fiero Levante con más tranquilidad que la que señala un apurado resultado de 2-3. Falcao estaba lesionado pero no Adrián ni Reyes, ni mucho menos un retrasado Diego que, bien escoltado por Mario Suárez, dio una lección de fútbol. Ahora viene el Madrid, a ver si Manzano sabe colocar a los jugadores.

Los árbitros estuvieron en su línea. En Valencia con 2-3 en el marcador, posible mano de Higuaín caído en su área que el trencilla no vio como tal. Todavía se está discutiendo sobre el asunto. En el Manzanares, con 0-0 en el marcador, Farinós arrolla con las dos piernas a Adrián y tarjeta para el atlético por disimular. Es verdad que su labor es difícil y que siempre queda el beneficio de la duda. El problema está en que esa duda siempre cae a favor de los mismos.

Afortunadamente en un deporte tan competitivo donde se mueve tanto dinero, de vez en cuando aparece una palabra, solidaridad, casi borrada del diccionario, en forma de apoyo a una causa justa. Esta jornada le tocó a Martins, jugador del Granada, que está luchando como gato panza arriba por salvar la vida de su hijo. Lo agradeció marcando un magnífico gol. Esa visión humanista no le debió parecer bien al salvaje, menor de edad para más inri, que le lanzó un paraguas al linier para conseguir la suspensión del partido. Espero quede en un incidente aislado y que no sea un reflejo de las tensiones que sufre una sociedad inmersa en una crisis terrible. En fin…lo dejo aquí. Señoras, señores, amen la vida, amen el fútbol…porque nos va a hacer falta con lo que queda por caer.

El Athletic de Bielsa es la revelación de la temporada