viernes. 29.03.2024

Feria del Libro. Todo el mundo habla de Don Quijote. Y yo no voy a ser menos. En este caso de un capítulo de la novela que nos viene de mil maravillas para analizar la actualidad de España, este lugar de Europa de cuyo nombre a veces no queremos ni acordarnos…

Me refiero, claro está, al capítulo de la novela en el que Don Quijote libera a los galeotes que iban presos a galeras. ¿Qué hubiese hecho Don Quijote si entre los galeotes que liberó hubiese ido Bárcenas, Fabra, los políticos de los ERES y la Gurtel o el líder de Manos Limpias, Miguel Bernat...?

En primer lugar refresquemos la memoria sobre el capítulo de la novela. Recordemos que el hidalgo manchego se encuentra con una fila de galeotes encadenados que iban condenados por una serie de delitos a pasar unos años en galeras. Don Quijote al oír que era gente que “iba forzada”, en seguida empieza a preguntar a cada uno de los galeotes las razones por las que tenían que sufrir tal castigo.

El primer galeote al que pregunta Don Quijote le responde que “iba preso por enamorado”, claro está, por “enamorado de lo ajeno”… Estos galeotes enamorados de lo ajeno hoy en día podrían ser cientos de políticos de nuestro país, los de los ERES o aquellos que eligieron como enamoradas a empresarios a los que ofrecían recalificaciones a cambio de favores “amorosos” no tan limpios. Un ejemplo de estos amantes lo tenemos en Fabra, que ha pasado “a la sombra” un tiempo aquejado de ese mal de amores, pero al que la justicia no ha dudado recientemente en ofrecerle el tercer grado demostrando una vez más que “enamorarse de lo ajeno” en este país no sale tan caro.

Otro galeote con los que se topó Don Quijote iba a galeras “por canario”, es decir, por cantar sus delitos y los de otros. A mí este galeote me recuerda a Bárcenas, aquel de “Sé fuerte, Luis”, ese mismo que dejó de ser fuerte cuando se vio abandonado por sus colegas de partido y empezó a “cantar” lo de la caja B del PP y lo de lo sobres a los altos cargos del partido. A algunos, claro está, la canción de este “canario” no les gustó nada.

Otro de los condenados a galeras dijo que iba “por faltarle diez ducados”, a lo que Don Quijote le respondió que él “le ofrecería veinte para redimirlo de la pena”, pero claro, el galeote le aclaró que le faltaron esos diez ducados para poder dárselos al tribunal de justicia y quitara la demanda. Pues parece que este delito es parecido a lo que supuestamente hacía el líder de Manos Limpias, Miguel Bernat, que al parecer chantajeaba a grandes empresas para quitar las demandas impuestas, algo que por cierto no hubiese sido posible sin la connivencia de algunos jueces y fiscales que hacían oídos sordos. El galeote/imputado Miguel Bernat, que lo mismo denunciaba a Podemos que a los Lunnis, a Arthur Mas o a la CUP y que luego muchas de sus denuncias eran clasificadas… Al parecer todo un ejemplo de “manos limpias”… En fin, la realidad utiliza a veces la ironía del lenguaje mejor que el propio Cervantes, porque de manos limpias se ve que nada de nada.

Y frente a todo esto, una pregunta: ¿Qué haría Don Quijote con estos “modernos galeotes” si se los encontrase camino de Alcalá Meco? ¿Los liberaría como a los galeotes de la novela? Pues sinceramente no lo sé. 

Lo que sé seguro que Don Quijote hubiese hecho es liberar a los que como él luchan por los débiles y los desamparados, por los que menos tienen y pasan necesidad, y por estos motivos en España hay un hombre que se encuentra privado de libertad: Andrés Bódalo, encarcelado por ser un luchador contra los molinos de viento del poder. Al sindicalista de Jaén, don Quijote sí que no hubiese dudado en ponerlo en libertad. “Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia”.

Aunque la justicia en este lugar de Europa de cuyo nombre a veces no nos queremos acordar parace que no es igual para todos.

Don Quijote y los “modernos galeotes”