viernes. 19.04.2024

Descubriendo a Juan Carlos I realiza un breve recorrido por la historia personal y política del rey emérito, que actualmente reside, según fuentes del Palacio de la Moncloa, en los Emiratos Árabes Unidos. Desde su época como principe hasta su abdicación y vicisitudes posteriores. Una vida llena de polémica, riqueza y mujeres. 

Joaquín Abad indica en su prólogo El último amor del Rey de España, que va a describir un recorrido por los 37 años de vida y amores del Emérito, Rey designado por el dictador Francisco Franco antes de morir. Sus negocios, amistades y la fortuna que se ha ido "labrando".  El libro no es el típico cuché adulador de las figuras sociales que destacan, sino que ofrece una cruda realidad, molesta en algunos casos, de los personajes analizados. Escrito sin atisbo de morbo, con la elegancia de la información contrastada, mucha de la cual se ha querido ocultar, si bien en pleno siglo XXI en el mundo de internet y de las redes sociales eso es imposible.

Personajes y temas como el escándalo Nóos, las demandas de paternidad, la venta de Whisky Dyc, los dosieres de Jordi Puyol, el caso del Ave a la Meca y las relaciones con los reyes de países árabes, el papel de Prado y Colón de Carbajal, Javier de la Rosa, Mario Conde, Ruíz Mateos, los Albertos y mujeres como María Gabriela de Saboya, Carla Olghina de Robilant, Sandra Mozarowsky, Carmen Díez de Rivera, Barbara Rey, Marta Gayá, Lady Di, Nadiuska, Paloma San Basilio, Anne Igartiburu, Julia Steinbusch o Deborah Norville pasan por las páginas del libro con explicaciones detalladas de hechos y fechas, reflejando su vinculación con el rey Juan Carlos I.

Un último capítulo sobre la protección legal del monarca incide en el artículo 56.3 de la Constitución Española y en la definición como "inviolable e irresponsable". Algo así como lo que en piratería se ha definido siempre como "patente de corso".

La Constitución Española mantiene determinados atributos de la Monarquía cuyo origen se pierde en el tiempo: la inviolabilidad y la irresponsabilidad que, junto a la transmisión hereditaria y el ejercicio vitalicio del cargo, permanecen como pilares vertebrales de la institución. El carácter de persona sagrada y en consecuencia "que no puede obrar mal y que no puede hacer injusticia, alude a la consideración de que el Rey es el representante de Dios en la Tierra. Al atributo de persona "sagrada" se añade, como primera consecuencia jurídica, el calificativo de "inviolable" o persona que no puede ser censurada ni acusada ni, en consecuencia, sometida a juicio; es decir, se trata de una persona contra la que el Estado no puede ejercer la coacción legítima.

El Catedrático de Derecho Constitucional Antonio Torres del Moral ha explicado que "de ninguna manera" el Rey puede ser llamado por un juez, ni para declarar ni para ser juzgado. Es la primera consecuencia del artículo 56.3 de la Constitución Española, que dice que "la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad" "Cuando las cosas se ponen muy mal, también los reyes responden"... "pero lo hacen de esta manera, sino exiliándose, perdiendo la Corona o bien con la proclamación de una República".

Así continúa la historia del emérito rey Juan Carlos que en estos momentos lleva varios meses fuera de España, del que se desconoce prácticamente todo desde su salida, y con las únicas noticias de los juzgados de que no parece vaya a ser juzgado por los temas que se le imputan por lo que, según las distintas versiones, el Rey se fue de vacaciones, se exilió, se auto desterró o simplemente abandonó el domicilio conyugal con la conocida frase de "Voy un momento a comprar tabaco".

Continuará...

Descubriendo a Juan Carlos I