viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA HA PODIDO ESTAR EN EL FESTIVAL

Lo que deberíamos aprender de la noche sueca: Stockholm Love Affair

Un evento a tener en cuenta y a adoptarlo como modelo para impulsar la escena electrónica de las capitales europeas. Combinación de lo local e internacional, organización fluida y un deseo por impulsar la vida y cultura nocturna.

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A Suecia se la toma muchas veces como el modelo a seguir en cuestiones cívicas. Este hecho está plenamente justificado: están a años luz de evolución social. Si bien no es oro todo lo que reluce, echar un vistazo a cómo se organiza la vida nocturna en este país escandinavo es siempre útil, e incluso necesario, para ver que otros modelos son posibles. En este caso, Nuevatribuna, buscando siempre otro punto de vista, se ha desplazado hasta uno de los mejores festivales en Suecia: el Stockholm Love Affair.

El evento en cuestión responde a la necesidad que tenía Estocolmo de tener un festival puntero en la propia ciudad. Con una organización que claramente entiende sobre cultura del clubbing y quiénes son los nombres del momento en la electrónica, el Stockholm Love Affair aparece como una nueva referencia dentro de la escena musical del norte de Europa. Y la verdad que el elenco era de lujo, combinando casi a la perfección grandes DJs internacionales como Solomun, Maceo Plex o Sven Väth con nombres locales como PAU o Clea Herlöfsson.

Este festival corona la escena musical del país con mayor exportación musical per capita del mundo. La tradición musical en este país no es cuestión del azar. El gobierno sueco subvenciona la educación musical, a los artistas y los locales de música. Se estima que un 30% de menores de edad participan en programas escolares musicales estatales.

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Very Addictive. Foto: Olof Grind

El sitio elegido para albergar las dos noches del 1 y 2 de abril fue el Eriksson Globe, con la idea de crear un espacio que fuese lo suficientemente grande pero a la vez íntimo para mantener la atmósfera deseada del evento. La organización dentro de este espacio roza la perfección: controles de seguridad estrictos para evitar grandes disturbios, personal profesional y amable (difícil de encontrar en muchas muertas de la capital patria) y decenas de staff encargados de que todo corriese según lo planeado. Una de las características de la noche sueca es la combinación que se realiza de personal de seguridad, donde policía local y seguridad privada comparten la tarea de la vigilancia. Este hecho ha resultado ser muy beneficioso hasta la fecha, en parte debido a la manera de entender la autoridad por parte de las fuerzas del orden, en los cuáles es difícil de ver ningún tipo de exceso. Sobra decir que no se vio ningún altercado grave durante el evento, lo cual resulta hasta extraño en muchos festivales peninsulares.

Aunque la organización respondió a todas las expectativas, el Eriksson Globe no deja de ser un lugar extraño para un festival de esta magnitud. Al moverse entre los dos escenarios, la gente se veía obligada a cruzar la parte principal del recinto, la cual se parecía más a un cine de centro comercial que a un festival de música electrónica, y para que mentir, mucha era la gente que comentaba como este paseo del desconcierto rompía la atmósfera del evento. Esto sumado a que hasta las 22h el público no empezó a entrar en el recinto, daban al festival durante las primeras horas del día un look a lo discoteca de pre-unversitarios.

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Very Addictive. Foto: Cecilia Harrison

Sin embargo, los artistas lo tenían fácil para hacerte olvidar estos pequeños fallos atmosféricos, y en ninguno de los dos escenarios defraudaron. Tras una noche del viernes que dejó el listón muy alto, los DJs comenzaron el sábado sin dar tregua. Abrió la tarde la polifacética PAU en el escenario principal, que ya es un nombre en lo que respecta a calentar salas para grandes figuras como Dixon, Bicep o Hector Desolat. Con una tarea mucho más dura, le tocó al duo sueco Very Addictive hacer lo mismo en el pequeño escenario de la sala 2. Estas dos DJs establecidas en Estocolmo (Fred Akir y Linn Stigsson Stern) fueron una de las sorpresas de la noche, robándole protagonismo a los americanos DubFire y Jamie Jones y sabiendo llevar el ánimo y ritmo de los allí presentes durante dos horas. Con una combinación de euforia decadente y ritmos que rompen patrones, se mostraron como un soplo de aire fresco en una noche que costó arrancar. En especial, fueron la solución a una Anja Schneider que no consiguió encontrar la esencia hasta bien avanzado su set.

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La Fleur

La artista alemana La Fleur no defraudó en absoluto. Una artista que se caracteriza por una continua evolución que se ve reflejado en su electrónica. En sólo cinco años, esta DJ se ha ganado un nombre en la cultura clubbing alemana. Residente del mítico Water Gate berlinés, La Fleur trajo el ritmo necesario para abrir las puertas al artista de la noche y del festival: Solomun

Solomun es de quien hay que hablar cuando se habla de la electrónica actual europea. El artista ha redefinido con sus producciones la música house con un giro moderno, que le llevó a alcanzar una muy merecida popularidad en 2012. Su estilo en el Love Affair estuvo en línea con lo que nos tiene acostumbrado: profundidad e intensidad sin igual. Sin embargo, Solomun mostró otra faceta suya a lo largo de sus dos increíbles horas de performance. Para mantener el hilo del festival, el artista giró hacia un estilo más techno, con duros beats pero manteniendo la esencia funky de sus producciones. Y la pista ardió.

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Solomun

El Stockholm Love Affair es un evento a tener en cuenta y a adoptarlo como modelo para impulsar la escena electrónica de las capitales europeas. Combinación de lo local e internacional, organización fluida y un deseo (público y privado) por impulsar la vida y cultura nocturna. Algo que le hace (mucha) falta a Madrid.

En una Europa que cada vez presta más atención a la importancia de una noche coherente, España se está volviendo a quedar rezagada. Con los ejemplos de Amsterdam con sus dos alcaldes (diurno y nocturno), de Berlín como referencia cultural, de Lisboa como la ciudad con más eventos gratuitos o de Copenhague como la ciudad más feliz del continente, Madrid necesita un cambio radical, un lavado de imagen para colocarse a la cabeza de cultura clubbing y vida nocturna. Algo que se puede aprender del Stockholm Love Affair.

Especial mención a Amanda Hansen, contacto RRPP eficiente como ningún otro, que hizo nuestro paso por la capital sueca tan fácil como haber estado en casa.

Lo que deberíamos aprender de la noche sueca: Stockholm Love Affair