jueves. 28.03.2024
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Se acabó el verano. Cabe la tentación de sumergirnos de golpe en los duros avatares de la vida política de nuestro país. Prefiero tomarme un respiro y dar una vuelta por algunas exposiciones. Y en primer lugar la dedicada al artista norteamericano David Wojnarowicz, que estará en el Museo Reina Sofia hasta el 30 de septiembre.

Una exposición modélica, de gran interés y que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre

f6Lo cierto es que nunca había oído hablar ni había visto nada de este pintor, fotógrafo y escritor neoyorquino que murió victima del Sida sin haber cumplido los 38 años. Por ello es muy de agradecer a ese Museo que haya programado una amplísima y excelente retrospectiva.

La exposición lleva por titulo “La historia me quita el sueño”, un muy acertado resumen de la vida y obra de Wojnarowicz. Hay que decir para empezar, que la exposición es impactante, dura, nada amable y podrá haber visitantes que esperando ver a un artista pop, tipo Andy Warhol, se encuentren con algo mucho más inquietante.

David tuvo una vida llena de episodios terribles. Su nacimiento en 1954 en una familia desestructurada, su abandono en centros de acogida desde muy pequeño, abusos, ejercicio de la prostitución masculina desde f5la adolescencia, drogadicción…hasta su marginación como artista queer de barrios degradados de New York, su contagio del Sida, su lucha y compromiso y activismo en solidaridad con los enfermos, su radical critica al sistema político, económico y muy en especial el sistema sanitario norteamericano…

La exposición recorre la evolución artística de Wojnarowicz, que inicialmente se centró en la literatura y la música y no fue hasta finales de la década de los años 70 cuando empezó con la fotografía (con una serie de fotos por toda New York hechas a sus amigos con caretas del poeta francés Arthur Rimbaud), y el cine en super 8 y ya en los años 80, estimulado por su amante Peter Hujar, se centró en la pintura, el collage, grafitis, incluso la escultura.

f4David tuvo una destacada presencia, junto con otros artistas vanguardistas de New York, en la utilización de almacenes y edificios abandonados en el muelle 34 de la ciudad. Hay un estupendo video que recoge algunos de los murales que pintó alli a principios de los años 80 y que asombran por la abundante producción que realizó, aunque no se dice si esas obras permanecen o han desaparecido con el derribo de esos edificios.

La obra de Wojnarowicz fue adquiriendo complejidad técnica y temática a lo largo de los años 80. Con un material muy diverso, incluido tapas de contenedores de basura, esculturas de escayola, murales, esténcil (plantillas para pintar con spray en paredes de edificios), carteles de conciertos de grupos marginados…    

A raíz de la muerte de Peter Hujar y de adquirir el Sida, impactado por el número de amigos que van f3muriendo y el terrible abandono y desatención de las administraciones públicas hacia estos enfermos, David intensifica su compromiso político y social, y su obra se ve cada vez más influida por esa crítica al modelo de vida norteamericano de la época de Reagan.

Sus cuadros, sus escritos, sus declaraciones públicas, generan enormes controversias.Mientras su valoración artística se incrementa trascendiendo los ámbitos vanguardistas minoritarios, la derecha religiosa y política le ataca duramente y sufre diversas censuras.

Wojnarowicz no se arruga y su obra recibe un  fuerte espaldarazo cuando el grupo U-2, en la cresta de la popularidad, utiliza uno de sus cuadros como portada de su single “One”.

David escribió también varios libros, destacando “Close to the Knives: a Memoir of Disintegration".

f2En la ultima sala de la exposición hay un video con un recital público de Wojnarowicz, ya muy enfermo, que pone los pelos de punta por su dramatismo y clarividencia. En mi opinión es una de las más acertadas y profundas críticas que he escuchado en mi vida al sistema sanitario y a la industria farmacéutica norteamericana. Merece la pena, sentarse y oírlo.

Por último, me gustaría subrayar la extensa y didáctica información que se ofrece en cada sala, en algunos casos con más de un panel informativo, así como los comentarios que se incluyen al lado de sus obras más relevantes y controvertidas (eso sí con una letra demasiado pequeña para el público mayor).

En definitiva, una exposición modélica, de gran interés y que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre.

David Wojnarowicz, una exposición modélica