martes. 19.03.2024
José Miguel López teletrabajando en marzo de 2020

La jubilación es un derecho de todas las trabajadoras y trabajadores, resultado de un largo camino recorrido como sociedad hacia la dignidad de las personas. Para la mayoría, cada día de retraso en la edad de jubilación es sólo un día más en la prisión de un trabajo que les aporta muy poco en lo personal, muchas personas desearían anticiparla para liberarse de trabajos poco gratificantes o con una exigencia física inadecuada. 

Pero vivimos en una sociedad contradictoria, mientras que por un lado trata de alargar la jubilación, por otra, valora cada vez menos la experiencia y la sabiduría, apartando del camino a quien considera ya amortizado sin caer en la cuenta que hay piezas difícilmente reemplazables, sobre todo en aquellos trabajos que tienen más de intelectual que de físico. 

El 23 de junio de 2021 será el día de la jubilación forzosa de José Miguel López, presentador de Discópolis de Radio 3 España, en antena desde el 5 de enero de 1987 y con más de trece mil programas emitidos en este tiempo. Se le aplicará el III Convenio Colectivo de RTVE.

Habrá quien piense que es más que suficiente y que es el momento del relevo, como si de verdad fuera necesario quitar a unos para poner a otros. Como si de verdad fuera necesario borrar la memoria para ser modernos. Ni Radio 3 fue más moderna, ni más interesante, ni captó más audiencia tras los anteriores procesos de jubilaciones anticipadas, ni lo será el día 24 de junio. Pero por el camino, habremos perdido mucha sabiduría musical y cultural de la que no viene en Wikipedia, ni se puede escuchar en Spotify. 

Discópolis sigue ofreciendo cada día piezas perdidas, conciertos inéditos, visiones únicas y relatos vividos. Cada programa que no se emita será una pérdida irreparable para la cultura musical. Quizá el olvido sea moderno hoy, pero no lo será mañana, ni pasado mañana. Quizá en las cuentas de los que gestionan el océano sea relevante una jubilación más o menos, pero como sociedad, nuestras cuentas darán pérdidas siempre que mandemos a la grada a una persona con capacidad y ganas por seguir trabajando. 

La ceguera de quien aplica la norma sin distinciones, considerando que el ser humano tiene una obsolescencia programada, y que lo que sirve el día 23, debe de dejar de funcionar el 24, es precisamente aquel que es prescindible en la sociedad del conocimiento y de la pluralidad en la que vivimos. 

Valga el reconocimiento a José Miguel López, que tanto nos ha enseñado a disfrutar de la música y con el que hemos pasado tantas y tantas horas descubriendo músicas que de otra manera nunca habríamos escuchado, como un reconocimiento general a todas y a todos aquellos que habrían tenido la generosidad de seguir compartiendo sus conocimientos y experiencias únicas, si algún burócrata no hubiera creído que se puede pesar el valor de las personas por la fecha de nacimiento.

Las jubilaciones son un derecho, no una obligación, y como sociedad nos corresponde velar por los derechos de las trabajadoras y trabajadores que desean jubilarse, para que lo hagan cuando aún les queda vida por disfrutar, pero también por los de aquellas y aquellos que, libremente y con capacidad para hacerlo, aún desean seguir aportando a la sociedad su sabiduría. Siempre habrá un Discópolis más. Salud y gracias.

Cuando la jubilación es un castigo