sábado. 20.04.2024

El corso fue declarado prohibido por el Tratado de París de 1856, que puso fin a la guerra de Crimea

En el complejo mundo de la piratería conviene saber que había distintas situaciones y protagonistas. En este artículo estudiamos a los corsarios que no eran realmente piratas. Los corsarios y los piratas atacaban y obtenían botines de los barcos que apresaban en los mares pero, mientras el pirata actuaba por cuenta propia y para su exclusivo beneficio y el de su tripulación, el corsario lo hacía con una especie de licencia o patente de corso que le concedía su monarca u otra autoridad y que le permitía ganar un botín para sí y para el poder del que dependía, debiendo actuar bajo una serie de condiciones, por lo que era un instrumento al servicio de ese poder en los conflictos internacionales en las Edades Media y Moderna. Los corsarios podían hacer mucho daño al comercio de una potencia enemiga, por lo que pueden ser considerados como una especie de agentes de guerra económica. 

corsariosEl fenómeno del corso –término que procede del latín, “cursus”, es decir, carrera- fue muy importante, especialmente, en el Mediterráneo, entre los siglos XII y XVI. El corso fue practicado por casi todas las potencias, ya fueran musulmanas, ya cristianas. Con el descubrimiento de América el corso pasó al Océano Atlántico. Los principales corsarios de los siglos XVI y XVII fueron ingleses y holandeses, teniendo que ver con el deseo de sus gobiernos de romper el monopolio comercial castellano con América. Francis Drake es, sin lugar a dudas, el corsario más famoso en la lucha contra los intereses de la Monarquía Hispánica, y que llegó a ser nombrado caballero por la reina Isabel I. En el caso español, habría que citar, en el siglo anterior, al vasco Iñigo de Artieta, personaje multifacético, ya que fue armador, marino y comerciante, y que ejerció el corso en el Mediterráneo en tiempos de los Reyes Católicos.

El Tratado de Utrecht de 1713 intentó terminar con las patentes de corso, al declararlas prohibidas, pero el fenómeno continuó durante el siglo XVIII. En 1792 la Asamblea francesa también prohibió el corso pero siguió existiendo, siendo muy activo en la época de la emancipación de la América hispana. Los corsarios tuvieron un gran protagonismo en la guerra de independencia de Argentina, destacando la figura de Guillermo Brown, irlandés nacionalizado argentino y padre de la marina del nuevo estado independiente. Por lo demás, hay que destacar la llamada guerra del corso entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y Brasil, que terminó en 1827 por la presión de Inglaterra que veía peligrar sus intereses comerciales en la zona con este conflicto. El corso fue declarado prohibido por el Tratado de París de 1856, que puso fin a la guerra de Crimea.

Corsarios y Patentes de Corso