Vicente I. Sánchez | @Sanchez1Godotx
No hay mejor forma de terminar el año que con la fuerza y la energía de una banda tan visceral como Triángulo de Amor Bizarro. Puntuales a la cita, los gallegos salieron al escenario de la emblemática Sala La Riviera dentro de una nueva jornada del festival Inverfest. El grupo, liderado por Isa Cea y Rodrigo Caamaño, dio inicio con "Robo tu tiempo", tema icónico del disco Victoria mística (2013), que este año ha cumplido diez años desde su publicación. Toda una declaración de intenciones para un concierto de alrededor de hora y media en el que la banda se dejó el alma sobre el escenario.
La banda, que actualmente se encuentra presentando su nuevo disco "Sed", dejó claro desde el comienzo del concierto que está en un estado de forma y creatividad especialmente destacable, situando su rock de estilo post-punk entre lo más importante del indie nacional. No se puede decir que "Sed" haya sido la consagración del grupo, ya que llevan a sus espaldas discos maravillosos como "Detrás del Espejo" o "No Eres Tú", pero lo cierto es que el álbum tiene el sabor de un trabajo maduro, sereno y resuelto desde la experiencia.
Resulta curioso que ellos mismos definan este álbum como "un disco mundano y terrenal que trata de emociones primitivas de unos personajes en un mundo hostil, desigual y tecnificado en el que el tiempo pasa a gran velocidad", porque lo cierto es que los conciertos de Triángulo de Amor Bizarro son veloces, con una furia y destreza que no suele encontrarse en el indie español. Literalmente no hay un momento para ir al baño o para ir a pedir una cerveza, ya que la banda encadena temazo tras temazo.
Lo cierto es que Isa Cea, sin duda el flequillo más sensual del indie español, dejó claro en las primeras canciones que habían venido, cito literalmente, para reventarnos las cabezas a base de bailar y cantar. Y sí, no cabe duda de que fue un bolazo muy especial y cercano, más aún si tenemos en cuenta que se trataba de la última actuación de la banda este año.
Triángulo de Amor Bizarro ofreció un setlist que no perdió intensidad en ningún momento y que es el claro reflejo de una banda que sabe muy bien qué se espera de ella en un concierto. De esta manera, su rock psicodélico, lleno de cuchilladas emocionales y por momentos muy punk, fue muy bien recibido con temas como “Estrella Solitaria”, “No eres tú”, “Vigilantes del Espejo” o “Baila Sumeria”. Algunas canciones como “Ruptura” o “Huele a colonia chispas” fueron ovacionadas como auténticos himnos, demostrando que sus letras ya forman parte de la cultura indie.
En definitiva, fue una noche de confirmación de una banda que sabe muy bien hacia dónde se dirige y cómo quiere proyectar su música. Su aplomo y seriedad a la hora de tocar y de conectar con el público es el resultado de muchos años de experiencia. No es ninguna novedad que Isa Cea, algo más habladora que en otras ocasiones, volviera a seducir al público con su especial forma de tocar el bajo, o que Rodrigo Caamaño y Zippo prácticamente destrozaran la guitarra en canciones como "El fantasma de la transición" o "Fukushima". No hace falta decir que la batería de Rafael Mallo no quedó rezagada.
La noche terminó con la fuerza de “De la Monarquía a la Criptocracia” y con la sensación de que estamos ante una banda sin límites con un 2024 muy prometedor.
