jueves. 28.03.2024
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En la mitología romana, no tiene equivalente en la mitología griega, Jano es hijo de Urano y Gaia. Es el dios de las puertas, los comienzos, las transiciones y los finales. Por eso fue consagrado al primer mes del año, al que debe su nombre, enero, invocándosele públicamente el primer día de dicho mes. Jano se le representa con dos caras, mirando cada una de perfil, representando el pasado y el futuro. En la época arcaica Jano era un dios exclusivamente ligado a la siembra y a las cosechas. Pasado el tiempo, su mito se vuelve más complejo, presidiendo las puertas, los puentes y todos los pasajes.

Cuenta la leyenda que cuando los sabinos intentaron asaltar el Capitolio, Jano provocó que hirviera el agua en una fuente y que esta fuera arrojada a los sabinos. Por esto a Jano se le invocaba cuando comenzaba una guerra y su templo en Roma permanecía con las puertas abiertas hasta que finalizaba la contienda.


Complejo de Hera


Dentro de los muchos apelativos que recibe Jano, destacan: Jano Patulsio (patulsius), que era usado para invocar la cara del dios que se ubicaba delante de la puerta para quien deseaba atravesarla (para entrar o salir). Como complemento, la cara que se le opone a ésta del otro lado de la puerta, es invocada como Jano Clusivio (clusivius). Ambos nombres declaran la doble funcionalidad del dios.

Compartir esta reflexión de Albert Camus: “el hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse”.

Debido a sus dos caras, tiene una doble personalidad. Una tiende a mentir y otra a decir la verdad. Ambas caras tienen el mismo objetivo causa la indecisión y la desgracia en aquellos con los que se encuentra.


El complejo de Ares


En Psicología denominamos Complejo de Jano o de doble personalidad (a veces más), a un trastorno en el que se presenta una doble personalidad, estas toman el control de la conducta del sujeto de forma recurrente, teniendo cada una de ellas recuerdos, relaciones y actitudes propias.

En la actualidad se encuadran como trastornos disociativos, que se caracterizan por un fallo de integración de la conciencia, la percepción, el movimiento, la memoria y la identidad. 


Complejo de Poseidón o de Talasobia


Este trastorno se caracteriza por presentar más de una personalidad (dos o más), con patrón propio de percibir, sentir y comportarse. Se da una alternancia entre las diferentes personalidades, por ello el paciente es una persona realmente distinta en cada uno de los episodios. Presenta amnesia sobre los diferentes episodios.

Generalmente la personalidad primigenia suele ser pasiva y sumisa, mientras que las otras son más dominantes, lo que representaría un mecanismo de defensa de la pasiva personalidad primigenia. El paso de una personalidad a otra suele darse en situaciones de estrés. Lo habitual es que se produzca una trasformación brusca con un cambio inmediato de la expresión, tono de voz, estado de ánimo y modo de comportarse. Cuando regresa el sujeto a su personalidad primigenia se da un olvido completo de lo que ha ocurrido, de modo que las distintas personalidades se desconocen entre ellas.


El complejo de Pan


Este trastorno suele aparecer en personas que sufrieron una gran tensión emocional, generalmente en la infancia como maltrato físico, emocional o sexual. Los niños que han sufrido abusos pueden pasar por fases en las cuales se mantienen separadas las diferentes percepciones, recuerdos y emociones de sus experiencias vitales. Con el tiempo pueden desarrollar una capacidad para escapar del abuso al alejarse disociándose de su duro ambiente o recluyéndose en su psique. Cada experiencia traumática puede conducir a una identidad diferente.

Las personas con este trastorno pueden estar predispuesto a complicaciones como autolesiones, comportamientos suicidas, depresión, abuso de tóxicos, alteraciones del sueño y de la alimentación, disfunción sexual y en general dificultad en las relaciones interpersonales.

Por último, compartir esta reflexión de Albert Camus: “el hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse”.

Complejo de Jano o de doble personalidad