jueves. 28.03.2024
milos urban

La literatura checa siempre nos ha deparado grandes descubrimientos a los lectores. Es el caso del autor de la novela “Llegó del mar” (Huso Editorial”), una obra que trasciende los géneros para presentarnos la fuerza de uno de los principales autores centroeuropeos de la actualidad. En España, Urban es recordado por su novela “Las siete iglesias”, que alcanzó grandes ventas y los mejores elogios de la crítica. Ahora regresa con esta nueva historia en clave de intriga. Nuevatribuna conversó con él en exclusiva.


Antonio Rivero | ¿Qué cuenta “Llegó del mar”?

Miloš Urban | Es una novela policíaca, pero sin detectives ni policías. Es la historia de un becario de periodismo de la República Checa que está de prácticas en Inglaterra en un periódico local. Allí se encuentra con el caso de una chica que aparece en la playa de una ciudad turística como es Eastbourne. Solo lleva un bañador amarillo, no tiene nada que la identifique y, además, parece que no puede hablar ni entender su situación o reconocer cualquier cosa de lo que ve a su alrededor. Cuando el periodista va a verla, es la primera vez que la chica reacciona a algo de forma positiva. Luego resulta que no le pasa nada grave, solo está en shock tras el naufragio la noche anterior durante una tormenta en el Canal de La Mancha. En este accidente ha desaparecido su novio, deducen que se ha ahogado. El periodista se dedica al caso y cada vez se ve más enredado en él. Averigua que la desaparición del joven puede que no fuera tan casual. 

¿Su perspectiva literaria es checa o extranjera?

Mucho más extranjera que checa, aunque sea solo porque pasé cuatro años de mi niñez en la Embajada de Checoslovaquia en Londres. Aprendí inglés principalmente viendo la televisión y leyendo cómics y libros. El contacto con los ingleses entonces no estaba permitido, pero iba a la sucursal de Kensington de la biblioteca municipal, eso no le parecía mal a nadie de la embajada. La bibliotecaria se fijó en los libros que sacaba de la sección infantil y me aconsejó algunos parecidos para adultos. Fue algo fantástico por su parte, yo no tenía ni idea de que los niños podíamos coger libros para adultos también. Por supuesto elegí libros para los que era demasiado joven pero, precisamente por eso, eran por los que tenía mayor curiosidad: gore, terror y policíacos. La bibliotecaria adivinó exactamente lo que quería. Y esa fue mi primera influencia mayor en mis lecturas y en mi posterior escritura. Cuando después empecé a estudiar Filología Inglesa en la Universidad Carolina de Praga, quedó claro que la tradición narrativa inglesa y estadounidense me iba a acompañar durante toda la vida.  

¿Literatura para entretener o conmocionar al lector, como decía Kafka?

Milos Urban 2La función de entretener de la novela es incuestionable, el género ha servido desde el inicio como entretenimiento, y las mejores novelas son también una obra de arte. Esto empezó a cambiar a inicios del siglo XX cuando las historias amenas, bien narradas, con oficio, dejaron de interesar a la crítica. Yo básicamente soy un narrador, no un literato, aunque algunos de mis libros quizá tengan ambos atributos: entretenimiento y arte. Hablo en ellas sobre todo hacia mí mismo, pero no quiero dar la lata al lector conmigo, así que escribo con la máscara ficticia de un personaje. 

Gustave Flaubert, ya en el siglo XIX, advirtió de la estupidez como un virus en crecimiento. Son muchos los autores que han hablado del tema. ¿Qué piensa usted, somos prisioneros de la estupidez?

Sí. Y eso que Flaubert no conoció Facebook, Instagram ni a los youtubers, a las blogueras y a los influencers. Las naciones unidas de la superficialidad.

¿Escribir es una necesidad o una opción?

La escritura es para mí un modo de expresarme sobre mí y el mundo en el que vivo. Si supiera pintar, me expresaría con cuadros, si fuera un cineasta, lo haría a través de películas. Como lector entusiasta leí muchísimo en mi juventud y después empezó a faltarme algo en esos libros. Así que probé a escribir un libro para, como lector, tener todo lo que necesito y lo que me gusta, o lo contrario, lo que echo de menos en la vida o me irrita.

¿Le interesa provocar al lector?

No lo sé. Yo quiero provocar un poco al lector, a veces dejarlo pasmado, enriquecerlo, pero también ponerlo de mi lado, que vea algunas cosas como lo hago yo. Necesito algo de sintonía, y cuando luego algunos lectores me confirman que me los he “ganado”, me alegro de que mi trabajo tenga sentido y de haberle llegado adentro a alguien.

"Las redes sociales son las 'naciones unidas' de la superficialidad"