Parece que la sensatez se va abriendo camino. Botella ha roto el fuego y de forma decidida ha pedido al Real Madrid que retrase el inicio de sus obras y acepte de buen grado la celebración de la Final del Rey en el Bernabéu.
Florentino Pérez no puede negarse a una petición del Ayuntamiento de Madrid. Le debe mucho
Florentino Pérez no puede negarse a una petición del Ayuntamiento de Madrid. Le debe mucho. La recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva, el reciente acuerdo para construir una gran superficie en la Castellana, delante del estadio y el futuro de Valdebebas son favores demasiado importantes como para negar una sugerencia de la Alcaldesa de Madrid.
Los empresarios también empujan fuerte. Sobre todos los vinculados a la hostelería y el hospedaje. No en vano Arturo Fernández, todopoderoso presidente de la patronal madrileña y vicepresidente de la española, mano derecha de Aguirre, pasa por ser el hombre con más restaurantes y bares de Madrid y máximo beneficiado de cualquier evento que se organiza en la ciudad.
Para los hosteleros la Final del Rey en Madrid es “Como un viaje del Papa, bis”.
Aunque vengan menos aficionados que peregrinos, “un vasco gasta en un día más que un joven cristiano en una semana” dice un conocido propietario de bares de La Plaza Mayor, lugar de encuentro de casi todas las aficiones que recalan en Madrid.
“Si se lo piden Botella, Aguirre y Fernández, Florentino no se puede negar” afirman en la Casa Blanca.
La alcaldesa ya ha dado ese paso al frente. Mientras tanto los portavoces del PSOE e IU, Lissavesky y Pérez, en una nueva demostración de iniciativa política, hacen el Don Tancredo y no se pronuncian. Botella les gana por la mano, una vez más, en la defensa de los intereses de los madrileños.
