viernes. 29.03.2024
HISTORIA

Los bagaudas en la crisis del Imperio romano

Los bagaudas tuvieron un amplio respaldo social en el ámbito de la población campesina, ya fueran libres, semilibres o esclavos, aunque también tuvieron apoyos en determinados sectores sociales más romanizados.

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El carácter socioeconómico del fenómeno de los bagaudas, defendido por una parte de la historiografía de raíz marxista, ha sido cuestionado por otros historiadores, al incidir más en la causa política

El término bagauda tiene un doble origen. Por un lado, una raíz céltica lo señalaría como sinónimo de guerrero, frente al concepto romano que lo asimilaba a  bandido, ladrón, o gente rústica. En todo caso, los bagaudas fueron conocidos como los integrantes de las revueltas y movimientos que surgieron en la época del Bajo Imperio, a finales del siglo III y duraron hasta la primera mitad del siglo V.

Los bagaudas tuvieron un amplio respaldo social en el ámbito de la población campesina, ya fueran libres, semilibres o esclavos, aunque también tuvieron apoyos en determinados sectores sociales más romanizados. Las causas de las revueltas, consistentes en saqueos de los campos y cultivos, y acciones de rapiña en las ciudades, debemos encontrarlas en la crisis del Bajo Imperio, con una clara concentración de la propiedad en detrimento de la pequeña propiedad, además del considerable aumento de la presión fiscal y de la corrupción administrativa. Los bagaudas saquearon aldeas y ciudades para obtener botines. Las revueltas fueron de tal calibre que llegaron a controlar territorios enteros donde suprimieron el derecho romano y establecieron alianzas con los pueblos germanos que llegaron a Hispania y a la Galia. En principio, los romanos consideraban que eran simples bandidos, como hemos señalado, pero algún autor, como Rutilio Namaciano, alude, sin decirlo expresamente, al carácter social del conflicto. Por su parte, el autor latino cristiano Salviano de Marsella dejó más explícito este contenido social de los bagaudas al aludir a su lucha. Tenemos que tener en cuenta que Salviano defendió posturas muy críticas hacia la avaricia y lujuria de los cristianos de su época, el siglo V, valorando las virtudes de los denominados pueblos bárbaros.

El carácter socioeconómico del fenómeno de los bagaudas, defendido por una parte de la historiografía de raíz marxista, ha sido cuestionado por otros historiadores, al incidir más en la causa política. La crisis del Bajo Imperio había dejado desarticulada la administración romana en amplias zonas expuestas a la llegada de los pueblos germánicos. En consecuencia, los grandes propietarios organizarían ejércitos privados para defenderse de esa amenaza, proteger sus propiedades y salvaguardar la vida de sus dependientes. Otros autores, sin salirse de esta explicación, piensan que los líderes no serían los grandes propietarios sino propietarios de menor rango social que aglutinarían a la población para defenderse en esta situación de crisis e inseguridad.

Por fin, hay quien incorpora un factor de tipo “nacionalista”, al insistir en los “elementos indígenas”, como vascones y bretones, frente a los romanos, aunque es la teoría con menos seguidores. En todo caso, se trata de un fenómeno complejo por el tipo de fuentes que manejan los historiadores, de origen eminentemente romano, y muy fragmentadas.

La primera vez que se menciona su existencia se da con los sucesos ocurridos en la Galia entre los años 283 y 284 y que tuvieron que ser reprimidos por tropas comandadas por Maximiano, por mandato de Diocleciano. A comienzos del siglo V el fenómeno adquiere más fuerza y, de nuevo, en la Galia, extendiéndose por Britania, los Alpes e Hispania. Entre el 441 y el 454 estalla una revuelta en la Tarraconense. Los romanos no pudieron aplastar completamente la rebelión, que volvió a prender en la zona del valle del Ebro. Asturio, a la sazón comandante en jefe de la infantería y la caballería, no consigue sofocarla y es sustituido por Merobaudes, que consigue una victoria cerca de Pamplona, aunque no puede exterminarlos del todo. Los bagaudas reaparecieron en el Valle del Ebro. En el año 449 los rebeldes tomaron Turiasso (Tarazona), dando muerte al obispo de León, y aliados de Requiario, rey de los suevos, saquearon Zaragoza y Lérida. Tuvo que ser un ejército visigodo al mando de Federico, hermano de Teodorico II, el que terminara con las revueltas de los bagaudas.

Los bagaudas en la crisis del Imperio romano