viernes. 29.03.2024
1977 elecciones
1977 Elecciones.

En mi libro sobre la Transición española a la democracia, hablo de aquellas dos ocasiones en las que en el año 1977 los diarios madrileños decidieron publicar un mismo editorial ante momentos clave de esos tiempos decisivos. No lo volvieron a hacer, pero que lo llevaran a cabo es un singular indicador de un momento importantísimo del pasado reciente español.

cubierta libro transicionEn el cuarto día del primer mes de aquel año 77 se promulgó, tras el refrendo popular, lo que yo llamé la joya de la Corona de los reformistas, la Ley para la Reforma Política, y también se suprimió el muy franquista Tribunal de Orden Público, además de toda la legislación a él asociada.

Durante ese mes de enero tuvo lugar la más sangrienta de las semanas que transcurrirían durante todo aquel periodo, de hecho hay quien la llama la semana trágica de la Transición, cuya culminación fue la matanza de varios abogados laboralistas el día 24, en la madrileña calle de Atocha, a manos de pistoleros ultraderechistas, sangrientos defensores del búnker cada vez más derrotado.

Del peligro que corrió aquel camino social y político, histórico, hacia la democracia dan idea dos situaciones: de un lado, el hecho de que la totalidad de los diarios, incluido uno de los voceros del búnker, El Alcázar, acordaran publicar el día 29 de enero un editorial conjunto, común, que llevó como título “Por la unidad de todos”; y de otro que entre el día 28 de enero y el 31 de marzo de ese mismo año un real-decreto de aquella fecha prorrogado un mes más tarde dispuso la suspensión (“respecto de aquellas personas sobre las que recaiga la sospecha fundada de colaborar a la realización o preparación de actos terroristas”) en todo el territorio nacional de la vigencia de los artículos quince y dieciocho del Fuero de los Españoles todavía en vigor, esto es, de aquellos artículos que obligaban a contar con un mandato judicial para entrar en un domicilio y que ponían en 72 horas el límite de detención, agotadas las cuales el arrestado debería de ser liberado o ser entregado a la autoridad judicial.

Por la unidad de todos

EN ESTOS momentos de crisis nacional, cuando fuerzas poderosas amenazan a la esencia misma del Estado y tratan de usurpar por la violencia el mandato popular en favor de la democracia y la paz, la prensa considera que es su obligación hacer un llamamiento a la unidad de todos, sin exclusiones. El derecho de un pueblo a decidir libremente su destino colectivo no puede ser impedido por la violencia y el crimen organizado. Sólo la confrontación pública de las diversas posiciones, la clarificación y transparencia de las realidades sociales y, en última instancia, la expresión de la voluntad de los ciudadanos a través del sufragio, tienen legitimidad para configurar la nueva sociedad española.

El terror no tiene ideología. El desenmascaramiento de cuantos intentan beneficiarse de esta estrategia es exigencia unánime de los españoles a su Gobierno. Servidores del orden y otros ciudadanos son víctimas hoy de una misma violencia que trata de sumir en la discordia civil a nuestro país.

Quienes han puesto en marcha esta maquinación son los enemigos de todos, son los enemigos del pueblo español. Su designio es patente: tratan de impedir que se establezcan las fórmulas civiles de convivencia libre y ordenada a que los españoles tienen derecho. Ante este reto, todas las fuerzas políticas y sociales están obligadas a hacer un frente común y, dejando a un lado sus diferencias, proclamar su decisión de continuar hasta el final el camino hacia la democracia a través de unas elecciones libres.

Es necesario que el Gobierno y el resto de las fuerzas políticas se pongan rápidamente de acuerdo, y que se adopten enérgicas medidas para salvaguardar la paz en menoscabo de las libertades públicas. Está en juego el ser o no ser de la democracia en España y el futuro de nuestro país como sociedad pluralista y libre".

ABC, Arriba, Diario 16, El Alcázar, El País, Informaciones, Pueblo, Ya
PDF del editorial de el País

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Hubo una segunda ocasión en que el acuerdo entre la prensa española fue posible nuevamente. Tres meses después, al día siguiente de que el Gobierno de Adolfo Suárez convocara elecciones a las Cortes Generales para el día 15 de junio, las primeras después de décadas de dictadura, nuevamente los principales diarios españoles se unían (esta vez, salvo El Alcázar y ABC) para publicar un editorial conjunto de apoyo a la democracia, titulado “No frustrar una esperanza”. Era el 16 de abril de 1977.

No frustrar una esperanza

CUANDO SE produjo la provocación terrorista de la última semana de enero, la prensa española publicó un editorial conjunto en demanda de serenidad y en apoyo del Gobierno, ante los intentos para desestabilizar la Monarquía. La crisis política creada tras la legalización del Partido Comunista de España parece ocasión para que los diarios que consideramos correcta la actuación del Gobierno, y realizada dentro de sus facultades, con estricto respeto a la legalidad y al mandato popular del referéndum, expresemos también unidos nuestra postura. Creemos que se debe denunciar el ataque de sectores antidemocráticos contra el Gobierno, legítimo de la Nación y contra el proceso político en curso. De un modo premeditado se ha querido provocar a los militares y crear un ambiente de peligro nacional.

Las Fuerzas Armadas no han secundado los objetivos de quienes intentaban instrumentalizarlas. Fieles a la Corona, defensoras del interés del Estado y no de una forma dictatorial de Gobierno, no han servido los intentos desestabilizadores. Pero conviene reflexionar sobre la declaración que el Consejo Superior del Ejército ha hecho pública.

Los Ejércitos españoles constituyen el brazo armado de nuestra sociedad, al servicio del Estado y de su Gobierno. El Ejército español lo forman los españoles, y tiene encomendadas tinas misiones establecidas en las leyes; entre ellas no está incluida la emisión de opiniones contingentes sobre las decisiones políticas de los Gobiernos de la Nación. En este punto, la Ley Orgánica del Estado es de meridiana claridad. El artículo 13 dice que «el Gobierno... es el órgano que determina la política nacional», y el artículo 37 atribuye a las Fuerzas Armadas, entre otras misiones sustanciales, «la defensa del orden institucional». Evidentemente, pieza esencial de ese orden institucional es el Gobierno, que sólo debe estar sujeto al juicio político de las Cortes, con sus leyes propias y de procedimiento.

En virtud de su noble vocación, los militares renuncian a la actividad política e incluso tiene n regulada severamente su participación en los partidos y en los medios de comunicación social. Es obvio que el militar, voluntariamente, abdica de una serie de derechos. Esto es en función de la responsabilidad que la sociedad delega en él como guardián último de la soberanía nacional, que reside en el pueblo.

Acaso por no plantear abiertamente el papel del Ejército en una Monarquía democrática se ha dado pábulo a provocadores que adulan a las Fuerzas Armadas cuando ven en precario sus privilegios. Queremos un Ejército modernizado, bien dotado y operativo. Pocos habrá, civiles o militares, que se opongan a esta aspiración. Pero el compromiso democratizador de la Corona y las aspiraciones del pueblo español de constituirse pacíficamente en una sociedad libre y soberana, no pueden ser malversados por grupos minoritarios que pretenden secuestrar valores y símbolos comunes y empujar a las Fuerzas Armadas al intervencionismo.

Lo que España tiene delante es lo que se votó en el referéndum: unas elecciones generales que den a todos los españoles la voz y el voto que como tales les corresponde. ¿Quién podría asumir la responsabilidad de frustrar esta esperanza?”

Arriba, Diario 16, El País, Informaciones, Pueblo, Ya.
PDF del editorial de Diario 16

1977: por la unidad de todos, no frustrar una esperanza