viernes. 29.03.2024
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Cerca de un tercio de la población mundial aún no tiene acceso regular a medicamentos esenciales

En los Sistemas Nacionales de Salud (SNS) y en los servicios de salud, los Medicamentos Esenciales (ME) deben estar disponibles en todo momento, en cantidades suficientes, en formas farmacéuticas apropiadas, con una calidad garantizada y a un precio asequible para las personas y la comunidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que estos medicamentos esenciales están destinados a cubrir las necesidades de atención de salud prioritarias de la población. La realidad muestra que hasta ahora, este objetivo no se ha alcanzado, ya que cerca de un tercio de la población mundial aún no tiene acceso regular a medicamentos esenciales y en buena parte de servicios de salud de los Países en Vías de Desarrollo (PVD), especialmente en áreas rurales y periféricas, están ausentes.

Actualmente se promociona ampliamente la Cobertura Universal de Salud (CUS), bajo el argumento de buscar asegurar que todas las personas reciban los servicios sanitarios que necesitan, en forma oportuna sin tener que pasar penurias financieras para pagarlos, siendo necesario para ello: 1.La existencia de un Sistema Nacional de Salud (SNS) sólido, eficiente y en buen funcionamiento; 2. Asequibilidad a un sistema de adecuado y suficiente que financie los servicios de salud apropiadamente; 3. Acceso a medicamentos y tecnologías esenciales para el diagnóstico y tratamiento; 4. Dotación suficiente de personal de salud bien capacitado y motivado para prestar servicios que respondan a las necesidades de los pacientes, ofreciendo prestaciones basadas en evidencia científica.

Desde la sociedad civil, se plantea insistentemente que para lograr tal cobertura sanitaria universal es necesario construir más bien Sistemas de Salud Universales (SSU) con una perspectiva de Derechos Humanos, Justicia Social y Equidad, mientras que el usual argumento para no encarar frontalmente las reformas necesarias y urgentes, es a menudo, la limitación financiera que confrontan los estados, quienes al mismo tiempo, hacen poco o nada para promover el Uso Racional de Medicamentos (URM), entendiéndose con ello que “los pacientes reciban la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor coste posible para ellos y para la comunidad”. Resulta llamativo que mientras se arguye la insuficiencia de los presupuestos de salud, se tolera la irracionalidad en el uso de medicamentos, cuyas consecuencias, en términos económicos, según expertos, significan millones de dólares de gasto innecesario.

CONSECUENCIAS Y COSTOS DEL USO IRRACIONAL DE MEDICAMENTOS

A nivel mundial, se estima que la mitad de todos los medicamentos son prescritos, dispensados y/o  se venden en forma inapropiada y la mitad de todos los pacientes no toman sus medicamentos correctamente.

Dos tercios de las ventas de antibióticos a nivel mundial tienen lugar sin exigir receta médica. Así, el uso inadecuado de medicamentos no sólo resulta casi generalizado, si no que es extremadamente costoso y perjudicial tanto para el individuo como para la población en general.

La prescripción de antibióticos más caros, de amplio espectro es común, especialmente en países donde las normas no se respetan. Un nuevo informe de CDC (Center for Disease Control and Prevention -USA) indica de que más de 2 millones de personas en los Estados Unidos se infecta con organismos resistentes a antibióticos, lo que lleva a una discapacidad considerable, muerte y un coste económico elevado.

En Estados Unidos las reacciones adversas por medicamentos se sitúan entre las 10 primeras causas de muerte y se estima que su costo está entre USD 30 a USD 130 billones de dólares cada año. 

La creciente resistencia a los medicamentos antimicrobianos es un desafío particularmente grave y es resultado en gran parte de la prescripción y el uso inadecuado de los mismos. Por lo expuesto, es claro, que a pesar de los esfuerzos desde los años 80, aún las autoridades sanitarias, los tomadores de decisiones, parecen carecer de la motivación y conocimientos para el análisis de las formas más rentables para hacer frente a estos problemas. El alto y creciente costo de los medicamentos contribuye a los bajos niveles de adherencia de los pacientes a sus tratamientos. Algunos estudios estiman que el 90% de los usuarios consumidores compra su receta o prescripción solo para tres días. Ante esta situación, son las Instituciones, la academia, las universidades, los profesionales de la salud y los pacientes que tenemos un rol a cumplir, contribuyendo en el marco de la gobernanza, junto a las autoridades y los que ejercen gobernabilidad, para avanzar hacia un uso más racional de los medicamentos.

En contraste, resulta lamentable observar que, a más de aprobar regulaciones y normativas, muchas de ellas no se cumplen, porque no se monitorea la obligatoriedad de su cumplimiento. De esta forma, operativamente hace poco o nada para genuinamente promover el URM, mientras es evidente que los riesgos del uso inadecuado se incrementa. No infrecuentemente, los líderes de los estados y algunos países sacrifican la asignación de recursos que deberían estar destinados a la atención sanitaria y al URM, destinándolos a temas menos trascendentes y hasta extravagantes. Así, las reformas de salud hacia la cobertura universal, el mejoramiento de la calidad de atención en salud oportuna, el acceso a medicamentos esenciales y su uso racional de los medicamentos en general, se convierten en  indicadores de avances en salud y de la sensibilidad o insensibilidad de los que toman decisiones en políticas públicas. Nuestra indiferencia ante esta situación conlleva tolerar el dolor, la angustia, el sufrimiento, la desesperación de las familias y de los pacientes que no pueden acceder, en muchas circunstancias, al socorro sanitario oportuno y a los medicamentos que podrían ayudar a sus seres queridos. Por tanto el tema va más allá de lo académico y científico. Es un tema de ejercicio y respeto  a los Derechos Humanos.

EXPANDIENDO EL USO RACIONAL O EL MERCADO DE MEDICAMENTOS?

Actualmente hay más visitas a los servicios de urgencias y más muertes a causa de los medicamentos que a causa del uso de drogas ilegales

“El negocio de la industria farmacéutica es vender pastillas, quienes descubrieron que la mejor forma de hacerlo es vender… enfermos y comercializar enfermedad. Nos han vendido la idea de que los problemas cotidianos se deben a un desequilibrio químico y requieren una solución química,  nos están convirtiendo en una sociedad adicta a las pastillas”, es lo que se afirma en un artículo de Ima Sanchis periodista del periódico “La vanguardia” (Barcelona España), luego de una entrevista a Allen Frances, (19/9/2014), Director del “Manual diagnóstico y estadístico (DSM)”, considerada “la biblia de la psiquiatría mundial”, en la que se analiza la presión de las compañías farmacéuticas, que no dudan, a decir del entrevistado, en inventar nuevas enfermedades y ampliar síntomas para expandir el mercado de sus medicamentos.

Allen Frances sostiene que, un médico del primer nivel de atención puede hacer un diagnóstico y en siete minutos recetar pastillas. Afirma que el 6% de los ciudadanos ya es adicto a los fármacos, y actualmente hay más visitas a los servicios de urgencias y más muertes a causa de los medicamentos que a causa del uso de drogas ilegales.

Un excesivo número de personas, sostiene, pasan crecientemente a depender, por ejemplo, de antidepresivos, anti psicóticos y ansiolíticos, somníferos y analgésicos para tolerar la vida. Nos están convirtiendo en una sociedad adicta a las pastillas. En EEUU, el 11% de los adultos, el 21% de las mujeres y el 4% de los adolescentes tomaron antidepresivos en 2010, y el 4% de los niños toma algún estimulante. Esta adicción, no es libre de consecuencias, no solo individuales, sino sociales y epidemiológicas.

En un artículo anterior (Junio 2014), titulado “Resistencia a antibióticos: ¿fantasía apocalíptica transformada en realidad?” ya advertíamos nuestras preocupaciones sobre la imprudencia en el uso excesivo y/o mala utilización de medicamentos, citando el caso de los antimicrobianos que parecen haber alcanzado los límites de su capacidad en la lucha contra variadas infecciones y riesgos. La situación de la tuberculosis multi drogo resistente (MDR), ilustra esta situación, que despierta gran preocupación a nivel mundial, ya que el 3,6% de los nuevos casos de tuberculosis y el 20,2% de los previamente casos tratados, se estima son ahora multi resistentes (MDR-TB). Esto al referirnos solo a una enfermedad. Imaginemos el panorama real si examináramos todas aquellas que requieren anti microbianos. ¿Qué hacemos al respecto?

PROPUESTAS PARA LA ACCION

La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone 12 intervenciones clave para promover un uso más racional de los medicamentos:

1.- Establecimiento de un órgano nacional multidisciplinario para coordinar las políticas sobre el uso  racional de los medicamentos.

2.- El uso de guías clínicas o normas de atención clínicas y terapéuticas.

3.- Desarrollo y uso de la lista nacional de medicamentos esenciales.

4.- Establecimiento de comités de fármaco terapéutica en los servicios de salud y Hospitales.

5.- Inclusión  en los programas de pregrado de las universidades de formación en Fármaco terapéutica, basada en problemas.

6.- Educación médica continua en los servicios como requisito para mantener la licencia profesional.

7.- Supervisión, auditoría y retroalimentación.

8.-  Acceso y uso de información independiente sobre medicamentos.

9.- Educación pública sobre los medicamentos – Educación comunitaria en Salud.

10.- Evitar incentivos financieros perversos.

11.- El uso y cumplimiento de las regulaciones de forma adecuada y forzosa.

12.- Inversión pública suficiente para asegurar la adecuada disponibilidad de medicamentos y de personal en salud.


Por Oscar Lanza | Fundador AIS-CODEDCO-IBFAN-FUNAVI (Bolivia)

Sistemas universales en salud y uso racional de medicamentos