sábado. 20.04.2024
robotizacion

El cambio ya está aquí y sin que seamos muy conscientes de ello se va haciendo cada vez más visible en todas las esferas que conforman nuestro entorno público y privado. El trabajo avanza hacia una mayor robotización, las universidades se adaptan en mayor medida a los estudiantes con sus módulos a distancia. Tomamos un café en casa y charlamos por Skype con nuestro amigo alemán que conocimos en Alicante pero que ahora vive en China. Y nosotros, queremos emprender en Internet.

Ante un nuevo paradigma las personas reaccionan de maneras muy diferentes. Hay quienes se muestran totalmente entusiasmados con la industria 4.0. Es decir, siguen la evolución viviéndola desde dentro: están a la última en moda, conocen las últimas tendencias de la marca Apple, acuden a eventos donde poder utilizar las gafas 3D de Google que les trasladan a esa realidad “virtual”. Tienen un blog, y no conformes con eso piensan en emplear a personas de otra nacionalidad, o en otra parte del globo terráqueo. Idealistas que viven con la ilusión de crear un mundo mejor donde las barreras espacio-temporales se queden obsoletas. 

Por otro lado, están los tecno-pesimistas, que siendo totalmente legítimos tienen que ponerse al día a marchas forzadas con la tecnología, a pesar de su resignación, e incluso rechazo ante tanta red  y conexión por doquier. Temen por sus puestos de trabajo porque al parecer en esta revolución 4.0 que se abre camino no entramos todos, o al menos no todos los humanos como ahora los percibimos. Parte del trabajo en fábricas se ha robotizado y esto seguirá con camareros a distancia, conductores teledirigidos, compras totalmente online… Este giro de 180 grados ya pone los pelos de punta a más de uno. ¿Cómo asumirlo sin caer en un pesimismo u optimismo exacerbado?

Dominios en desuso ¿Por qué no reactivarlos?

Si algo caracteriza este cambio es que bajo lo que se engloba en ese concepto de Industria 4.0 está todo digitalizado. Hablamos ya de fábricas inteligentes, de digitalización de todas las esferas, de big data, bioimpresión, implantes biónicos, sensores, inteligencia artificial, biotecnología. 

Dentro de cada apartado mencionado más arriba hay todo un complejo de posibilidades. Es decir, actualmente vivimos en ese momento de crisis y de reestructuración en todos estos campos que de algún modo son el eje coordinador de esta transformación, y que nos brindan a su vez la posibilidad de hacer algo con ellos. Bien porque nos queramos dedicar a explicar el cambio como redactores de un blog pionero sobre inteligencia artificial o sobre robótica, o porque queramos emprender en Internet creando un tipo de página-smart. 

Por ejemplo, si hacemos caso a los datos y estos apuntan en la misma dirección de que cada vez más usuarios se decantan por las compras online, ¿Por qué no diseñar un sistema inteligente que facilite las compras en los supermercados? 

Y aún más… del mismo modo que se ha puesto de moda, o tal vez ya forma parte casi de nuestra cultura el tema del reciclado, ¿Por qué no hacer limpieza de páginas web en desuso y darles nueva vida? Por suerte, ya hay empresas de tecnología, que adelantándose a lo que está por venir, ya han empezado a desarrollar procesos de reciclaje y ofrecen servicios como éstos, que nos facilitan este proceso de “reciclar” nombres de dominios.

Este servicio sirve para ponernos en contacto con el propietario con la finalidad de saber si podemos llegar a un acuerdo, e incluso establecer algún tipo de vínculo que pueda resultar en un acuerdo comercial. Es importante tener en cuenta que en algunas ocasiones estos dominios aparcados cuentan con un buen posicionamiento en Internet, lo que nos posibilitará llegar a un público objetivo de manera más fácil, y reconectar con los usuarios que ya se tenían. De esta forma, podríamos reducir el llamado drama de la basura electrónica, ya que aunque sea de forma online, podríamos trasladar gran cantidad de nombres y dominios registrados que hace años dejaron de utilizarse. 

Esta web puede ser nuestra ventana para conectar con esta industria 4.0, con la que podremos emprender teniendo en cuenta cuáles son los nichos de mercado que más nos interesan. Tal vez, el mundo ya no va a ser lo que conocemos o lo que era, pero también estar abiertos sin caer en un tecno-optimismo, nos permitirá andar juntos hacia una cuarta revolución industrial que ahora se está fraguando. La decisión es solo nuestra. Queda saber de cómo queramos participar y hasta qué nivel. Lo que no podemos negar es que la red de redes está ya con y entre nosotros.

Reactivar páginas web aparcadas, una forma de mantener Internet en forma