miércoles. 17.04.2024

Hoy ya sabemos que mantener los actuales patrones de consumo de las economías occidentalizadas nos guiará hacia un callejón sin salida, donde la única vía de escape será el hallazgo y explotación de recursos alternativos.

Los consumidores tienen mucho que decir y hacer para contribuir a mejorar el planeta. La necesidad de un consumo responsable se hace patente y debe basarse en la elección de productos y servicios de manera que no sólo se atienda a la calidad y el precio de éstos, sino también a su impacto social y ambiental y a la conducta de las empresas que los elaboran

Si pensamos que la responsabilidad de la sostenibilidad del sistema sólo recae en las empresas estamos muy equivocados. También los consumidores tienen mucho que decir y hacer para contribuir a mejorar el planeta. La necesidad de un consumo responsable se hace patente y debe basarse en la elección de productos y servicios de manera que no sólo se atienda a la calidad y el precio de éstos, sino también a su impacto social y ambiental y a la conducta de las empresas que los elaboran.

Pero las empresas (y todas las organizaciones) tienen también su tarea. El nuevo contexto global requiere de un cambio hacia una gestión responsable de la empresa. La visión tradicional de los negocios no sólo ya no es sostenible, sino que las empresas que sigan operando bajo el patrón del  “business is business” se arriesgan a perder oportunidades singulares en lo que respecta a su competitividad, rendimiento económico y reputación. Esta necesaria transformación se conoce como un cambio de enfoque económico a un enfoque de “triple cuenta de resultados”.

Para los profesionales del marketing esto significa, desde un punto de vista práctico, poner al cliente en el centro del negocio y así satisfacer sus necesidades y deseos--- incluidas sus expectativas relacionadas con la sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial (RSE).

El papel del consumidor es de lo más relevante en este contexto, ya que éste se erige como juez del mercado. En sus manos está el poder de premiar o boicotear a las empresas, haciendo así que las compañías logren atender a sus verdaderas necesidades y peticiones.

Por esta razón, el consumidor  deber ser el responsable de exigir a las empresas que se preocupen por la forma en que gestionan sus recursos sociales y medioambientales. Muchos consumidores ya son conscientes de la importancia de realizar un consumo responsable- el Informe Forética 2011 reflejaba más del que ya 37% de los consumidores españoles habían dejado de comprar a empresas por prácticas poco éticas y responsables-. En definitiva, el consumidor puede ser el protagonista que lidere el cambio hacia unas conductas más responsables.

Algunas empresas comienzan a recoger el guante con profesionales del marketing capaces de crear una cultura responsable dentro de sus empresas y, como actores influyentes y creadores de tendencias, tienen en sus manos la posibilidad de marcar la diferencia en sus consumidores.  Son la vía de comunicación más directa de la cual dispone una compañía hacia sus clientes.

El marketing sostenible supone una oportunidad única para las empresas. Los beneficios son:

· Alinearse mejor con las necesidades de los consumidores--- incluidas aquellas relacionadas con la RSE
· Evitar boicots
· Actuar antes de que lleguen regulaciones-y ahorrar costes asociados con el cumplimiento repentino de nuevas leyes
· Generar confianza y fidelidad en el consumidor
· Acceso a un nuevo mercado emergente de productos sostenibles que ya en 2004 en EEUU, tenía un valor de $227 millones
· Fomentar la innovación y la creatividad

Marketing y consumo responsable