miércoles. 24.04.2024
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Es muy habitual que cuando empezamos a germinar tengamos fracasos que nos desaniman a continuar. Germinar semillas es muy sencillo, pero si alguno de los factores requeridos falla… los brotes no prosperarán.

Por ello es muy importante tener en cuenta los consejos de los amigos de la cocina natural (Conasi) que llevan tiempo tratando de dar a conocer sus experiencias. Entre otras cosas conviene tener en cuenta lo siguiente en relación a la calidad de las semillas y el proceso que debemos seguir para conseguir una buena germinación.

1. Semillas: una de las más causas frecuentes es que no estamos usando las semillas adecuadas. Necesitamos específicamente “semillas para germinar”, puesto que las semillas que utilizamos para comer habitualmente se han sometido a calor y han perdido parte de su capacidad de germinar, o toda. Entonces, cuando ponemos las semillas a germinar  no prosperan y se pudren debido a la humedad y germinando quizás sólo algunas.

Se recomienda el uso de semillas procedentes de agricultura ecológica y de buena calidad,  libres de manipulaciones, de pesticidas y cualquier tipo de contaminantes. Semilla de girasol para germinar

Por ejemplo, no puedes germinar cualquier pipa de girasol, tienes que elegir semilla de girasol especial para germinar.

2. Métodos de germinación:  si no usamos el método adecuado las semillas no encuentran sus condiciones favorables: Si germinamos semillas mucilaginosas, como rúcula, lino, albahaca, berro y mostaza, debemos utilizar un método que les permita estar extendidas, aireadas y húmedas, como ocurre con los platos de germinación. Las semillas están sobre una rejilla que les permite mantener la humedad (debajo de la rejilla hay agua) y no se amontonan, porque están bien extendidas. Es la forma ideal para germinar estas semillas. Las demás semillas, las no mucilaginosas, germinan bien en todos los germinadores: tarros, platos, germinador eléctrico.

3.Germinadores: hay germinadores que fallan en su diseño. Por ejemplo, los que no permiten buen drenaje del agua, materiales o diseños que no permiten una buena limpieza, germinadores que no permiten la aireación adecuada de las semillas o germinadores eléctricos que reutilizan el agua ya usada. Busca germinadores de materiales limpios, fácilmente desmontables y si utilizan plásticos, que no contengan bisfenol A ni ftalatos.

4.Humedad: posiblemente tenemos un buen germinador y buenas semillas, pero si se secan se pueden pudrir. También se pudren por exceso de humedad, frecuente en germinadores que no drenan bien. Pero si usas métodos con buen drenaje, como los tarros o platos de germinación con rejilla y tus brotes se están pudriendo, lo más seguro es que te hayas descuidado y no hayas regado las semillas con la frecuencia requerida.

5. Temperatura: para que las semillas germinen bien necesitan una temperatura templada.  Si la temperatura es fría las semillas no crecen o lo hacen muy despacio, si es muy cálida pueden proliferar hongos u otros microorganismos.

La temperatura del interior de casa es muy adecuada para la germinación.

6. Limpieza: los germinadores deben estar bien limpios en todos los rincones, ya que la germinación, al ser un medio húmedo, tibio y con residuos orgánicos es propicio para la proliferación bacteriana. Si los germinadores y bandejas se limpian bien tras cada uso, seguro que no tendremos problema alguno. Por esta razón uno de los criterios al elegir un germinador es que se pueda desmontar bien. Por ejemplo, en los tarros de germinación, la tapa separa el aro de la rejilla, o en los germinadores de plato también se separan ambos completamente.

7. Luz: los germinados pueden crecer sin luz, pero en este caso crecerán blanquecinos, porque no han podido generar clorofila. Deben estar en un lugar luminoso, no con sol directo. Con estas recomendaciones, conseguiréis hacer crecer en casa estos pequeños milagros de las semillas en crecimiento. Os animamos a incluir los germinados en vuestra alimentación ¡éstos son realmente alimentos vivos, los que nos aportan vida!                                        

Los 7 puntos clave para que la germinación sea un éxito