viernes. 29.03.2024

Actualizado 2022

El 17 de octubre de 2003, se desencadenó una de las mayores tormentas solares registradas. Se prolongó 19 días, hasta el 5 de noviembre y ha pasado a los anales del clima espacial como la 'Tormenta solar de Halloween', ya que fue el 31 de octubre, cuando se celebra la conocida como 'Noche de Halloween', víspera del Día de todos los Santos, cuando los expertos testimoniaron uno de los episodios más prolongados de actividad solar conocidos.

Entre el 4-5 de noviembre, en su punto álgido, pudo desencadenarse un gran Evento Carrington, la que ha sido y sigue siendo la mayor tormenta geomagnética de referencia en occidente y el mayor fenómeno de este tipo en la historia moderna que se produjo el 1 de septiembre de 1859.

El 'Evento Carrington', llamado en honor a Richard Carrington, el científico que descubrió e ilustró el fenómeno extremo del clima espacial.

  1. 'Tormenta solar de Halloween 2003'

'Tormenta solar de Halloween 2003'

En esas dos semanas de 2003, el sol había desencadenó 17 grandes llamaradas solares, 15 de ellas superiores al nivel M5, la magnitud donde el evento empieza a considerarse fuerte. Incluso, doce de ellas fueron clasificadas de clase X, las más potentes. 

El 23 de octubre se registró una X5.4, y cinco días después, una X17.2, la cuarta mayor llamarada solar captada por el hombre. Y todas con sus consiguientes eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés). El 29 de octubre, una X10, cuya CME además fue geoefectiva.

En ese contexto, el 2 de noviembre de 2003, hubo una inmensa llamarada X8.3, que por sí sola era ya superior a todas las registradas hasta el momento. Al día siguiente se desencadenó otra doble llamarada solar X: una X2.7 y una X3.9, con apenas 8 horas de diferencia entre sí y cuyas CMEs prácticamente se encontraron en su trayectoria. 

Una fenomenología como no se había captado antes en la cara orientada a la tierra del sol desde la aplicación de la moderna tecnología satelital al clima especial. 

Y justo en ese momento, tras días de castigo a la magnetosfera y de tormentas geomagnéticas casi continuadas entre fuertes y muy severas (G3, G4 e incluso G5,el máximo de la escala oficial de NOAA).

Una llamarada solar sin precedentes

El 4 de noviembre de 2003, a las 20:50 de la tarde, hora peninsular española, el astro rey desencadenó algo que nadie esperaba: una llamarada final sin precedentes, de magnitud entre X28 y X45, que, de hecho, no llegó a ser captada en su totalidad con exactitud ya que los sensores de medición ni tan siquiera pudieron alcanzar a medirlo completamente, quedando saturados.

La actividad solar más prolongada desde que se tiene registro se produjo en la 'Tormenta solar de Halloween 2003'

Se trataba de la mayor llamarada solar jamás detectada desde que los satélites GOES entraron en funcionamiento en 1976.

El satélite LASCO detectó, además, una impresionante CME a una velocidad de 2.400 km/segundo (8.2 millones de kilómetros por hora) asociada a dicha llamarada, es decir, por encima del referente de peligrosidad de los 1800/2000km/segundo. Hablamos de unos mil millones de toneladas de materia

2.400 km/segundo implicaba también, que esa CME podía alcanzar la tierra a lo largo del día siguiente, 5 de noviembre, antes de que se cumpliesen siquiera las 24 horas; de hecho, en algo menos de 18 horas en realidad. Menos de 18 horas para abordar de la nada y a nivel internacional, la gestión preventiva de algo así.

"Cualquiera puede comprender por sí mismo los minutos siguientes en NOAA tras la detección de aquella llamarada solar de récord y su CME, confirmando su trayectoria y verificando atentamente si semejante eyección de masa coronal era geoefectiva, o no lo era. La peor llamarada solar imaginable en la peor de las coyunturas para nuestra magnetosfera", afirman desde el Observatorio del Clima Estatal.

Colapso de la red eléctrica

La importancia y peligrosidad, muy real, de este evento presenciado en directo desde NOAA terminó por ser crucial para la comprensión del clima espacial como un riesgo natural completamente desatendido.

De lo que sucedió aquellos días de 2003 arrancaría todo el trabajo de FEMA (la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias en EEUU). Un estudio posterior financiado por la NASA detalla lo que podría sucederle a nuestra moderna sociedad si se produjera una "super llamarada solar" seguida de una severa tormenta geomagnética.

Según el mismo, el problema comenzaría con la red de electricidad. "La electricidad es la tecnología que representa la piedra angular de la sociedad moderna, de la cual dependen, prácticamente, todas las demás infraestructuras y servicios", destaca el informe.

"Las corrientes en tierra, inducidas durante las tormentas geomagnéticas, pueden derretir las bobinas de cobre de los transformadores, justo en el corazón de muchos sistemas de distribución de corriente eléctrica. Las líneas de electricidad diseminadas actúan como si fueran antenas, recogiendo las corrientes y esparciendo el problema sobre una vasta área", señala y recuerda que el apagón más famoso producido por una tormenta geomagnética tuvo lugar durante una tormenta espacial, en marzo de 1989, cuando seis millones de personas en Quebec quedaron sin electricidad por nueve horas.

Por eso todo el moderno impulso de la prevención internacional de las tormentas solares no arranca tanto del Evento Carrington de 1859, ni de la enorme tormenta solar que paralizó la estación de trenes de Nueva York y sus comunicaciones en mayo de 1921, que permanecía casi olvidada, sino de las tormentas solares de 1989 en Quebec y los primeros incidentes confirmados en una central nuclear por una tormenta solar, en el ciclo solar 22, y, muy especialmente, arranca de estos posteriores, inesperados, fenómenos solares de Halloween 2003, en el ciclo solar 23, casi tres años después a lo que teóricamente fue su máximo solar. 

Imagen del evento tomada por la NASA

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Erupción solar 2003. (ESA-NASA)

En la erupción que se puede ver en esta imagen, el sol liberó una cantidad de energía equivalente a un billón de bombas atómicas como la de Hiroshima en cuestión de minutos.

La intensidad del destello cegó a la cámara en la zona en la que aparece una mancha blanca horizontal.

'Tormenta solar de Halloween 2003': el Evento Carrington que no fue