jueves. 25.04.2024
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Hoy es imposible señalar un ganador, dado que los sondeos dan como triunfador a Mauricio Macri por escaso margen. Pero no olvidemos, que en la elección pasada estos mismos sondeos daban ganador a Daniel Scioli por un gran margen, cosa que, resultó errónea, ganando Scioli por sólo tres puntos de diferencia.

Sin embargo, dentro de la estrategia de los medios opositores, se está amplificando el valor de los sondeos, intentando amarrar un resultado que se está arañando por primera vez en la Argentina, esto es, que gane la derecha a través de las urnas.

Pocos son los factores que pueden definir el resultado y casi todos se han materializado sin modificar en demasía el posible resultado. Uno de esos factores, fue el debate entre ambos candidatos, que no consiguió transmitir a la ciudadanía, ninguna señal diferente a lo que se venía planteando en el último tramo de la campaña.

Desde luego que, nuevamente, el aparato mediático dominante pretendió instalar, que el ganador había sido Macri.

Nada más alejado de la sensación que dejó dicho debate. Ello, a pesar de la grave falta de ética de uno de los moderadores que le sirvió a Macri en bandeja un dato manipulado de UNICEF con respecto a la pobreza en la Argentina, y vertiendo un dato de crecimiento del país que no le correspondía hacer. El objetivo era que el candidato acorralara a Scioli con ese tema. Una muestra más de todos los recursos que ha utilizado, el poder mediático, para orientar el voto anti kirschnerista.

Esa orientación, que viene de muy lejos, de mucho antes que la campaña electoral, es la que ha dado como resultado un razonamiento muy poco político, donde la prevalencia del odio se nota permanentemente en cualquier conversación, donde se discute muy poco sobre el país que se quiere, donde se obvian datos reales de la evolución social que ha tenido el país, donde no se ha discutido y puesto en evidencia lo que está mal y lo que no se ha hecho.

Ese es uno de los factores que definirá realmente el resultado final del balotaje, es decir el impulso visceral sin razonamiento político o una última lectura mas sensata donde predomine el país que cada uno quiere. Según predomine uno u otro, será el resultado final. Será el momento en que cada ciudadano esté sólo frente a las dos boletas, y vea si es capaz de desprenderse de la manipulación mediática.

Otro factor son los "vergonzantes", que dada esa visceralidad que mencioné antes, se han visto autosilenciados. No dicen que votarán la continuidad del proyecto del actual gobierno, por evitar un enfrentamiento, porque de eso se trata. Ni siquiera les es posible mencionar que están de acuerdo con algunas acciones del gobierno saliente, pues inmediatamente se los encuadra como kirchneristas. Qué cantidad de votos significa este espectro? No se sabe, pero existe.

Luego está el grupo de los que han votado en contra de Cristina Fernandez, queriendo castigar a la persona, por esa visceralidad mencionada, mucho de los cuales votaron al candidato que quedó en tercer lugar, en la primera vuelta. Pero, estarán dispuestos a entregarse al neoliberalismo? Por atacar a una persona se atacarán a sí mismo?

También están los que emiten, por mucho que se disfrace, un voto clasista, que apoya incondicionalmente a Macri, pero que por sí sólo no es suficiente para llegar al poder, por lo que ocultan cuidadosamente su condición.

Finalmente, se preve un aumento del voto en blanco, que si bien no fue muy elevado en las generales, crecerá seguramente de manera notable, máxime que sectores de la izquierda llaman a votar en blanco.

Por lo señalado, hay que olvidarse de las encuestas y de los razonamientos habituales para predecir u opinar sobre el ganador el día 22 de noviembre.

Sin lugar a dudas será muy ajustada la victoria del ganador, cambiando sustancialmente las condiciones de gobernabilidad a partir del 10 de Diciembre, fecha en que asumirá el nuevo presidente.

¿Quien ganará la segunda vuelta?