viernes. 29.03.2024
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Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’ firman el nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una ceremonia en el Teatro Colón de Bogotá

Este 25 de noviembre en GOBERNA AMÉRICA LATINA del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset de Madrid, el Embajador en Misión Especial y asesor del ministerio de Relaciones Exteriores en Política latinoamericana del Gobierno de Chile, Gabriel Gaspar, que ha participado en nombre de su país en el equipo de apoyo y observación del Proceso de paz de Colombia, ha desgranado su valoración sobre la relevancia de este segundo acuerdo firmado ayer y manifestado sus impresión favorable sobre la aprobación del mismo por el Congreso colombiano, así como los problemas y dificultades con los que se enfrentará su puesta en práctica.

Afirmó que el acuerdo de Colombia favorece a toda Latinoamérica y recalcó el hecho que todos los países sin excepción hayan apoyado el proceso de paz. “Cuanto más estabilidad en Colombia, menos droga, y mayor estabilidad para toda América” Recalcó asimismo el importante papel jugado por la diplomacia Noruega, enfocada en su acción exterior a la intermediación para la paz, así como el interés en todo el proceso mostrado por la administración estadounidense, que confía se siga dando a pesar del cambio en la Presidencia de USA.

Resaltó igualmente la importancia que para el crecimiento económico tanto de Colombia como de Venezuela tiene el hecho de que avancen los procesos de diálogo y se asienten los acuerdos de paz. Si se consolida dicho proceso ha manifestado el crecimiento del PIB colombiano puede aumentar en más de un 2% sobre lo previsto actualmente.

También ha manifestado que Chile se siente concernido en el avance de la pacificación de Colombia, entre otras cuestiones por la importante presencia de empresas chilenas en las nuevas inversiones que se están llevando a cabo en dicho país.

Consideró, por último, que todo lo que se pueda favorecer desde Europa el proceso de paz, será muy beneficioso, si bien el protagonismo fundamental durante estos años de las negociaciones ha sido pilotado y dirigido, de mutuo acuerdo entre las partes, fundamentalmente con la colaboración y apoyo de países latinoamericanos.

Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’ firmaron el jueves, el nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una ceremonia en el Teatro Colón de Bogotá.

Santos y Londoño,  rubricaron un texto de 310 páginas en una  ceremonia efectuada en el teatro de la capital, a corta distancia del palacio de Gobierno, ante unos 800 invitados. Primero lo hizo el líder guerrillero y luego el jefe de Estado, quienes utilizaron, al igual que en el primer acuerdo, un “balígrafo”, bolígrafo fabricado con un casquillo de bala de fusil, que simboliza el tránsito de Colombia de la guerra a la paz.

“Reconozco que este nuevo acuerdo es mejor que el que firmamos en Cartagena porque recoge las esperanzas y las observaciones de la inmensa mayoría de los colombianos.

Del 50 % de los que votaron sí y de un importante porcentaje de los que votaron no”, dijo Santos minutos después de poner su rúbrica en el nuevo acuerdo, que será sometido a votación en el Congreso la próxima semana. Se espera que la votación se haga el martes en el Senado y el miércoles en la Cámara de Representantes, después de un debate de control político en el que participarán todas las bancadas y en el que no tendrán representación las FARC.

“Después de escuchar todas las propuestas y alternativas, y de común acuerdo con las FARC, es claro que la vía más conveniente y legítima para refrendar este nuevo acuerdo es a través del Congreso de la República”, dijo el mandatario este martes en una alocución en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo. En el Congreso, donde tiene mayorías, “están representadas todas las visiones y opciones políticas del país, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha”, expresó el presidente.

El partido de Uribe rechazó el nuevo acuerdo y ha reiterado su voto en contra, aunque se estima que será refrendado sin mayores problemas porque la coalición centro-derechista de Gobierno Unidad Nacional tiene la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, donde además cuenta con el respaldo de partidos independientes y la oposición de izquierda.

Cuando el acuerdo sea refrendado, los cerca de 5.800 miembros de las FARC se concentrarán en 27 sectores específicos durante medio año, tiempo durante el cual entregarán las armas a las Naciones Unidas en fases previamente establecidas.

La ceremonia de este jueves fue austera, a diferencia de la celebrada en septiembre en Cartagena de Indias, a la que acudieron más de 2.000 invitados, entre ellos 14 jefes de Estado, y que contó con acrobacias de aviones de la Fuerza Aérea.

Tras el fracaso en el referéndum,  Santos convocó a todas las fuerzas políticas en un intento por salvar el proceso de paz que busca terminar con 52 años de confrontación armada, en especial al Centro Democrático, al que pidió presentar sus reparos con miras a una renegociación del acuerdo. Los promotores de la campaña por el voto del “no” en el plebiscito presentaron cerca de 500 propuestas de modificación en 57 ejes temáticos, que fueron planteadas entonces por el Gobierno a las FARC en La Habana, sede de las negociaciones durante cuatro años.

Al final, el Gobierno y las FARC aceptaron hacer modificaciones en 56 de los 57 temas. El único punto rechazado fue la propuesta de que los jefes de las FARC que cometieron delitos no pudiesen ser elegidos en cargos por votación popular. El Gobierno defendió la negativa en este punto con el argumento de que el objetivo de este y de los anteriores procesos de paz hechos en los últimos 30 años con grupos guerrilleros es que tras la desmovilización y el desarme sus miembros puedan incorporarse a las actividades políticas legales.

Nueva oportunidad para la paz en Colombia