sábado. 20.04.2024

@jgonzalezok | Había nacido en Uruguay hace 85 años, pero vivía hace 52 en Buenos Aires, donde era una figura fundamental de la cultura y el periodismo. Hermenegildo Sábat, que murió este martes en la capital argentina, trabajó hasta el último momento en el diario Clarín, a cuya redacción se había incorporado en 1973. Sus dibujos, siempre sin texto, no apelaban al humor, y en muchos casos expresaban lo que no se podía contar. Como sus dibujos durante la dictadura (1976-1983), cuando se atrevió a dibujar una caricatura del general Videla, a pesar de que estaba prohibido. Sería por ello amenazado de muerte por el general Guillermo Suárez Mason. Alguien le hizo llegar una cinta grabada en la que se escuchaba al militar decir: “si ese boludo insiste con los dibujitos, lo metemos en un avión y lo tiramos en la mitad del río”. En una de sus últimas entrevistas afirmó que, repasando lo que había publicado en la dictadura, no sabía cómo aún estaba vivo. (Imagen: Wikipedia).

Pero también en democracia tuvo problemas. La ex presidente Cristina Fernández lo acusó de ser objeto de un mensaje “cuasi mafioso” por uno de sus dibujos. En el mismo aparecía la entonces presidente con la boca tapada por dos cintas, que se publicó después de unos días de uso especialmente intensivo de la cadena nacional obligatoria.

Otro dibujo que escoció especialmente al kirchnerismo fue el de la misma Cristina Fernández con un ojo morado, después de que el gobierno perdiera una de las batallas que entabló contra el diario Clarín, en el contexto de la Ley de Medios. La expresidente también reaccionó públicamente en un discurso: “¿Vieron esto de hoy? Clarín y Sábat, en días de violencia contra las mujeres, publicitando mensaje de mujer callada y sumisa. Nos quieren calladitas y obedientes”.

Sábat, que nunca puso texto a sus dibujos, contestó con la siguiente declaración: “Durante muchos años me he ocupado de representar a varones y mujeres, todo dentro de mis obvias limitaciones y con suertes varias. Las reacciones de los lectores siempre han sido desiguales, pero en ningún caso, hasta ahora, se me acusó de abusar, opinar o atacar de manera canallesca al sexo femenino”.

El secretario general de Clarín, Ricardo Kirschbaum, decía este martes a Radio Mitre, horas después de su fallecimiento: “Era muy observador de los diarios y de los medios en general. Su oficina era casi un museo y sus dibujos no acompañaban las notas (artículos), sino que eran una nota en sí mismos. Es una gran pérdida. El periodismo argentino y latinoamericano está de duelo. Menchi (apodo del dibujante) merece un sitio importante y definitivo en el olimpo del periodismo”.

Todo el mundo cultural de Argentina está de luto con la muerte de Sábat, un artista que pintaba a sus personajes favoritos con pequeñas alas, como a Gardel. En su Uruguay natal había publicado en la mítica revista Marcha y llegó a ser redactor jefe del diario El País. En Buenos Aires, antes de trabajar en Clarín, había publicado sus trabajos en medios míticos, como el diario La Opinión y la revista Primera Plana.

Hermenegildo Sábat3

Cuando apareció La Opinión, un diario sin fotos, el comentario que publicó el director de The Buenos Aires Herald, Robert Cox, resaltó el parecido con Le Monde, otro periódico que en la época tampoco publicaba fotografías. Pero añadió: “Y teniendo a Sábat, ¿para qué necesitan fotografías?”.

Publicó más de 20 libros, donde dio rienda suelta a alguna de sus pasiones: el jazz y el tango entre ellas. Algunos de los personajes a los que dedicó estos textos fueron Gardel, Aníbal Troilo o Astor Piazzolla (en la imagen). O los músicos de jazz Charlie Parker y Django Reinhardt. Ilustró un libro de Julio Cortázar sobre el pintor Toulouse-Lautrec. También le dedicó un volumen a Jorge Luis Borges, con el que tuvo una larga relación.

Tanto su abuelo, un español que llegó al Uruguay de corta edad, como su padre, eran dibujantes y periodistas. Clarinetista aficionado, como Woody Allen, también expuso sus cuadros al óleo como pintor. Y sus dibujos llegaron a ser publicados por prestigiosas publicaciones internacionales como The New Yorker.

Entre los numerosos premios que recibió destacan el María Moors Cabot, que otorga la Universidad de Columbia, y el de la Fundación Nuevo Periodismo Latinoamericano, que le entregó personalmente Gabriel García Márquez. En 2008 le nombraron miembro de la Academia Nacional de Periodismo, de la que llegó a ser presidente. Y era ciudadano ilustre de Buenos Aires.

Murió Hermenegildo Sábat, maestro del dibujo latinoamericano