jueves. 28.03.2024
alicia kichner
Alicia Kichner. (Foto: ARG Noticias)

Gran parte del problema de la provincia es la falta de empleo genuino, ya que el 48% de la población económicamente activa trabaja para el Estado

La provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina, vive una de las peores crisis de su historia, con empleados estatales, maestros y jubilados que no cobran sus sueldos en tiempo y forma. La gobernadora, Alicia Kirchner -hermana del ex presidente y cuñada de Cristina Fernández- afirma que la provincia está en quiebra, mientras los manifestantes toman edificios oficiales y expresan su protesta con marchas y acciones como la del viernes a medianoche, cuando asaltaron la residencia de la gobernación. En ese momento, Alicia Kirchner estaba acompañada por su cuñada, la ex presidente Cristina Fernández.

Los manifestantes se habían auto convocado a través de las redes sociales al saber de la presencia de la ex mandataria en el lugar. Rodearon el edificio y prendieron neumáticos en los cuatro ángulos del edificio. Después de expresar su protesta con gritos y cánticos forzaron las puertas que dan al jardín de la residencia, momento en el que intervinieron las fuerzas del orden, que usaron balas de goma y gases lacrimógenos, provocando varios heridos. Los manifestantes respondieron tirando piedras contra el edificio.

Hace tres semanas, la gobernadora estuvo encerrada nueve horas y tuvo que abandonar subrepticiamente la Casa de Gobierno provincial, a altas horas de la madrugada, evitando otra manifestación que exigía el cobro de los sueldos de febrero.

En declaraciones a una radio de Buenos Aires, Alicia Kirchner dijo respecto a los sucesos del viernes por la noche que “fue un ataque planificado” y que quieren su cabeza “para la campaña electoral nacional”, en referencia a las elecciones parlamentarias de octubre. Confirmó que Cristina Fernández la acompañaba en el momento del ataque a su residencia y aseguró que la ex presidente está preocupada.

La crítica situación de la provincia, que los Kirchner manejan desde 1991, desnuda la ironía que enfrenta el último bastión político que le quedó al anterior gobierno. Cuando Néstor o Cristina estaban en la Casa Rosada, fluían los fondos hacia la provincia, nunca se dejó que la situación desbordara. Fondos, sobre todo, para obra pública, que controlaba su socio y testaferro, Lázaro Báez, que sin embargo dejó gran parte de las obras sin terminar. Ahora, Alicia Kirchner habla de la pesada herencia recibida, y culpa al gobierno de no ayudar a la provincia, aunque el gobierno ha hecho públicas las partidas que le ha enviado. 

La reacción a la crisis es con las respuestas que se supone de sus rivales ideológicos. Valga como ejemplo la negociación con los maestros: ante una inflación del 40 % en 2016, en Santa Cruz ofrecen un aumento de solo el 3 %. 

El principal adversario político del kirchnerismo en Santa Cruz es Eduardo Costa. Su interpretación de lo que le sucede a la provincia es que “quienes gobiernan Santa Cruz, el kirchnerismo, piensan más en Comodoro Py que en solucionar los problemas de la gente”. Comodoro Py es la calle de Buenos Aires donde están los juzgados federales que se ocupan de los casos de corrupción. En una reciente entrevista con Clarín, Costa sostuvo que “nombran militantes que están en Buenos Aires, que cobran sueldos de nuestros fondos, para que no empeore la situación judicial de Cristina, (y sus hijos) Máximo y Florencia, contratados por la provincia para prestar servicios a la familia Kirchner. No es un problema de recursos el de la provincia, sino que ellos están concentrados en cómo zafar de la cárcel”.

Gran parte del problema de la provincia es la falta de empleo genuino, ya que el 48% de la población económicamente activa trabaja para el Estado. En diciembre de 2015, al asumir como gobernadora, Alicia Kirchner anunció un plan de reducción en la planta de empleados públicos y llegó a firmar un decreto en este sentido. Un año después, se supo que había sumado 1.200 nuevos trabajadores estatales. Y creó una asesoría de gabinete que supone nuevos contratos. Así, el 82 % del presupuesto provincial va a parar al pago de salarios y jubilaciones.

La provincia natal de Néstor Kirchner, donde comenzó y afianzó su carrera política y de donde salió gran parte del elenco del kirchnerismo, es la menos poblada de la Argentina: menos de 200.000 habitantes -el 0,5 % de la población total del país- y es la segunda en extensión, después de Buenos Aires. Tiene solo 15 municipios y ocho comisiones de fomento.

Néstor Kirchner fue elegido intendente (alcalde) de Río Gallegos, la capital, en 1987. Y pasó a controlar de forma absoluta la provincia desde 1991, cuando fue elegido gobernador, cargo que retuvo –reforma constitucional mediante- hasta que llegó a la presidencia, en el 2003.

Durante el kirchnerismo fue la que más fondos e inversiones recibió medido por habitante. En la década 2003-2013, la provincia recibió el 11 % del presupuesto total del programa nacional vial. En el 2014 el monto se incrementó solo en ese año un 80 %, siendo la segunda provincia más beneficiada, después de Buenos Aires. Días antes de irse del poder, Cristina Fernández se aseguró de garantizarle a la provincia 4.600 millones de pesos para los siguientes tres años. Y el año 2015, año electoral, Santa Cruz había recibido el 40 % de las transferencias a municipios ordenadas por la jefatura de gabinete, que son partidas graciables.

Durante los años que manejaron la provincia, se acentuó el nepotismo, y su carácter feudal, con copamiento de la prensa, la justicia, los organismos de control y modificación de la legalidad, para permitir su permanencia en el poder e impedir cualquier tipo de investigación al poder.

La gobernadora Alicia Kirchner fue ministra de Acción Social en los gobiernos de su hermano y su cuñada. Incorporó a su equipo en la provincia, en esta nueva etapa, a Rocía García, su sobrina política -la esposa de Máximo Kirchner- como ministra de Salud. Y le dio empleo en diversos organismos provinciales a otras figuras del anterior gobierno, como Carlos Zannini, el todopoderoso secretario de Legal y Técnica de la presidencia, y a Angelina Abbona, que había sido Procuradora del Tesoro.

Hou muchos recuerdan lo que dijo Néstor Kirchner el 26 de mayo de 2002: si una provincia quiebra, el gobernador debe ir preso. El diario La Nación le preguntó, en concreto, cómo arreglaría el problema fiscal de las provincias. Su respuesta exacta fue: “Las provincias y los municipios que entren en cesación de pagos que vayan a la quiebra. Que arreglen con sus acreedores (…) y, obviamente, el gobernador y el intendente (alcalde), debe ir presos. Si son negligentes, que la gente no les vote nunca más”.

La ex presidente, Cristina Fernández, reside alternativamente en Río Gallegos -la capital provincial-, la ciudad turística de El Calafate y Buenos Aires. Hasta ahora no se había enfrentado a una situación parecida, aunque algunos de los que fueron sus funcionarios ya sufrieron algún escrache. Si los problemas en Santa Cruz no se apaciguan no sería extraño que pase más tiempo en su residencia de la capital argentina. De momento está preparando las maletas para una mini gira europea: en Grecia visitará al primer ministro, Alexis Tsipras, en Bruselas fue invitada por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea (Podemos y aliados) y en Oxford disertará ante una fraternidad de alumnos de la universidad.  

Está en llamas el último reducto político de los kirchner