viernes. 29.03.2024
PRO
Diego Santilli y Horacio Rodríguez en un acto de campaña. (Foto: Flickr)

@jgonzalezok / Argentina votó este domingo para elegir el alcalde de Buenos Aires, gobernadores en Córdoba y La Rioja, legisladores en Corrientes y primarias en La Pampa. La mala noticia para el gobierno, a tres meses de las elecciones generales, es que la campaña del principal candidato opositor recibió una inyección de optimismo. Mauricio Macri, el conservador alcalde Buenos Aires, logró que su delfín recibiera el respaldo de casi la mitad de los habitantes de la capital argentina.

En efecto, Horacio Rodríguez Larreta (del conservador PRO), el leal e histórico jefe de gabinete de Macri durante los últimos ocho años, ganó con aproximadamente un 45,5 % de los votos –el resultado final y oficial se sabrá en los próximos días-, desplazando al candidato del gobierno, Mariano Recalde, a un tercer puesto, sin posibilidad de disputar la segunda vuelta.

Esa oportunidad será para Martín Lousteau, de la agrupación local ECO (Energía Ciudadana Organizada), que reúne a UCR, Partido Socialista, Coalición Cívica, Partidos Socialista Auténtico y Confianza Ciudadana. Martín Lousteau, que sacó en torno al 25,5 % de los votos, fue el primer ministro de Economía de Cristina Fernández, que dimitió solo cuatro meses y medio después de asumir, en medio del grave conflicto entre el gobierno y el sector agropecuario. Hoy es un acérrimo crítico del gobierno.

El resultado en Buenos Aires no es una sorpresa, ya que se sabe que, históricamente, la capital argentina es hostil al peronismo. Pero los resultados del candidato oficialista, Mariano Recalde, fueron peores que los de su candidato en las dos últimas elecciones, Daniel Filmus. Esto es una derrota para el oficialismo, para la presidente de forma personal, ya que hizo campaña con su candidato y para La Cámpora, el sector del kirchnerismo que responde al hijo de la presidente, Máximo.

Recalde, que actualmente preside Aerolíneas Argentinas, no quiso decir a quién recomendarán votar en el segundo turno, decisión que tomará personalmente Cristina Fernández. Ideológicamente, su principal enemigo sería el PRO, es decir, Rodríguez Larreta. Pero con Lousteau el kirchnerismo tiene una cuestión personal, no solo dimitió como ministro al comienzo del gobierno de Cristina Fernández –lo que lo coloca en la categoría de traidor-, sino que también se le achaca haber embarcado al gobierno en uno de los principales problemas de estos años, el conflicto con el sector del campo, al proponer, como ministro de Economía, mayores retenciones a la exportación de soja y otros cereales.

Tampoco se pronunciaron sobre qué harán en la segunda vuelta los dos candidatos de la izquierda, Luis Zamora (AyL, Autodeterminación y Libertad) y Myriam Bregman (FIT, Frente de Izquierda), que juntos concentraron aproximadamente un siete por ciento del electorado.

Lo extraño del caso es que ECO y PRO, que se disputarán en la segunda vuelta la elección para alcalde de Buenos Aires, serán aliados en la elección presidencial, previo paso por la disputa en las elecciones primarias de agosto.

Los malos resultados de este domingo llevaron al gobierno a ignorarlos. La presidente y algunos dirigentes decidieron no hablar de los mismos y concentrarse en los resultados del referéndum en Grecia. Cristina Fernández escribió una larga serie de mensajes en Twitter con este tema, sin hacer ninguna referencia a las elecciones en su país: “Rotunda victoria de la democracia y la dignidad. El pueblo griego le ha dicho no a las imposibles y humillantes condiciones que se le quieren imponer para la reestructuración de su deuda externa”.

La jornada transcurrió con normalidad. Pero en los días previos el gobierno violó la ley electoral al hacer campaña por sus candidatos cuando ya no se podía hacer. En concreto, utilizando los espacios de publicidad en la transmisión de los partidos de la Copa América. También acudiendo al viejo truco de las inauguraciones, prohibidas por la ley durante el tiempo de campaña. La presidente también había incluido a Recalde en alguna de sus cadenas nacionales.

En Córdoba, el segundo distrito más importante del país, y donde se elegía gobernador, el candidato Juan Schiaretti, peronista pero adversario del gobierno, se autoproclamó vencedor. El segundo colocado, sin embargo, no reconoció la victoria y habla de un empate técnico. Schiaretti es el hombre del actual gobernador, Juan Manuel de la Sota, que es precandidato presidencial por el peronismo disidente, en alianza con Sergio Massa, que también aspira a la presidencia.

Oscar Aguad (UCR), se mostró dispuesto a dar batalla por la victoria. Se presentó al frente de una coalición con el PRO y el Frente Cívico. Muy lejos quedó el candidato oficialista, Eduardo Accastello, que solo logró el tercer lugar. Schiaretti  anunció que si es gobernador no nombrará jueces y respetará la libertad de prensa y la separación de poderes, en un indisimulado mensaje para diferenciarse del gobierno nacional.

En la provincia de Corrientes, donde se renovaba la legislatura provincial y los concejos deliberantes, la victoria fue cómoda para la UCR, del gobernador Ricardo Colombi, La única alegría para el gobierno fue en la provincia de La Rioja, donde el peronismo feudal gobierna desde hace 32 años y que volvió a ganar. Allí fueron Daniel Scioli, el candidato presidencial del kirchnerismo, y Carlos Zannini, su candidato a vicepresidente para celebrar la victoria del candidato peronista.

Los sondeos de cara a las elecciones presidenciales del mes de octubre le dan actualmente una ventaja al candidato oficial, Daniel Scioli, con Mauricio Macri en segundo lugar. Según una encuesta que está terminando la empresa Poliarquía, la que más ha acertado en los últimos años, la diferencia entre ambos sería de unos seis puntos.

En las elecciones de Buenos Aires de este domingo se utilizó por primera vez el voto electrónico. Una máquina imprimía la papeleta electoral que el elector seleccionaba en la pantalla, aunque el recuento se hizo sobre esa boleta de papel. Pero en las elecciones generales del mes de octubre se volverá al sistema tradicional, no solo arcaico sino también mucho más dado a irregularidades como el voto de papeletas, algo muy habitual en todas las elecciones.

El kirchnerismo sufre una importante derrota en elección en Buenos Aires