viernes. 29.03.2024
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Dilma Rousseff y Marina Silva. (Foto: Europapress)

Brasil debe decidir este domingo entre el cambio y la continuidad

@jgonzalezok | Las dos últimas encuestas conocidas este jueves en Brasil confirman la recuperación de la presidente, Dilma Rousseff (PT), que con un 40% en intención de voto todavía no sabe con quién se enfrentará en la segunda vuelta, el próximo 26 de octubre. Tanto la encuesta de Ibope como la de Globo/Folha de Sao Paulo, la mandataria supera por 16 puntos a Marina Silva (PSB), que tiene un 24% en intención de voto. En tercer lugar, pero muy cerca, está Aécio Neves, que tiene un 21% en una de las encuestas y un 19 % en la otra. Dado el margen de error, Marina y Neves estarían en un virtual empate técnico.

A lo largo de la campaña estas cifras fueron variando e incluso sufrieron un vuelco cuando se produjo el fallecimiento del candidato Eduardo Campos (PSB) y la designación de Marina Silva en su lugar. Pero esta candidatura fue perdiendo impulso en las últimas semanas. Estas últimas encuestas siguieron esta tendencia, con Dilma ganando un punto, Marina perdiendo otro punto, y Aécio Neves ganando también un punto.

Hace cuatro años, Dilma derrotó a José Serra, el candidato del PSDB. Sacó en la primera vuelta un 46,91% de los votos y en la segunda un 56,5%. De confirmarse su victoria, el PT completaría un ciclo de 16 años seguidos en el poder, dos con Lula y otros dos con Dilma Rousseff, contando en ambos casos con el apoyo de varios partidos que componen lo que se conoce como la base aliada.

Este jueves por la noche se celebró el último debate entre los siete candidatos a la presidencia, transmitido por la cadena Globo. De los tres con posibilidades, los que tuvieron un mejor desempeño fueron Dilma y Neves, con una Marina en dificultades en algún momento del mismo. Entre los otros cuatro candidatos, que no llegan al 1% en intención de voto, hay de todo: desde un candidato ecologista (Partido Verde) sólido, a un ultracatólico homofóbico y un pastor evangelista.

Con 30 millones de personas que han salido de la pobreza en los últimos 12 años, virtual pleno empleo (solo un 5% de paro), una inflación alta (6,5%) pero manejable y un crecimiento económico muy modesto, pero que ha evitado caer en la recesión, Brasil debe decidir este domingo entre el cambio y la continuidad.

La presidente, Dilma Rousseff encarna la continuidad de políticas sociales que han tenido un notable éxito. Políticas iniciadas por su antecesor, el presidente Lula da Silva, aunque sería más exacto afirmar que el camino ya lo había trazado Fernando Henrique Cardoso (PMDB), el antecesor de Lula.

La campaña electoral tornó incierto el resultado, con la presidente Rousseff –o simplemente Dilma, como la conocen todos los brasileños y la citan los medios- perdiendo un porcentaje importante en las encuestas. El momento más difícil para ella fue tras la muerte en un accidente aéreo del candidato del PSB, Eduardo Campos, y la nominación en su lugar de Marina Silva. Prácticamente se llegó entonces a un virtual empate técnico.

La incertidumbre sobre quién logrará el segundo turno este domingo, y por tanto disputará la presidencia con Dilma, es el dato más interesante. Marina, ex ministra de Medio Ambiente en el primer gobierno de Lula e histórica dirigente ecologista, ya disputó la presidencia hace cuatro años y quedó en tercer lugar, con 20 millones de votos. Aécio Neves que figuró en un cómodo segundo puesto hasta la aparición de Marina Silva, fue un reconocido gobernador del Estado de Minas Gerais, que dejó el cargo con un altísimo índice de popularidad. Cuenta, además, con la ventaja sentimental de un apellido que remite a su abuelo, Tancredo Neves, el primer presidente electo después de la dictadura, pero que falleció antes de asumir.

En la recuperación de Dilma en las encuestas ha jugado un papel importante la refocalización en las supuestas debilidades de Marina y la ventaja en la presencia televisiva. Es notable que esta mejoría se haya producido a pesar del  escándalo que afecta a la compañía estatal de petróleo, Petrobrás. El ex director de Abastecimiento de la compañía, Paulo Roberto Costa, procesado por corrupción, acusó en el último número de la revista Veja al jefe de campaña de Dilma en 2010, Antonio Palocci, que habría pedido a Petrobrás una “donación” de dos millones de reales –unos 870.000 dólares-, para la campaña presidencial de entonces. Pero en el esquema de corrupción estarían involucrados más de 40 políticos de alto nivel, incluyendo congresistas, gobernadores y el actual ministro de Minas y Energía.

Ante una eventual victoria, la presidente ya anunció el relevo del ministro de Hacienda, Guido Mantega. Hay que recordar que el de Petrobrás no es el primer escándalo de corrupción, antes estuvo el conocido como mensalão, que llevó a la cárcel, entre otros, a José Dirceu, uno de los fundadores del PT y muy cercano al ex presidente Lula, y a José Genoino, presidente del partido en el momento de estallar el escándalo. También se trató de un escándalo por reparto de dinero negro a cambio de apoyo político.

Brasil es la séptima economía del mundo y tiene algunos indicadores que encienden algunas alarmas. Tras dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, se calcula que el 2014 acabará con un mísero 0,7%, según la última estimación oficial. El déficit general del sector público llegará al 4,62%. La inflación se aceleró por la subida de las tasas de interés y ha sobrepasado en dos puntos la meta anual del gobierno, que calculaba un 4,5%. Y hay un alto índice de endeudamiento en el ciudadano común.

Ante una eventual victoria, la presidente ya anunció el relevo del ministro de Hacienda, Guido Mantega. Los tres principales candidatos prometen mantener los principales planes sociales de los gobiernos del PT, como “Bolsa Familia” y “Mi Casa mi Vida”. Dilma Rousseff se opone a darle independencia al Banco Central, como piden Marina y Neves. Estos también son partidarios de acabar con la reelección presidencial, así como de reducir el alto número de ministerios, 39, que ahora solo se justifican por la necesidad del PT de repartir el poder entre la amplia base de apoyo, compuesto por varios partidos, como el poderoso PMDB.

El PT tiene una baza importante en la oferta educativa, ya que el año pasado se aprobó una ley por la que el 75 % de las regalías del petróleo serán destinadas a la educación y promete 100.000 becas para que estudiantes brasileños estudien en las mejores universidades del mundo.

El número de votantes es de 142,8 millones, en un país en el que el voto es obligatorio. Existe el voto electrónico desde 1996. Además de presidente se elegirán 513 diputados y 27 de los 81 senadores (un tercio), además de 27 gobernadores estatales y 1.059 legisladores estaduales. El próximo presidente asumirá el 1º de enero.

Incertidumbre en Brasil sobre quién será el adversario de Dilma en la segunda vuelta