viernes. 29.03.2024

Dos días después del revés judicial por la ampliación de la cautelar que beneficia (momentáneamente) al Grupo Clarín, y a un mes del cacerolazo opositor, el gobierno de Cristina Fernández retomó la iniciativa e hizo algo que siempre fue la marca del peronismo: volvió a ganar la calle. Una multitud se movilizó, organizadamente, para dar respaldo al gobierno en su lucha contra Clarín, la obsesión mediática del gobierno. Y la presidente reaccionó duramente a las últimas decisiones judiciales sobre la Ley de Medios.

Oficialmente, la convocatoria era para una “Fiesta Patria Popular”, en el marco del Día por la Democracia y los Derechos Humanos, que en realidad se celebra el lunes, día 10. Coincidía con el primer aniversario del segundo mandato de la presidente y de una situación de conflicto de poderes por la aplicación de la Ley de Medios. De hecho, desde el principio se había planteado como una jornada para festejar “el fin del monopolio” del Grupo Clarín. La organización del acto quiso hacer de la concentración una fiesta y para ello programó una serie de actuaciones previas y posteriores al discurso de la presidente. Charly García, Fito Páez, Víctor Heredia y Teresa Parodi fueron algunos de los artistas que participaron del festejo.

Pero antes estuvo el discurso de la presidente, de casi una hora y por cadena nacional, la número 23 del año. En el mismo respondió a la decisión judicial sobre la Ley de Medios con afirmaciones en las que puso en duda la independencia del Poder Judicial y pidió que la Justicia sea independiente, no solo del poder político, sino también del económico y de las corporaciones.

“La gente quiere una justicia que sirva al pueblo (…), que sea menos corporativa”, afirmó. Y reiteró la curiosa teoría de que los jueces no pueden contradecir lo que el pueblo vota a través de las leyes del Parlamento. “La gente siente que hay sectores que se siguen manejando con una lógica que no respeta la voluntad popular (…) Si no se respetan las leyes que emanan del Congreso, ¿de qué democracia estamos hablando?”, añadió.

Aunque aseguró que no solamente hablaba de la Ley de Medios, sino que también se refería a situaciones en las que los jueces liberan a delincuentes que vuelven rápidamente a cometer delitos. Esta referencia parece una concesión a los que reclaman por la inseguridad, negada por el gobierno. Y se produce unos días después de que dijera que quiere más cámaras en las calles, para combatir el delito.

La mandataria afirmó también que “cuando a algunos les fallan los fierros mediáticos intentan construir fierros judiciales”. En Argentina, en la jerga de la guerrilla y del hampa, los fierros son las armas. Se mostró convencida de que la Justicia finalmente le dará la razón en la cuestión de la Ley de Medios y aseguró que tendrá paciencia para esperar el fallo definitivo: “cómo no vamos a esperar justicia por unos meses si ellas –en referencia a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, algunas de las cuales estaban acompañándola en el escenario- han esperado justicia para sus hijos durante años”.

También tuvo referencias contra los medios. Sin citar ninguno en concreto, afirmó que fueron cómplices de la dictadura militar (1976-1983) y aseguró que, hoy, muchos políticos tienen miedo de algunos de estos periódicos.

Estuvo presente en el acto todo el gabinete y altos funcionarios del gobierno nacional, más numerosos artistas y representantes de organismos afines. Brillo especial tuvo Martín Sabatella, el nuevo héroe K, según el diario Perfil. Titular de la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), el ente encargado de la aplicación de la Ley de Medios, fue uno de los más ovacionados al llegar a la Plaza de Mayo, en consonancia con su papel de principal espada en la guerra contra Clarín.

Es la primera vez que el gobierno kirchnerista celebra esta fiesta desde que llegaron al gobierno, en el 2003. Hubo entrega de premios con el nombre de Azucena Villaflor, una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, secuestrada en diciembre de 1977 y tirada al río de la Plata en uno de los llamados Vuelos de la Muerte. Entre los premiados estuvieron el poeta Juan Gelman, el músico de origen argentino Daniel Barenboim, la dramaturga Griselda Gambaro, y Susana Trimarco, que se ha destacado en la lucha contra la trata de personas, a raíz de la desaparición de su hija. Llama la atención que no estuviera entre los premiados Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz de 1980, pero que no está alineado con el gobierno.

Tras este acto que revigoriza a la militancia, los tiempos de la justicia marcarán cómo sigue la Ley de Medios. O, mejor, la decisión sobre la constitucionalidad de dos de sus artículos, que objeta el Grupo Clarín, y que paraliza la posible desinversión para adaptarse a la nueva ley. La Corte Suprema debe decidir en los próximos días si admite el per saltum, como quiere el gobierno, con lo cual la misma Corte se haría cargo del caso.

El kirchnerismo recupera la calle un mes después del último cacerolazo