sábado. 20.04.2024
discapacidad argentina

La ausencia de presupuesto para la salud, la educación o las asignaciones por discapacidad son el reflejo de un Estado decidido a darle la espalda a la necesidad y a priorizar en los negocios multimillonarios de sus funcionarios

La criminalidad de la economía neoliberal no es materia de análisis de los medios hegemónicos que, sin embargo, se esmeran en denunciar las falencias del modelo al que con desprecio llaman “populismo”.  Claro ejemplo de esto se materializa en los medios del poder argentinos que durante la etapa previa a la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, forzaron a la opinión pública para que ésta comprendiera las “injusticias” de una administración cuya prioridad lejos estuvo de ser la entrega de la soberanía política y económica al Fondo Monetario Internacional.

La Argentina experimenta por tercera vez los designios de un proyecto que siempre ha acabado en fracaso y que nuevamente se está cobrando vidas previamente precarizadas. Para el gobierno de Macri las minorías son un gasto, y con el fin de contrarrestarlo ha puesto en marcha una batería de medidas tan excluyentes que le arrebatan la dignidad a millones de argentinos. El brutal ajuste llevado a cabo por el gobierno nacional no es solo una restricción sobre números, sino una agresión sistemática a la población. La ausencia de presupuesto para la salud, la educación o las asignaciones por discapacidad son el reflejo de un Estado decidido a darle la espalda a la necesidad y a priorizar en los negocios multimillonarios de sus funcionarios.

Alimentada por la misma política económica, la inflación crece, reduciendo a mínimas expresiones los salarios, tal como lo deseaba Mauricio Macri al advertir, antes de ser electo, que “los salarios son un gasto más y hay que bajarlos”. El encarecimiento de las tarifas de electricidad, gas y combustibles empuja a millones de personas a la pobreza, que ya ha alcanzado cifras alarmantes.

Nada de esto escapa sin embargo al conocimiento público, aún ante el esfuerzo del los medios del poder para blindar al presidente que a estas alturas no es sino un gerente de Washington en la Argentina. Sin embargo este mismo blindaje ha logrado mantener en silencio el incremento de muertes provocadas por el abandono del Estado; el daño y el sufrimiento que el modelo neoliberal ha causado en la calidad de vida y el bienestar de la población; en particular de las clases populares. Por primera vez en más de una década se ha incrementado la mortalidad infantil, la desnutrición y la transmisión de enfermedades que ya se habían logrado erradicar. El gobierno de Mauricio Macri ha decidido eliminar el Ministerio de Salud, y junto con él, el plan de vacunas y de tratamientos de patologías graves. Los hospitales públicos carecen de insumos, a tal extremo que se han practicado intervenciones quirúrgicas a la luz de un móvil, ya que ni siquiera hay presupuesto para la tarifa de electricidad.   

hospital argentina

Iluminada con un móvil una operación a corazón abierto en el hospital de niños Sor María Ludovica (Argentina).

El desastre provocado por la administración Cambiemos no tiene antecedentes en la historia de la democracia; como tampoco la enorme transferencia de recursos desde los sectores populares hacia las clases que solo necesitan del Estado para engrosar sus fortunas.  La política económica impuesta por Cambiemos está diseñada para aniquilar cualquier vestigio de justicia social obtenido durante las últimas décadas. El modelo de Macri expulsa a millones de argentinos, obligándolos a sobrevivir en la miseria; mientras que los evasores que ocupan el poder celebran la jugada observando cómo crecen sus ganancias.

Para  el economista chileno Artur Manfred Max Neef,  "la economía neoliberal mata más gente que todos los ejércitos del mundo juntos, y no hay ningún acusado, no hay ningún preso, no hay ningún condenado”.  Y la Argentina de Macri es el ejemplo más palpable del crimen planificado, cuyos autores aún continúan impunes.

Argentina: las muertes silenciosas del neoliberalismo