jueves. 28.03.2024
HUELGA ARGENTINA
Movilización en la Plaza del Dos de Mayo, en Buenos Aires. (Foto: CTA)

El gobierno de Macri estimó en 31.600 millones de pesos el costo de la huelga del martes, equivalente al 0,2 % del PIB

@jgonzalezok | El gobierno argentino de Mauricio Macri sufrió este martes la cuarta huelga general de su mandato, que empezó hace dos años y nueve meses. El paro se convocó para protestar por la política económica del gobierno y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Los sindicatos consideran que hubo un alto seguimiento del paro, algo que se pudo concretar por el apoyo de los sindicatos del transporte. En una conferencia de prensa al final de la jornada, dirigentes de la CGT (sindicatos peronistas), se mostraron satisfechos y anunciaron que no darán tregua al gobierno “si no hay un plan B”.

Previamente al paro, el lunes hubo una concentración en la que sindicalistas de las dos ramas de la CTA (Confederación de Trabajadores Argentinos), más radicales y que cuentan con el apoyo del kirchnerismo, y los camioneros, que abandonaron la CGT, se mostraron aún más combativos. Pablo Micelli, uno de los dirigentes de la CTA, llegó a decir: “Vamos a tener que hacer una y mil marchas y paros, porque un paro no va a alcanzar: o se cae este modelo económico o estos tipos dejan el gobierno para que gobiernen quienes quieren que le vaya mejor a la Argentina”. Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, estuvo en la misma línea, que se puede entender como golpista o destituyente: “Este gobierno, como dicen los pibes, ya fue, no tiene capacidad para gobernar, cuanto antes se vayan mejor”.

El dirigente de la CGT, Héctor Daer, quiso dejar claro que su posición es otra: “El gobierno tiene mandato hasta el 10 de diciembre del año que viene. La legitimidad nuestra es la de protestar ante la ceguera que para nosotros tiene este gobierno. Nosotros no estamos propiciando ninguna huida, ninguna salida, ni nada por el estilo”.

Lo más preocupante de la jornada del lunes se produjo después de la concentración en la Plaza de Mayo, cuando un grupo de jueves encapuchados lanzaron cócteles molotov contra la sede del Círculo de Suboficiales de la Gendarmería Nacional. El hecho quedó grabado en las cámaras de seguridad del propio edificio, que sufrió daños menores. No hubo heridos ni detenidos.

Desde que Argentina recuperó la democracia, en 1983, los sindicatos hicieron 43 paros generales. El que más sufrió el embate sindical fue el primer presidente de este período, Raúl Alfonsín, que en poco más de cinco años enfrentó 13 huelgas. El que menos fue Néstor Kirchner, con un solo paro. Su sucesora, Cristina Fernández, uno en el primer mandato (2007-2011), pero cinco en el segundo (2011-2015), coincidiendo con el deterioro de la situación socioeconómica. El gobierno de Macri estimó en 31.600 millones de pesos el costo de la huelga del martes, equivalente al 0,2 % del PIB.

El paro de este martes se produce en un momento de sensible deterioro de la situación económica y social

El paro de este martes se produce en un momento de sensible deterioro de la situación económica y social. Después de la corrida cambiaria de agosto, que llevó el dólar a los 40 pesos, no se ha podido controlar la inflación, que puede acabar este año en el 40%. Con las medidas de ajuste que ha tomado el gobierno, crece la pobreza y se deterioran todos los índices sociales.

El paro tuvo lugar cuando el presidente Macri estaba fuera del país. Coincidió con su intervención en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, viaje que aprovechó también para nuevos contactos con el FMI, con el objetivo de conseguir un nuevo acuerdo para adelantar los fondos ya acordados en junio, en el acuerdo stand by por 50.000 millones de dólares.

Las negociaciones tuvieron una consecuencia inesperada, como ha sido la renuncia del presidente del Banco Central, Luis Caputo, un amigo personal de Macri. El funcionario saliente, que solo permaneció en el puesto tres meses y diez días, tenía fuertes discrepancias con el FMI respecto a la política monetaria y el papel del Banco Central. El acuerdo firmado en junio establecía que 7.500 millones de dólares deberían quedar en las arcas del Banco para fortalecer las reservas, no pudiendo usarse para intervenir en el mercado cambiario y fortalecer al peso. Cláusula con la que no estaba de acuerdo Caputo. De hecho, no cumplió con lo pactado y en varias ocasiones usó esas reservas para evitar la escalada del dólar.

La renuncia se produjo cuando estaban en marcha las negociaciones con el FMI. El sucesor de Caputo en el Banco Central es Guido Sandleris, hasta ahora encargado de las negociaciones con el Fondo y hombre de confianza del ministro de Economía, Nicolás Dujovne.

Macri sufre el cuarto paro general de su mandato