jueves. 28.03.2024
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La ayuda humanitaria que Estados Unidos pretende hacer llegar a Venezuela, es la misma que le niega a Haití y le negó a Gaza y Cisjordania

Sin petróleo no hay ayuda humanitaria. Esto es algo que a estas alturas media humanidad ya debiera haber comprendido. Sin embargo el impacto mediático del concierto Aid Live Venezuela, convocado por el multimillonario británico Richard Branson, pretende demostrar las “buenas intenciones” del gobierno norteamericano que hace tan solo un año atrás impidió, mediante un bloqueo de cuentas, la compra de alimentos básicos y medicamentos por 39 millones de dólares destinados al pueblo venezolano.  

Este sábado se procederá al traslado de las 600 toneladas de alimentos y medicinas, según prometió el autoproclamado presidente Juan Guaidó, aunque el gobierno de Nicolás Maduro rechaza la entrada del material. Nicolás Maduro asegura que se trata de una violación a la soberanía del país y una provocación que busca dar lugar a una intervención militar extranjera. El puente de Las Tienditas, que une Colombia con Venezuela, fue bloqueado por militares venezolanos con contenedores y otros obstáculos.

La ayuda humanitaria que Estados Unidos pretende hacer llegar a Venezuela, es la misma que le niega a Haití y le negó a Gaza y Cisjordania con la excusa de que esos fondos (200 millones de dólares) serían destinados a “proyectos de gran prioridad en otros lugares”. Roger Waters, fundador de mítico Pink Floyd, sostuvo esta semana en un vídeo que “el Aid Live nada tiene que ver con las necesidades de los venezolanos, con la democracia, con la libertad ni con la ayuda humanitaria. Todo esto tiene que ver con que Richard Branson que está trabajando para el plan de Estados Unidos, que no es otro que tomar control de Venezuela”.

El interés está en el petróleo. Estados Unidos hará cualquier cosa con tal de lograr su objetivo y buscará instalar gobiernos serviles que, en realidad, no son sino una extensión de las garras de las grandes corporaciones. En el caso de América Latina, apoyará a gobiernos golpistas encabezados por ricos multimillonarios, como lo hizo en Brasil primero con Temer y luego con Bolsonaro, y en Argentina con Mauricio Macri. La tarea es erosionar el poder de los gobiernos y movimientos de tendencia socialista, nacionalista o moderadamente patriótica, a los que debilitan mediante tácticas sutiles como el ataque judicial, la estigmatización y la demonización. Estados Unidos no llevará paz a Venezuela, como ya ha quedado demostrado que tampoco lo ha hecho en los países en los que ha interferido y a los que ha saqueado a lo largo de su historia.     

Aid Live o el preludio de la invasión