martes. 19.03.2024
diz ayuso

Las elecciones de la comunidad autónoma uniprovincial de Madrid están produciendo kilómetros de tinta en su análisis con datos estadísticos, sociológicos etc. etc. pero no es mi intención entrar en eso sino en una proyección política no solo de ellas, sino del debate de ideas en el conjunto del estado.

Lo de Madrid ha sido puro trumpismo, es decir una mezcla de extrema derecha, religiosidad talibana pero mezclada de hedonismo y consumismo, negacionismo ante el covid o más bien mucha laxitud ante la terrible pandemia que sufrimos y relativizar e incluso “pasar” de las muertes y las personas hospitalizadas, negándose a tomar medidas. No solo Trump, también Bolsonaro práctica esto y el PP de Ayuso en Madrid lo ha hecho, si bien no como hubiera querido, pues el decreto del Estado de Alarma le obligaba en ciertas cosas. La comunidad gobernada por la derecha con una respuesta más trumpista a la Covid 19 ha sido Madrid.

Pero no solo en la sanidad y salud, los mensajes chulos, el descreimiento y el apoyo a los negocios por encima de la vida, ha dado sus réditos porque ya sabemos que “el muerto al hoyo y el vivo al boyo”. La creación de un espíritu identitario, en una comunidad que en realidad es una parte de Castilla la Mancha desgajada por intereses políticos en la transición. Madrid es cierto que posee una fuerte inmigración, personas llegadas de otras comunidades y países, pero es que Barcelona, Valencia o Bilbao también, luego el hecho diferencial es difícil, porque a un o una vasca salir de “chikitos” con la cuadrilla le gusta más que nada o a una sevillana ir de cañas de “cruzcampo”, eso sí. La cultura mediterránea no es privativa de una ciudad de secano y a tres horas y cuatro atascos del mediterráneo valenciano.

La otra cuestión que asemeja al PP Casadista-Ayusista con el trumpismo ha sido la captación del voto popular y de clase trabajadora. Operación conseguida con éxito y no por lo de las cañas, sino por la ausencia de futuro, el miedo a perder un empleo precario sabiendo que nadie pobre y sin recursos cobra el Ingreso Mínimo Vital y mejor camarera mal pagada que las colas del hambre. Esa es la cuestión, una ausencia de políticas de izquierdas por parte del oficialismo pro-gubernamental ha quitado demasiadas ilusiones, porque la reforma laboral sigue vigente, los contratos fraudulentos al orden del día y sin persecución alguna y por si acaso la ley mordaza tan fresca como en tiempos de Rajoy y la policía en la Plaza Roja de Vallecas dando leña y demostrando quien manda aquí, es decir VOX. Señoras y señores del oficialismo, no se le pueden pedir peras al olmo.

Pero advertimos, el trumpismo si ha sido derrotado en los EE.UU y veamos como:

Cuando Donald Trump gana las presidenciales, es porqué el Partido Demócrata presenta a una dama del aparato que no aporta nada y pertenece a la casta política de Washington y que tras un pucherazo quitando al socialista Sanders de en medio, pierde. No ilusiona y los obreros que hubieran votado en el Norte a Bernie S. pasan a votar a Trump pues les ha prometido no deslocalizar fábricas. Así de sencillo.

grafiti trump

Trump que lo hace fatal provoca un fuerte rechazo en la clase obrera mucha de ella de origen hispano, de color o de blancos pobres y parados. La minoría negra sufre tal y como lo hace desde finales del siglo XVIII violencia, agresiones policiales y desatención judicial. Todo esto logra formar una gran coalición con el partido demócrata a la que las izquierdas estadounidenses se vinculan con fuerza y tras el abandono de Sanders negociando un programa y unos compromisos y esta vez sin pucherazo. Desde socialistas marxistas a socialdemócratas, feministas, movimientos antirracistas y sindicalistas se unen entorno a la candidatura de Biden, al objeto de derrotar a Trump. Pero las izquierdas USA más fuertes de lo que en España se sabe, no le dan un cheque en blanco a Biden que es un moderado del sector más centrado del Partido Demócrata y Kamala Harris otra moderada que tuvo un remoto pasado de relación con los Panteras Negras, pero que ya está a años luz de ellos. Ambos se encuentran con un movimiento que les ha votado, pero que no les da ni un día de respiro. Tanto en política exterior como interior comienzan a criticar y exigir a Biden, porque para algo ellas y ellos han contribuido y mucho a derrotar al trumpismo. Hay una fuerte oposición de izquierdas, social, negra, latina, ecologista a Biden porque ellas y ellos sí que saben que los partidos del sistema no son de fiar. Por eso Biden está hoy a la izquierda en la práctica de cualquier gobierno europeo y por supuesto de la derechizada Unión Europea.

La izquierda socialista, feminista, ecologista y antirracista sabe que aunque hayan contribuido a derrotar a Trump, Biden necesita una fuerte oposición de izquierdas, además ya comienzan a ser elegidos congresistas, concejales, alcaldes, socialistas y feministas.

De todas formas Biden en temas de política internacional es menos de fiar que un “duro amadeo” y dentro de la coalición de facto anti-Trump se están haciendo duras críticas a la política belicista e imperialista también del Partido Demócrata.

Moraleja: No se puede hacer una campaña sin exponer y pelear un programa. Programa. No se puede ganar unas elecciones con consignas y menos con actitudes erráticas. No se puede pretender cambiar el rumbo político con los de siempre. Solo con Marketing y nada de fondo, derrota. Pero sobre todo no se puede echar en cara a la derecha que es la derecha, cuando se privatizan bancos y se regala patrimonio público a sectores privados que entran a saco con despidos. No se puede denunciar la corrupción del PP cuando el PSOE tapa y defiende la corrupción de la monarquía y vota con VOX en defensa de la real corrupción. No se puede criticar a la derecha cuando la reforma laboral y la ley mordaza siguen vigentes o no hay narices para subir los impuestos a ricos y grandes empresas pero si a las clases populares.

También en el estado español y en Madrid hace falta una fuerte oposición de izquierdas y socialista al Gobierno de coalición, para derrotar al trumpismo.         

El trumpismo vencido en los EEUU sigue vigente en el reino de España. ¿Cómo derrotarlo?