jueves. 18.04.2024

En el artículo anterior señalábamos la situación del sistema sanitario de la Comunidad de Madrid y cómo había favorecido la expansión del virus y dificultado la respuesta sanitaria ante el mismo. En este señalamos las medidas que habría que implantar para abordar con garantías de éxito la situación actual y, sobre todo responder a las necesidades de salud de la población, necesitamos emprender con urgencia las siguientes propuestas:


Financiación y gasto

Hay que garantizar recursos suficientes a la sanidad pública madrileña. Para ello y como primer paso se necesita homologar los presupuestos de 2021 al promedio del presupuesto por habitante de las CCAA, es decir 376 € por habitante más, lo que significaría 10.878 millones € de presupuesto sanitario. En esos nuevos presupuestos debería contemplarse un aumento muy significativo de los dedicados a AP para llegar al 20% de los mismos y a Salud Pública, al menos el 2,5% del total. Estos nuevos recursos podrían conseguirse fácilmente si se recuperan impuestos como los de patrimonio, donaciones y sucesiones con los estándares de las demás CCAA, aunque en este año también podrían aprovecharse los fondos de la UE.

Recursos y actividad

Deben de recuperarse las áreas de salud en Madrid para integrar la totalidad de los recursos asistenciales y garantizar una coordinación y atención sanitaria de calidad, integral y equitativa a toda la población.

En la Comunidad de Madrid se precisa un aumento muy importante de los recursos humanos del sistema sanitario público. Especialmente en atención primaria (AP) donde se precisan cuando menos 500 profesionales más de medicina, 5.000 de enfermería y 600 en las unidades administrativas. Por otro lado, en las unidades de apoyo deberían de garantizarse unas ratios de 1 profesional/1.000 habitantes. Asimismo, hay que reducir la variabilidad en dotación de personal entre las áreas sanitarias y/o direcciones asistenciales, debe asegurarse una cita en AP en un máximo de 24 horas cuando menos en el 95% de los casos y hay que desarrollar la actividad comunitaria, de prevención y promoción en la AP

Tenemos que aumentar el número de camas hospitalarias de la región para alcanzar las 5 por 1.000 habitantes, lo que supone un total de 13.281 camas más, que deberían de abrirse en centros de titularidad y gestión pública. De ellas al menos 5.000 deberían de ser de media y larga estancia. A corto y medio plazo una parte importante de las mismas podría hacerse operativa, de manera rápida y a bajo coste, mediante la apertura de las camas cerradas en los centros públicos, la puesta en funcionamiento de los espacios no utilizados en los mismos (3ª planta del hospital de Vallecas, apertura torre 4 Hospital del Norte, reapertura y adecuación del antiguo hospital Puerta de Hierro, etc.), así como la remodelación del actual hospital Isabel Zendal, para transformar, lo que ahora es un hangar con camas, en un hospital general con instalaciones adecuadas para tal fin.

Hay que garantizar una utilización intensiva de los recursos de la Sanidad Pública para lo que se precisa incrementar los recursos humanos en Atención Especializada. Y en este contexto debe de potenciarse la dedicación exclusiva de los profesionales en el sistema sanitario público (AP y AE), asimismo poner en marcha un plan de recursos tecnológicos que permita establecer las necesidades de los mismos, su uso racional y equipos de electromedicina que permitan su adecuado mantenimiento y utilización, así como un sistema centralizado de compras, y necesitamos un plan integral de atención a las listas de espera, que asuma la atención a las mismas en un tiempo razonable, de acuerdo con la importancia de las patologías a atender, y que se base en la utilización intensiva de todos los recursos de los centros públicos.

Debemos reforzar los servicios de Salud Mental y Salud Sexual y Reproductiva de la región y debería de efectuarse un diagnóstico de la situación de la atención especializada en la Comunidad de Madrid estableciendo los recursos necesarios y su distribución territorial.

Hay que establecer estándares de calidad y sistemas de control del funcionamiento del sector sanitario privado, así como integrar las mutualidades de funcionarios en la atención sanitaria pública para acabar con una inaceptable situación de discriminación actual.

Política farmacéutica

Hay que controlar y racionalizar el gasto farmacéutico en la región para asegurarse que su incremento es inferior al de los presupuestos sanitarios públicos. Especialmente hay que actuar en el control de gasto farmacéutico hospitalario e incrementar la utilización de genéricos y biosimilares y realizar subastas de los medicamentos de uso más común para disminuir los costes.

Por otro lado, deben de regularse estrictamente los conflictos de interés entre profesionales e industria farmacéutica y garantizar la formación continuada a sus profesionales por parte del sistema sanitario público, sin que intervengan, directa o indirectamente, empresas farmacéuticas

Detener y revertir la privatización

Hay que paralizar las nuevas privatizaciones de prestaciones sanitarias y deben de reintegrarse al sistema sanitario público los centros y servicios privatizados para lo cual el primer paso que debe realizarse, es la no prorrogación de los contratos en vigor, mientras tanto debe de efectuarse la inspección y control riguroso del funcionamiento de los centros y servicios privatizados y exigir un estricto cumplimiento de los contratos.

Salud Pública

La Salud Pública necesita refuerzos de personal muy significativos (no menos de 2 trabajadores/1.000 habitantes y un aumento presupuestario (al menos un 2,5% del presupuesto sanitario, por otro lado hay que mejorar la relación y coordinación de los dispositivos de Salud Pública con la AP, AE y atención sociosanitaria, así como con las corporaciones locales

Residencias de mayores

Habría que incrementar notablemente la red de residencias públicas en la Comunidad con el objetivo de alcanzar al menos un 40% de las plazas residenciales en 5 años, y debería de realizarse un control estricto de las condiciones de las actuales residencias y la intervención de las que no cumplan con los estándares de calidad. Tenemos que mejorar la relación entre las residencias y la AP favoreciendo el control y seguimiento desde los centros de salud.

A medio plazo hay que promover residencias menor tamaño, con menos internos, y favorecer la puesta en funcionamiento de pisos asistidos y fomentar la atención domiciliaria con el objetivo de llegar un 15% de la población mayor de 65 años.

Entendemos que todos estos aspectos son claves para garantizar una sanidad Pública de calidad y unos niveles adecuados de la salud de la población. Es obvio que suponen un giro de 180º de la actual política sanitaria de la Comunidad de Madrid, pero si no avanzamos en este camino la situación sanitaria, con o sin covid19 seguirá empeorando para la mayoría de la población.


Firman este artículo Clara Opazo Depassier, Sergio Fernández Ruiz y Marciano Sánchez Bayle, de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

Detener y revertir la privatización