domingo. 28.04.2024
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Yo, ¿qué le voy a hacer?, creo en las instituciones, incluido el TAD (Tribunal Administrativo del Deporte), ese organismo adscrito al CSD (Consejo Superior de Deportes), dependiente del MCD (Ministerio de Cultura y Deporte), del GE (Gobierno de España).

Pues bien, ese TAD, formado por licenciados en derecho (más de la mitad elegidos por el propio CSD), perfectamente capaces de interpretar la Ley 39/2022 (Ley del Deporte), han dictaminado que los hechos protagonizados por Luis Rubiales, y que han dado la vuelta al mundo por su tosquedad, son solo susceptibles de ser castigados con una multa o una suspensión de su cargo por un máximo de dos años.

Dado que ese cargo es el de presidente de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol), resulta que, en el peor de los casos para Luis Rubiales, si el expediente abierto contra él prosperara, dentro de dos años volvería a ser presidente de la RFEF. Eso posibilitaría que, en la final del siguiente campeonato mundial femenino, Rubiales podría volver a tocarse los genitales al lado de la reina de España y besar en los labios, sin su consentimiento, a todas y cada una de las jugadoras del equipo nacional.

Porque, además, quien podría evitar eso, sin necesidad más que de votarlo, es la propia Asamblea de la RFEF, cosa que, hasta ahora no han hecho. ¿Por qué? Porque esa asamblea está formada por hombres, y alguna mujer, que podría decirse que, metafóricamente, son carne de su carne y sangre de su sangre. Difícilmente encontrarían a alguien que les represente mejor. Porque Luis Rubiales representa, perfectamente, al fútbol español. Ni el TAD, administrativamente, ni la asamblea de la RFEF, democráticamente, pueden desmentir eso. Por si eso no fuera suficiente razón, han encontrado otra en la propia superestructura administrativa-deportiva (la ley) para no poner un voto de censura a Rubiales.

Si Rubiales representa muy bien al fútbol español y muy mal a España, debería deducirse que el fútbol español no representa a España

Primero el ministro Iceta, y luego el propio presidente Sánchez, han declarado que Luis Rubiales no puede representar a España y es posible que coincidan con una mayoría de españoles. Pero, eso, podría no entrar en contradicción con lo otro. Si Rubiales representa muy bien al fútbol español y muy mal a España, debería deducirse que el fútbol español no representa a España. O, al menos, este fútbol a la España que ha renunciado al machismo, a los abusos de autoridad y a la exhibición de genitales como símbolo de una celebración.

Y, ¿qué hacemos entonces los aficionados al fútbol en España? Muy sencillo: distinguir entre nuestra afición y cualquier sentimiento patriótico que podamos tener. Haz como cuando tienes que comprar un coche, un televisor o un teléfono móvil. Si te gusta el fútbol, disfruta de los mejores partidos que puedas ver y si lo que te gusta es identificarte con un escudo, vibra con el juego de tu equipo de club. Al fin y al cabo, lo normal es que en ese tu equipo, excepto que seas del Athletic de Bilbao, haya más jugadores extranjeros que españoles, que el club sea propiedad de no se sabe quién y que, hasta el color de la camiseta cambie cada temporada en función de los criterios de la marca de ropa deportiva. Pero evita frustraciones patrióticas. Si te consideras un patriota de pro, cumple con la ley, empezando por la Constitución, paga tus impuestos y respeta el resultado de las urnas. Pero no creas que poniéndote una camiseta roja cuando gana el equipo de Rubiales, se te perdona el no hacer todo lo anterior.

Y disfruta mientras puedas de un equipo "español". Los que también nos gusta el baloncesto, hace tiempo que tenemos nuestro equipo favorito en la NBA norteamericana. Dentro de poco, los mejores futbolistas del mundo jugarán en Arabia Saudí y nos veremos obligados a elegir equipo de aquel país. Así como esos grandes jugadores hace tiempo que pasaron del "todo por la patria" a "todo por la pasta", nosotros, pasado un tiempo prudencial, nos acostumbraremos a ir a Cibeles, a Neptuno o a la fuente de Canaletas, a celebrar que ha ganado nuestro equipo saudí. Volviendo al baloncesto, ¿Dónde pensaban que jugaba Michael Jordan? ¿O es que no les gustaba verle jugar? Así pues, agrupémonos todos en lo internacional.

Ahora que las chicas “han empezado a jugar tan bien como los chicos”, tienes otra posibilidad: aficiónate al fútbol femenino. No existe ninguna posibilidad de que Arabia Saudí empiece a fichar chicas para jugar al fútbol. Claro que, al parecer, las chicas tienen una dotación de principios, tal, que las están haciendo, no solo decir que se acabó, sino de, realmente, acabar con la discriminación con respecto a los chicos. A lo mejor les viene bien esa emigración masculina a Arabia Saudí.

En fin, haz cualquier cosa, pero, en lo que tiene que ver con la cosa de la selección, como diría Rubiales, rememorando a aquel rey felón, "Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda futbolística patriótica".

Rubiales representa al fútbol español