viernes. 19.04.2024
vacuna

La paralización de los ensayos sobre la vacuna de Oxford después de encontrar un posible efecto adverso grave ha vuelto a poner de actualidad los problemas que tiene el conseguir una vacuna que tenga una elevada eficacia y efectividad, pocos efectos adversos y un coste razonable .

Hace algún tiempo (junio de 2020) ya señalaba lo complicado que es encontrar una buena vacuna y lo peligroso que era el hacer pronósticos sobre si se conseguiría, y más aún sobre cuando se lograría (Tratamientos y vacunas contra la COVID-19: polémicas y contrainformaciones) y creo que esta paralización, que el laboratorio ya indica que es temporal, porque en 15 días tiene previsto reiniciar el proceso, ha vuelto a colocarnos en la realidad de las cosas.

Las vacunas se basan en el hecho de que muchas de las enfermedades generan inmunidad (defensas) más o menos permanentes que protegen frente a una nueva infección evitándola y/o haciendo que esta sea menos grave. En el caso de la COVID-19 hay evidencias de que al menos una parte de la población no genera anticuerpos y/o estos desaparecen muy pronto lo que se ha visto en el estudio sobre seroprevalencia realizado en España y en el hecho de que se han evidenciado reinfecciónes, o sea que lo primero que desconocemos es si se logra una vacuna esta tendrá una protección duradera y de no ser así cuanto tiempo se extenderá su efecto protector.

La vacuna se administrará a millones de personas sanas y por lo tanto los efectos adversos, incluso los infrecuentes tienen que valorarse muy detenidamente

La segunda cuestión que no es menos importante es que la vacuna se administrara a millones de personas sanas y por lo tanto los efectos adversos, incluso los infrecuentes tienen que valorarse muy detenidamente y evaluar el riesgo/beneficio de la misma en términos de salud.

Luego la actual búsqueda de la vacuna se da en un entorno de gran competencia entre empresas farmacéuticas e incluso entre países y va a tener impacto en las relaciones geopolíticas mundiales. Eso empeora las cosas porque produce muchos incentivos para magnificar los resultados positivos y minimizar los riesgos lo que ya ha producido más de un problema con otros medicamentos. Por lo tanto habrá que ser muy prudentes con los resultados que publican las empresas que son juez y parte en este asunto.

Por otro lado hay países, entre ellos España en el marco de la UE, que están realizando compras a las empresas farmacéuticas de estas vacunas, todavía inexistentes, con la idea de garantizarse un abastecimiento de las mismas cuando estén operativas. Estas compras tienen muchos riesgos porque podría suceder que estas vacunas finalmente no estuvieran disponibles y se habría comprado humo. Cabría exigir que en estas operaciones se produjera algún tipo de blindaje, por ejemplo participación en los beneficios si hay éxito en la producción de vacunas efectivas y cláusulas de recuperación de las inversiones si se produce un fracaso (por ejemplo con rebajas en los otros medicamentos de las empresas).

Un último comentario tiene que ver con la conveniencia de evitar crear falsas expectativas. No tenemos seguridad de que vaya a haber una vacuna eficaz, aunque es probable que sí la acabe habiendo porque hay muchas líneas de investigación trabajando en ello, pero menos aún sobre cuándo estará disponible si se consigue (la OMS habla del verano de 2021), por eso me parecen poco razonable las declaraciones desde el Ministerio de Sanidad asegurando que estará disponible en diciembre, y aunque es obvio que es posible que lo crean así y se hace para inyectar optimismo en una situación muy negra, se están equivocando, primero porque lo más probable es que no acierten (y ojalá sea yo el que no acierta) y den pie a responsabilizar al Ministerio de algo que evidentemente no puede controlar, y luego porque favorecen que se baje la guardia ante la única vacuna eficaz que tenemos aquí y ahora contra la pandemia: extremar las medidas de precaución y evitar la extensión de los contagios.


Marciano Sanchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

A propósito de la vacuna sobre la COVID-19