jueves. 28.03.2024
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Ha finalizado, tras cuatro años, sus trabajos la comisión del Pacto de Toledo, con un informe de veinte recomendaciones. Sobre todo con una premisa, clara y meridiana, como es el firme compromiso de mantener, mejorar y adaptar nuestro sistema público de Seguridad Social. Especialmente el del sistema de pensiones.

Es una excelente noticia que aleja los nubarrones cuando los cuervos de algunos sectores políticos y financieros vienen insistentemente peleando por transformar el actual sistema de reparto, para convertirlo en un modelo de capitalización que supondría la ruptura de los actuales principios de solidaridad, suficiencia de prestaciones y equidad.

Las recomendaciones son escuetas y claras y se pueden resumir con sus títulos: 1/ Separación de Fuentes,  2/ Aumentos con el IPC, 3/ “Hucha” de las pensiones. 4/ Cotización de autónomos, 5/ Cálculos de la pensión , 6/ Incentivos al empleo, 7/ Información ciudadana, 8/ Gestión del sistema, 9/ Mutuas de la Seguridad Social, 10/ Lucha contra el fraude, 11/ Relación equilibrada entre el esfuerzo de cotización y la prestación 12/ Edad de jubilación, 13/ Viudedad y orfandad, 14/ Un sistema suficiente, 15/ Sistemas complementarios, 16/ Mujeres, Jóvenes, 17/ Personas con discapacitadas, 18/ Trabajadores migrantes, 19/ Digitalización, 20/ Control Parlamentario.

La negociación colectiva constituye el instrumento para impulsar los planes de pensiones de empleo como parte del contenido de los convenios colectivos que regulan las condiciones de trabajo y salario

Recomendaciones que tienen el objetivo de conseguir el acuerdo de todos los partidos políticos, aunque algunos ya han anunciado sus votos particulares y sus condiciones o matices en diversos puntos. Pero hay una recomendación de las veinte que persigue la extensión de los Sistemas complementarios de pensiones, cuyo éxito o fracaso va más allá de la posición, favorable o contraria, de los partidos políticos para que se haga realidad. Es así porque la negociación colectiva constituye el instrumento para impulsar los planes de pensiones de empleo como parte del contenido de los convenios colectivos que regulan las condiciones de trabajo y salario. Y ello es responsabilidad exclusiva de la patronal y los sindicatos.

El objetivo de extender los Planes de Pensiones de Empleo es un reto para los sindicatos en su capacidad de situar este objetivo en de su tabla reivindicativa. Porque hay evidentes dificultades para su generalización, que se explican tanto por los bajos niveles salariales y el inmenso peso de la micro empresa, como por la debilidad de la negociación colectiva en tantos sectores de nuestra economía. También por los efectos de la última Reforma Laboral que ha debilitado el convenio colectivo y con ello la fuerza de sus contenidos. Una realidad que explica el evidente retraso que padecemos en España. En nuestro país, a excepción de Euskadi y contadas grandes empresas o multinacionales, la presencia de este derecho de los trabajadores, ligado a la negociación colectiva, sigue siendo ínfima en comparación con el resto de la mayoría de países europeos.

No es nueva en la política reivindicativa de los sindicatos en España la recomendación que nos hace el Pacto de Toledo sobre Sistemas Complementarios de Pensiones, apuntando como objetivo “desarrollar un sistema complementario sólido de fondos de empleo en el ámbito empresarial o sectorial”. Ha estado presente, desde hace décadas, en los programas y tesis de sus congresos, aunque mucho menos en sus plataformas reivindicativas y en las mesas de negociación de los convenios colectivos, a pesar de que desde hace años este objetivo viene formando parte de los Acuerdos para la Negociación Colectiva que han firmado las Confederaciones Sindicales de CCOO y UGT y las Patronales CEOE y CPYME en términos claros y positivos: “Las Organizaciones firmantes de este Acuerdo compartimos una valoración positiva sobre los Sistemas de Previsión Social Complementaria y hemos considerado conveniente abordar el desarrollo de los mismos en el marco de la negociación colectiva.”. Así dicen tanto el Acuerdo Interconfederal para la negociación colectiva 2007 (ANC 2007) como el  III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2015, 2016 y 2017.

Tales directrices han tenido hasta ahora muy poco éxito. En estos últimos años ha sido insignificante, salvo en Euskadi, la implantación de nuevos planes de pensiones en los convenios colectivos. La renovación del Pacto de Toledo, junto a la necesidad de una urgente modificación de la Reforma Laboral del PP que ha debilitado el papel de la negociación colectiva, deberían posibilitar un impulso para extender desde los convenios colectivos de sector los Planes de Pensiones de Empleo y dejar atrás los prejuicios ideológicos presentes aún en sectores del movimiento sindical y de una parte de la izquierda política. Necesario, precisamente ahora, cuando está garantizada la financiación del sistema público, pues ésta es una condición “sine qua non” para impulsar la implantación de planes de pensiones de promoción conjunta en aquellos convenios colectivos sectoriales que lo hacen posible por sus características, salariales y profesionales, económicas y de correlación de fuerzas. Por otra parte, ello puede representar un factor más que refuerce el papel de la negociación colectiva en nuestras relaciones laborales.

Pacto de Toledo, Planes de Pensiones y Negociación Colectiva