domingo. 28.04.2024
FAES

Saben aquel que diu.... uno que va por el centro de Madrid chasqueando los dedos y, cuando le preguntan que para qué lo hace, responde que es para espantar elefantes. Pero, si aquí no hay elefantes, le replican, a lo que, él responde: Claro, porque yo los espanto.

Bueno, pues José María Aznar pretende sacar a la calle a la gente para que chasquee los dedos y espante la amnistía. Ya podía haber hecho eso con las supuestas armas de destrucción masiva de Sadam Hussein y nos hubiera evitado el bochorno de participar en aquella guerra de su amigo Bush. Parece una tontería, pero Aznar tiene de tonto, lo justo. Con ese tiro quiere cobrarse dos piezas, a Sánchez por anti constitucionalista y a Núñez, por flojo.

Y lo hace, al igual que participó en una "guerra preventiva", montando ahora una "manifestación preventiva". Por si acaso. Como no es muy vergonzoso, no le afectó el que las armas no existieran, por lo que se le da una higa que la amnistía solo esté en las peticiones de los independentistas catalanes que, por cierto, a quien se la deben estar pidiendo es al único candidato a la investidura nombrado por el jefe del Estado. ¿Será contra Núñez Feijóo contra los que gritarán los manifestantes convocados por Aznar?

Tampoco ha debido ver Aznar la película "Minority report" en la que Steven Spielberg nos cuenta la historia de un detective, interpretado por Tom Cruise, que detenía a futuros delincuentes. Todavía, los detenidos, no habían cometido el delito pero, por arte de magia, se sabía que lo iban a cometer, con lo cual no llegaban a cometerlo. Ya saben, es la paradoja de actuar sobre el futuro modificándolo previamente. En filosofía está muy estudiado pero, lo de Aznar, es más como lo de los elefantes espantados.

En fin, si hubiera visto la película sabría que, al final, el propio Tom Cruise es víctima del mismo proceso y le acusan de ser un futuro delincuente. Por las mismas, Aznar podría ser reo por un futuro golpe de estado. También, por si acaso.

Me da a mí por sospechar que, lejos de temer por la amnistía, lo que, de verdad, le gustaría es que Pedro Sánchez se pusiera la Constitución por montera. Que más quisieran en el PP que tener un motivo como ese para convertirse en rebeldes con causa.

Otro asunto es lo de Núñez Feijóo, un impenitente pisador de charcos. Todavía no había acabado Aznar de convocar a las masas cuando don Alberto dio las órdenes oportunas para hacer algo al respecto. A estas alturas, todavía no saben si será una manifestación, un acto abierto, un mitin, una algarada o un acto on line, no presencial, pero, al menos, rellenarán durante un par de horas el periodo que se han tomado para preparar la no investidura de Núñez Feijóo. La forma de vender un acto de oposición a la futura investidura de Sánchez como algo que tiene que ver con una investidura propia, tiene ocupados a los estrategas de Génova 13.

Estudian, incluso, la posibilidad de que ese acto se celebre en Waterloo para que tenga relevancia internacional, aunque problemas financieros y de permisos de las autoridades belgas, lo dificultan. Además, recuerdan los expertos, la toma del Capitolio la proyectó Trump para que se iniciara desde muy cerca del mismo. El modelo “marcha verde”, que utilizó Hasán II para quedarse con el Sahara español, parece desaconsejarse en este caso ya que, traerse a los manifestantes desde Bélgica gritando “basta ya de Pedro Sánchez, ahora nos toca a nosotros”, llevaría tiempo y presenta problemas de logística.

Y, en el fondo de la escena, se puede distinguir a Aznar partiéndose de risa desde el minarete de FAES.

Minority report en FAES