domingo. 28.04.2024
Carles Puigdemont
Carles Puigdemont

¿Que se está negociando para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno? Esta es la pregunta que se ha estado haciendo la intelliguentsia hispana desde, incluso, antes de que fuera nominado por el jefe del Estado para solicitar esa investidura. Pero, la mayoría de los que hacían esa pregunta lo hacían en forma puramente retórica, porque servía para responderse con la presunción de que, lo que se negociaba, era la ruptura de España, el fin de su democracia y la consecución de un sistema de desigualdad entre españoles. Por ese orden, cualquier otro o todo a la vez. Acompañada, esa auto respuesta, con la crítica al oscurantismo con que se estaban desarrollando esas negociaciones.

La verdad es que yo no sería capaz de responder a esa pregunta inicial. Mis conocimientos de politología no me dan para saberlo, aunque si para especular sobre ello, ejercicio, este último, tan socorrido como inútil entre las huestes tertulianas, lo que podríamos llamar el tertulianismo sociológico.

Si Pedro Sánchez consigue ser investido presidente no será, al menos, solo, porque consiga para Puigdemont un billete de vuelta a España

Algo se ha debido de estar tratando sobre la amnistía a los condenados y procesados de los hechos relacionados con el Procés. Con todo el país hablando sobre el asunto, sería extrañísimo que los únicos que no lo estuvieran haciendo fueran los propios interesados, es decir ERC, JUNTS y PSOE. Por tanto, no me merezco ningún reconocimiento si encabezo la lista de temas en debate con este asunto. Seguido del otro tema relacionado con este, es decir el del referéndum de autodeterminación. Cualquiera que tenga conocimiento de la comparecencia del honorable president en el Senado, puede haberlo deducido por muy poca politología que domine.

Pero, digo yo, que de algo más tienen que haber estado hablando unos y otros. Sobre todo, pensando que, si bien los partidos catalanes pueden vender entre su electorado las ventajas de sacar adelante uno y otro asunto, no es el caso de vascos, gallegos y canarios, por ejemplo. No es plausible creer que si el PSOE, independientemente de su constitucionalidad, aceptara aprobar una amnistía y un referéndum, todos los demás partidos políticos representados en el Congreso le iban a dejar aplicar su programa sin incorporar cosas que están en sus propios programas.

Vamos teniendo conocimiento, tema a tema, de que, eso es así. La primera que concretó fue la diputada de Coalición Canaria cuando puso sobre la mesa de la negociación su famosa "agenda canaria". Ahora, acabamos de conocer el acuerdo del PSOE con SUMAR mediante el que se han pactado importantes medidas en materia laboral, fiscal y de política de vivienda, entre otras. Y, todavía quedan por conocer las "agendas vasca y gallega" así como el resto de la "agenda catalana".

Será necesaria la aprobación de leyes y acuerdos parlamentarios durante, prácticamente, toda la legislatura con los mismos grupos políticos

Por ello, todo apunta a que, si Pedro Sánchez consigue ser investido presidente del Gobierno de España no será, al menos, solo, porque consiga para Puigdemont un billete de vuelta a España, sino porque haya convenido un auténtico programa de gobierno para un periodo que permita llevar a cabo las, a no dudar, relevantes medidas que trascienden la mera investidura. Es decir, un acuerdo de legislatura y no solo por la voluntad de las partes, sino por la necesidad de contar con el suficiente plazo para la maduración de esas medidas acordadas.

Por ello, podemos seguir hablando de la amnistía y el referéndum, cosa que, por cierto, ya se está haciendo menos, pasado el sarampión inicial. Pero creo que deberíamos ir hablando de otras cosas como el incremento del salario mínimo, la reducción de la jornada laboral, la ampliación del parque de vivienda pública, la mejora de la financiación autonómica, la ampliación de ciertas infraestructuras o las políticas sanitarias, de educación, medioambientales y tecnológicas, entre otras. Y, para ello, será necesaria la aprobación de leyes y acuerdos parlamentarios durante, prácticamente, toda la legislatura con los mismos grupos políticos con los que pacte la investidura, con objeto de sacar adelante esas políticas pactadas.

Sobre ese conjunto de medidas, sobre ese programa de gobierno, debería versar el debate público además de sobre si la amnistía, es decir, el perdón de los delitos ligados al Procés, es constitucional o rompe España. Aunque no hay que despreciar el efecto de prestidigitación que puede tener el desviar el debate hacia terrenos más convenientes a según quien. Porque, ya se sabe lo que se dice de aquellos que, cuando se les señala un programa de gobierno solo se fijan en la amnistía.

Sepamos que no es amnistía todo lo que reluce.

Si lloras por la amnistía, las lágrimas no te dejarán ver el programa de gobierno