sábado. 27.04.2024

Una respuesta positiva tendría un alcance muy negativo. El caso es que dos personas con su mandato caducado, y con un interés directo en una medida que les relevaba del puesto, han decidido no inhibirse pese a ser juez y parte para entendernos. Por otro lado una minoría parlamentaria consigue detener la tramitación de una ley aprobada por el Parlamento y que debe sancionar el Senado. Esto genera una jurisprudencia muy delicada y crea un precedente que puede hipotecar la tarea del poder legislativo, sirviéndose del poder judicial para maniatar al ejecutivo.

Con todo, lo más escandaloso es que se hable tan claramente del bloque conservador y del bloque progresista de los magistrados que componen uno u otro alto tribunal. Se supone que, al ponerse la toga, los jueces deben estudiar las cuestiones con cierta imparcialidad, incluso aunque violentara su bagaje ideológico. Que los argumentos queden predeterminados de partida y quepa pronosticar con enorme fiabilidad uno u otro desenlace por las ideas políticas de los magistrados, lo cierto es que sus dictámenes quedarían bajo sospecha.

No las debe tener todas consigo Feijóo, que no puede aguardar al dictamen de las urnas

¿Cuál era el problema de alegar inconstitucionalidad a toro pasado como es lo suyo? Al parecer ese retraso hubiera influido en el reparto de los bloques y con esta inusitada maniobra se ha evitado. No las debe tener todas consigo Feijóo, que no puede aguardar al dictamen de las urnas (máxime con la cantada victoria de Ayuso en Madrid pese a su maltrato al personal sanitario) como para movilizar a sus correligionarios en el Tribunal Constitucional y conseguir lo que no logran sus votos en el Parlamento.

El desgaste institucional siempre ha interesado a formaciones políticas que carecen de aspiraciones para gobernar. Quizá todo esto no signifique otra cosa que hayan perdido esa expectativa, porque temen los resultados electorales que pueda obtener la confluencia de Sánchez con Sumar sin Podemos. Estar evitando las bases para un referéndum en Cataluña es una motivación bastante barroca para explicar esta situación inédita. La tutela previa del poder legislativo desde una instancia judicial, cuando su composición se corresponde con la lealtad hacia quien les designa, provoca una imagen poco amable del tribunal concernido.

¿Se ha desprestigiado el Tribunal Constitucional?