sábado. 20.04.2024
sero
Foto: Moncloa

La página web del Instituto de Salud Carlos III ofrece ya el informe de los resultados obtenidos en el último seguimiento de la cohorte ENE-COVID, cuyo muestreo se realizó entre el 16 y el 29 de noviembre1. La tabla 1 resume los resultados y muestra una comparación entre las evoluciones de la epidemia en el período de primavera y en el de otoño, aún en curso.

s5Tabla 1. Evolución de la prevalencia de la infección por SARS-CoV-2 en España hasta el 23 de noviembre según se desprende de los datos del estudio ENE-COVID.

Puede decirse que el número de infecciones sucedidas en ambos períodos ha sido básicamente el mismo aún cuando las medidas de contención aplicadas fueron muy distintas. La multiplicación de los esfuerzos de detección de casos asintomáticos durante el segundo período elevó notablemente la tasa de detección. Aún así, siguieron escapando el 40% de los casos. Por lo que se refiere a la distribución de las infecciones por edades (tabla 2), los datos muestran que en el segundo período ha sido más equilibrada que en el primero, elevándose las tasas entre los menores de 40 años y reduciéndose entre los mayores de esa edad. Entre los mayores de 65 años, las infecciones se redujeron significativamente en todos los segmentos de edad estudiados.

s4

Tabla 2. Distribución de la prevalencia según la edad y el período epidémico. 1. Los porcentajes son todos sobre la población total de cada grupo.

Los nuevos datos, que reúnen ya una cifra muy elevada de infecciones, permiten una nueva estimación de la letalidad de la infección por el SARS-CoV-2 sobre la base de las defunciones registradas oficialmente a fecha 23 de noviembre2 (tabla 3). Ahora, la letalidad general estimada se sitúa en el 0,9%, sin que sea posible analizar de nuevo su variación con la edad porque la desagregación por edades de los fallecimientos hace ya tiempo que no se especifica en los informes oficiales.

s3

Tabla 3. Nueva estimación de la letalidad del SARS-CoV-2 en España sobre la base de más de cuatro millones y medio de infecciones sucedidas en un período cercano a los nueve meses.

En todo caso, sorprende que habiendo descendido las infecciones entre los mayores de 60 años durante el segundo período se haya incrementado en medio punto porcentual la letalidad general durante ese período. Cualquier intento de explicación para esa paradoja debe posponerse, necesariamente, hasta poder conocer esos datos desagregados de fallecimientos que por ahora desconocemos los ciudadanos.

Por comunidades autónomas, en todas excepto en seis sucedieron más infecciones después del 4 de mayo que antes de esa fecha (figura 1). La prevalencia acumulada a 23 de noviembre varió entre el 3,8% de las Islas Canarias y el 18,6% de Madrid.

s2

Figura 1. Evolución de la prevalencia por CC.AA. Las cifras indican la prevalencia acumulada.

Para terminar este breve análisis, la tabla 4 muestra las tasas de seroconversión obtenidas entre los miembros de la cohorte en los que pudo documentarse un resultado positivo en la detección del virus en nasofaringe mediante PCR en algún momento posterior a la última toma de muestra de sangre, que se realizó entre los días 8 y 23 de junio. Dichas tasas no llegaron en ningún caso al 70%, con un promedio del 59,4%.

s1

Tabla 4. Tasas de seroconversión observadas en pacientes con PCR positiva en nasofarínge documentada con posterioridad al día 23 de junio.

A mediados de este año, un grupo internacional de investigación coordinado desde el Instituto Carolino de Estocolmo demostró la frecuente presencia de inmunidad celular específica frente al SARS-CoV-2 en pacientes con infección demostrada en momentos anteriores cuyo suero resultó, sin embargo, negativo para anticuerpos frente al virus en el seguimiento3. Así, esos investigadores sugirieron con fundamento que los estudios de seroprevalencia podrían subestimar la prevalencia real de la infección en una medida cercana al 50%. Salvo que la tasa de falsos positivos en las pruebas de PCR realizadas en España haya sido escandalosamente alta, la información contenida en la tabla 4 parece indicar que la prevalencia acumulada medida a fecha de 23 de noviembre en la cohorte ENE-COVID podría subestimar la realidad en una medida próxima al 40%, lo que casa muy bien con esa propuesta. Por consiguiente, la prevalencia real de la infección por SARS-CoV-2 a fecha 23 de noviembre pudo ser en realidad del 14% y no del 9,9%. Esta estimación eleva el número acumulado de infecciones a esa fecha hasta los 6.532.400 casos, rebaja el porcentaje de detección de casos hasta el 24% y sitúa de nuevo la letalidad global de la infección en el 0,7%.

En las infecciones víricas que transcurren con diseminación sistémica del agente, los estudios de seroprevalencia no sufren estos problemas. Sin embargo, la naturaleza local de la infección por virus respiratorios, que comporta una respuesta inmunológica muy diferente en algunos aspectos, introduce un elemento de incertidumbre en los resultados que es muy necesario tomar en cuenta a la hora de interpretarlos. También habrá de tomarse muy en cuenta este punto a la hora de usar los resultados de esos estudios para realizar valoraciones sobre la inmunidad de rebaño, que en las infecciones respiratorias víricas también presenta connotaciones especiales que no permiten extrapolar sin más lo que sabemos sobre ese tema a cuenta de otras infecciones como el sarampión, la rubéola o la varicela. Personalmente, prefiero reconocer con sinceridad lo limitado de nuestros conocimientos sobre esta cuestión y renunciar a hacer cualquier valoración del significado de los resultados de esta nueva encuesta en relación con la inmunidad de rebaño frente al SARS-CoV-2 en España a día de hoy.


Referencias

1. Instituto de Salud Carlos III. Estudio ENE-COVID: cuarta ronda. Estudio nacional de sero-epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 en España. Madrid, 15 de diciembre de 2020.
2. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Actualización no 252. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). Madrid, 23 de noviembre de 2020.
3. Sekine T et al. Robust T cell immunity in convalescent individuals with asymptomatic or mild COVID-19. Cell 2020; 183:158-168.

Cuarta ronda del estudio de seroprevalencia de la infección por SARS-CoV-2 en España