viernes. 29.03.2024

Este es el tercero de una serie de tres artículos que tratan sobre la desigualdad. Cada uno de ellos lo hace desde una perspectiva diferente. El primero se refería a las implicaciones morales de la desigualdad, el segundo a la desigualdad observada desde una perspectiva ajena a consideraciones morales, y el tercero, o sea este, quiere ser una aproximación a un caso particular: el de la Comunidad de Madrid. He elegido la Comunidad de Madrid porque creo que para quienes defienden el modelo neoliberal es el paradigma a seguir por el resto de las regiones de España.

La Comunidad de Madrid, un caso de éxito

El pasado 27 de febrero, 16 días antes de la declaración del estado de alarma, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente y portavoz del gobierno regional, Ignacio Aguado, cada uno por un lado, comparecieron en abierta competición para presentar resultados sobre el crecimiento del PIB madrileño. El dato merecía ser destacado: en el año 2019 la Comunidad de Madrid creció un 3%, un punto más que el conjunto de España.

Es evidente que no todos los madrileños disponen de 35.000 euros al año, ni todos disfrutan de sus enormes atractivos, ni tampoco de los mismos servicios. Madrid, en su interior, oculta grandes desequilibrios

Sin duda, la Comunidad de Madrid es (o era) una región próspera; con una población de 6.6 millones de habitantes, es la región más rica de España. El año pasado su PIB fue de más de 230.000 millones de euros y su PIB per cápita superó los 35.000 euros. En ambos parámetros es la primera de todas las comunidades autónomas. Su tasa de paro se situaba, en ese momento, alrededor del 10% de la población activa, 3,8 puntos por debajo de la media nacional.

En medio del caos, en plena crisis por el COVID-19, el gobierno regional ha aprobado definitivamente el proyecto Madrid Nuevo Norte, con una inversión prevista de 6.000 millones de euros que generarán más de 210.000 nuevos puestos de trabajo, lo que  le permitirá dar un salto muy importante, desarrollando una de las áreas urbanas más dinámicas de Europa.

Esta es la cara que Madrid muestra al mundo, su escaparate, pero… hay otro Madrid: el Madrid de la mayoría de los madrileños. Es evidente que no todos los madrileños disponen de 35.000 euros al año, ni todos disfrutan de sus enormes atractivos, ni tampoco de los mismos servicios. Madrid, en su interior, oculta grandes desequilibrios.

La cara oculta del éxito: polarización social y territorial

Vamos a mostrar a continuación algunos datos ofrecidos desde distintas perspectivas que contrastan abiertamente con la visión oficial del éxito de la Comunidad de Madrid. Como siempre, quiero dejar claro que los datos pueden ser sometidos a interpretaciones distintas, y mi propósito, en este caso, es el de descubrir algunas de las bases de la desigualdad en la Comunidad de Madrid.

El índice GINI es un indicador comúnmente utilizado para medir las diferencias de renta en una población determinada (un país, una región o un municipio). Sus valores oscilan entre el 1 (máxima igualdad), lo que significaría que todos los ciudadanos tendrían exactamente la misma renta; y el 100 (máxima desigualdad), lo que indicaría que un solo ciudadano tendría toda la renta y los demás no tendrían nada.

La Comunidad de Madrid tiene un índice GINI de de 35,00, 1,80 puntos mayor que el del conjunto de España y 4,1 puntos por encima del de la Unión Europea. Algunos de los municipios más ricos de Madrid tienen un índice GINI especialmente alto. Es el caso de Alcobendas (63,72), Pozuelo de Alarcón (58,16), o Boadilla del Monte (51,26).

El Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en la Comunidad de Madrid 2019, presentado por la Fundación FOESSA el pasado mes de octubre, explica que en la Comunidad de Madrid ha crecido durante en los últimos años la distancia que separa al 20% más rico de la población del 20% más pobre. Lo ha hecho, además, de forma más acusada que en el conjunto de España y partiendo de niveles iniciales más altos, de modo que, la brecha entre el 20% de la población con más ingresos y el 20% con menos es en Madrid la más grande de todo el Estado. Además, durante el periodo de crisis, en Madrid se ha incrementado claramente la diferencia entre los más pobres y los grupos intermedios de ingresos, mientras que apenas ha variado la diferencia entre los más ricos y los grupos intermedios; es decir, los pobres se alejan, cada vez en mayor medida, de las clases medias y altas, lo que se relaciona con el efecto de polarización social que los indicadores relativos a la exclusión social también ponen de manifiesto.

Si bien la renta media de la población madrileña se ha incrementado en un 2%, quien ha soportado en mayor medida los efectos de la crisis ha sido el grupo poblacional con menos ingresos, que ha visto mermada su renta casi en un 30% (frente a un 13% en el conjunto de España). Por el contrario, el 20% de la población más rica habría incrementado su renta en un 3,6%. En ninguna otra CC. AA. se han producido durante la crisis un deterioro tan marcado de los ingresos de los más pobres y una variación tan desigual en los ingresos de los grupos de renta baja, intermedia y alta.

Además, en Madrid podemos ver como la distribución de la riqueza tiene una evidente repercusión en el territorio. Si ponemos el foco en la distribución de la renta por municipios o por áreas territoriales, comprobamos que los cinco municipios más ricos de la región, cuya renta los sitúa entre los 10 más ricos de España, se encuentran en la zona norte o noroeste de la Comunidad de Madrid; son los siguientes: Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte, Alcobendas, Majadahonda y Las Rozas de Madrid. Entre los cinco suman poco más de 425.000 habitantes y su renta media anual por declarante está entre los 50.000 y los 72.000 euros brutos. En contraposición encontramos municipios como Parla, Fuenlabrada, Móstoles o Arganda del Rey, todos ellos con rentas brutas por debajo de los 25.000 euros. En ellos viven cerca de 600.000 personas. Todos éstos últimos están ubicados en el sur o en el este de la región.

Desigualdad, privatización y degradación de lo público; un triángulo equilátero

Además de todos estos datos, creo que conviene ver cómo la desigualdad se abre camino de la mano de la privatización. Veamos dos ejemplos.

El pasado mes de octubre, Javier Gil, doctor en sociología y miembro del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, publicaba un interesante artículo titulado Tu casero es un buitre en el que denunciaba que Blackstone, el famoso fondo buitre dedicado a la especulación en el sector inmobiliario, ha comprando casi 2.000 viviendas públicas en Madrid. Una operación seguida de espectaculares adquisiciones de paquetes de viviendas, compradas a los bancos por precios muy por debajo del precio de mercado. En pocos años Blackstone se convierte en el primer propietario de vivienda de España, protagoniza la mayor operación inmobiliaria privada de la historia de España y, a día de hoy, en torno al 20% de los activos internacionales de Blackstone se encuentran en nuestro país. Alguna de estas operaciones de venta de vivienda pública a fondos buitre ha sido formalmente anulada por una sentencia del Tribunal Supremo, aunque todo apunta a que dicha sentencia difícilmente será cumplida.

El segundo ejemplo es el que se refiere a la privatización del sistema público de salud, ese que tanto estamos valorando en estos momentos difíciles; y para facilitar el proceso de privatización, nada mejor que degradar el sistema público.

La Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) en su Balance de la Legislatura 2015-2019 denuncia que la Comunidad de Madrid ha estado crónicamente subfinanciada desde la asunción de las transferencias sanitarias. Por eso, según explica la FADSP, el gasto sanitario per cápita se ha situado por debajo de la media del conjunto de las comunidades autónomas. Y ofrece datos: el gasto público madrileño per cápita en sanidad era en 2014 un 5,13% inferior al promedio del conjunto de las comunidades autónomas; en 2019 ha sido un 14,42% inferior. Esto significa que harían falta 1.400 millones de euros adicionales para equiparar el presupuesto de la Comunidad de Madrid en sanidad al de las demás comunidades autónomas. Al mismo tiempo, la atención primaria también se ha visto sometida a recortes presupuestarios: ha pasado del 12,67% del presupuesto sanitario total en 2010 al 11,63% en 2016 y continúa bajando, llegando en 2019 al 10,9%. Simultáneamente, las cantidades dedicadas a la privatización de la sanidad se han incrementado notablemente.

Desgraciadamente se habrán perdido muchas vidas, pero más tarde también se perderán empleos. Muy probablemente el impacto económico y social que deje esta crisis será más duro en el sur y en el este de la región

Cuando Madrid despertó, la desigualdad todavía estaba allí

Esta es la fotografía que podíamos hacer de la región madrileña en el instante anterior a la declaración del estado de alarma. La Comunidad de Madrid es, hasta el momento, la más afectada por la pandemia del COVID-19 y, del mismo modo que la distribución de la renta es desigual y esa desigualdad tiene una clara dimensión territorial, las consecuencias de la crisis provocada por los efectos de esta pandemia no se van a percibir del mismo modo en todo el territorio madrileño. Desgraciadamente se habrán perdido muchas vidas, pero más tarde también se perderán empleos. Muy probablemente el impacto económico y social que deje esta crisis será más duro en el sur y en el este de la región.

Hay muchos más datos que confirman la desventaja que padece la mayoría menos afortunada de los madrileños. Cuando se declaró la alarma por el COVID-19, solo en la ciudad de Madrid, el 20% más rico posee más de la mitad de la renta de la capital

A la situación de emergencia social se tendrán que enfrentar los distritos periféricos y los municipios del sur y del este de Madrid, muchos de ellos endeudados, sin recursos para hacer frente a las necesidades que, sin duda, se van a multiplicar. El gobierno de la nación ha aprobado un paquete de medidas que contribuirá significativamente a paliar sus efectos, pero el gobierno de la Comunidad de Madrid, a tenor del comportamiento que ha mantenido en el pasado, con toda seguridad persistirá en dejar a los más vulnerables con sus problemas de salud, de dependencia, de empleo y vivienda, a su suerte, es decir, en manos del mercado. Finalmente, quien tendrá que hacerse cargo de buena parte de la responsabilidad serán los ayuntamientos. Un dato significativo es que 16 municipios del sur y del este de la Comunidad de Madrid acumulan una deuda de casi 1.600 millones de euros. Sólo el municipio de Parla supera los 400 millones de deuda. Para hacernos una idea de lo que eso significa, baste decir que a cada uno de los vecinos de Parla le corresponden 3.237,00 euros de deuda municipal. En Navalcarnero, con 106 millones de deuda municipal y tan solo 28.000 habitantes, a cada vecino le corresponden 3.754,00 euros de deuda. En cambio, hay municipios cuya deuda es prácticamente insignificante. Es el caso de Boadilla del Monte, con una deuda de 1,00 euro por habitante; o Majadahonda con 4,00 euros de deuda por habitante.

Hay muchos más datos que confirman la desventaja que padece la mayoría menos afortunada de los madrileños. Cuando se declaró la alarma por el COVID-19, solo en la ciudad de Madrid, el 20% más rico posee más de la mitad de la renta de la capital.

También hay muchos otros aspectos que habría que considerar, tales como la feminización de la pobreza, el desempleo juvenil, la pobreza infantil o la situación de los trabajadores pobres. Asimismo, no hay que olvidar que existen municipios con menores índices de renta en la Comunidad de Madrid; en concreto muchos de los municipios situados en áreas rurales (especialmente de las áreas rurales del sur y el este de la región). Sin embargo, tales asuntos requerirían un trabajo de mayor alcance.

No obstante, conviene no perder de vista estos (y también otros) datos; quizá sea el momento de ir pensando en una estrategia para el momento en que se levante el estado de alarma. Porque el día que Madrid despierte de esta pesadilla, como en la fábula de Augusto Monterroso, la desigualdad todavía estará ahí; y puede ser que haya crecido.


Bibliografía:

  • Fundación FOESSA (2019), Informe sobre exclusión y desarrollo social en Madrid, obtenido el 10/04/2020.
  • FEDEA (2014), Renta personal de los municipios españoles y su distribución, obtenido el 10/04/2020.
  • Gil, J. (2019), Tu casero es un buitre, Público.
  • Observatorio Madrileño de Salud (2018), Informe balance de la legislatura 2015-2019, obtenido el 10/04/2020.
  • Expansión, (2017-2018), Datosmacro, obtenido el 10/04/2020.

La Comunidad de Madrid como paradigma de la desigualdad