viernes. 19.04.2024
TRIBUNA DE OPINIÓN

Ceuta, o cómo se destapa la vergüenza del resto del mundo

Explotar sus minas de diamantes y sus reservas de petróleo no lo llamamos invasión, dejar sus aguas secas de pescado no lo llamamos robo, para que recojan nuestras fresas por míseros sueldos, no nos molestan los migrantes.
ceuta

Resulta hasta irónico referirse desde España a Mohamed VI como el “dictador” de Marruecos, no recuerdo haber votado a Felipe VI, la verdad.

El salto masivo de la valla de Ceuta es catalogado como “invasión” por quien, sin hacer la mili y vanagloriándose de defender a España, solo con la instrucción de los dos primeros meses se habría dado cuenta que, bebés ahogándose en el mar, el único conflicto o peligro que representan es si como sociedad valemos un duro al poner como escusas al porqué real de un intento de supervivencia de personas. Será que los portantes de rojigüaldas como complemento en cualquier prenda de vestuario, eligieron vivir en el lado correcto de la valla, del mismo modo que piensan estar en el lado correcto de la historia.

He cogido menores en brazos cuando no existía esa mega valla, he sentido el calor de quien no quiere separarse de ti porque eres el único desconocido que, en los últimos meses no ha querido agredir a su madre, madre que, descalza, desorientada, deshidratada, te sonríe a la que llora porque, ha conseguido cruzar.

Que el monarca marroquí utilice, como chantaje, una apertura de puertas, desde el punto de vista de una dictadura, es lógico, pero, ¿en serio pensamos que 10.000 personas estaban ahí por casualidad o que llegaban en ese instante a la puerta?

Miles de kilómetros han sido recorridos durante meses huyendo de mutilaciones genitales, más de 200 millones de mujeres y niñas, vivas en la actualidad, han sido objeto de la mutilación genital femenina en 30 países de África, Oriente Medio y Asia.

He interceptado ciudadanas chinas en el puesto 4 de Benzú, con un mapa para llegar, a donde no les quitarían sus hijas por motivos de “superpoblación”.

Madres con 3 chiquillos, que huyen dejando atrás parte de sus familias, porque no quieren ver como las milicias en Burkina Faso reclutan a sus descendientes.

La declaración de Dublín de 1992, sobre El Agua y el Desarrollo Sostenible, incluye a la mujer en uno de sus cuatro principios: “La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión, y la protección del agua”. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, en el continente africano, el 90% de las mujeres se dedican a esta tarea. Casi 17 millones de mujeres y menores, en su mayoría niñas, en 24 países del África Subsahariana, son responsables de transportar agua a 30 minutos de media por viaje ¿7 kilómetros de ida y 7 kilómetros de vuelta para tener agua es de recibo en pleno siglo XXI?

Desde el lunes, han sido asesinados 40 menores en la franja de Gaza. Se estima que en 2020, las muertes por malaria en el África subsahariana, llegarían hasta las 769.000, su vacuna ha dejado de fabricarse para poder fabricar la vacuna de la Covid19 para el “primer mundo”. Según las cifras oficiales, en Gaziantep hay unos 450.000 refugiados sirios, es decir, uno de cada cinco habitantes. La mayoría de ellos proceden de la ciudad martirizada de Alepo, 110 km al otro lado de la frontera, y de su región. A esto, la caverna lo llama, efecto llamada.

El acto de apertura, aprovechando para chantajear, solo levanta la alfombra de golpe, de algo que sucedía, sucede, y sucederá con cuenta gotas a lo largo de todo el verano, que lógicamente es la “mejor época” para jugarse la vida cruzando el estrecho en una puta mierda de barca vendida en el mismo Ceuta, y denunciada de robo nada más abandonar la costa caballa.

Por supuesto que hay que señalar a las autoridades marroquíes por esa apertura de puertas a modo chantaje económico, pero que sepan que en ellos cuatro años que hice servicio de frontera, las autoridades españolas también abrían de vez en cuando al ser alertados de que ya había exceso de migrantes en pueblos cercanos a Ceuta, abriendo es como se evitan las imágenes lamentables de personas desgarrando su piel en concertinas.

Explotar sus minas de diamantes y sus reservas de petróleo no lo llamamos invasión, dejar sus aguas secas de pescado no lo llamamos robo, para que recojan nuestras fresas por míseros sueldos, no nos molestan los migrantes.

Ceuta, o cómo se destapa la vergüenza del resto del mundo