domingo. 28.04.2024

Los 100 años transcurridos desde el fallecimiento de Lenin han dado lugar a un recordatorio de esta importante figura de la política, de la política como acción y de la política como reflexión. Se ha titulo incluso “año Lenin”. Bienvenida sea esa oportunidad para desarrollar la investigación histórica, y también para aportar a la acción y a la reflexión de hoy alguna valiosa experiencia. Y la de Lenin en mi opinión lo es, y mucho.

El título de estas notas resulta de una consideración de Lenin en enero de 1921, en plena “guerra civil”, cuando el poder soviético, a la vez que iniciando la construcción de un nuevo Estado, se estaba enfrentando al “Ejército Blanco” apoyado por la coalición internacional “Intervención Aliada en Rusia”. Lenin polemiza con Trotski, uno de los más importantes dirigentes bolcheviques de la “Revolución de Octubre” y creador del “Ejército Rojo”, cuando éste preconizaba la militarización de los sindicatos (¿un Trotski pre-estalinista, o, más tarde, un Stalin trotskista?). 

Decía Lenin que “los sindicatos… no podrán perder aún en muchos años una base como la ‘lucha económica’ no de claseen el sentido de lucha contra las deformaciones burocráticas de la administración soviética (los dos subrayados son míos)en el sentido de defensa de los intereses materiales y espirituales de la masa de los trabajadores…”. Así reza en su escrito “Insistiendo sobre los sindicatos, el momento actual y los errores de Trotsky y Bujarin”, de enero 2021 (Obras Escogidas, Tomo III, página 555, cita en la página 583, Editorial Progreso, Moscú 1961, Instituto de Marxismo-Leninismo del CC del PCUS). Y no consta que el traductor de la obra fuera fusilado como “antisoviético”.

Lenin que de hecho asumía la huelga (la acción esencial “económica” de la clase trabajadora) para superar deficiencias en la construcción socialista en un país de poder soviético

Una afirmación de Lenin que me lleva a una anécdota personal, y que creo que ilustra bastante bien la “burocracia”, o la “burrocracia”, a la que Lenin llamaba a combatir. 

En el verano de 1969 estaba yo en la RDA (República Democrática de Alemania, la Alemania Oriental tras el “Telón de Acero”), un mes de vacaciones [1] en esta ocasión. Era un año después de la invasión de Checoeslovaquia por las tropas de la URSS y del Pacto de Varsovia para ahogar la experiencia del “socialismo con rostro humano”, la “Primavera de Praga”. Era inevitable hablar de ello, a pesar de la cordialidad que exige la condición de invitado. Por otra parte nosotros volvíamos a la RDA después de haber vivido allí (en Leipzig) de 1962 a 1964, exilados para rehuir el intento de detención por la brigada políticosocial de Barcelona en la “caída” del PSUC de 1961, y ser el lugar de nacimiento de nuestra hija Ester. 

Para hablar de la Checoeslovaquia de 1968 en el verano de 1969, y en la RDA, se me ocurrió afirmar las contradicciones inevitables en la construcción del socialismo y mi convencimiento de que para resolverlas la invasión militar soviética no era la más adecuada, y por ello la posibilidad y legitimidad de huelgas “no contrarrevolucionarias” en un país socialista. Me parecía útil, y de autoridad, mencionar los conceptos de esa cita de Lenin que de hecho asumía la huelga (la acción esencial “económica” de la clase trabajadora) para superar deficiencias en la construcción socialista en un país de poder soviético. 

Mis interlocutores, dirigentes del Partido alemán, el SDE (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands), afirmaron, poco amistosamente, que yo no entendía nada, que nunca Lenin podía haber hecho tal afirmación, lo que me llevó a indicarles que estaba tal cual en el tomo XXIII de la “Obras Completas” del gran Lenin. Probablemente los funcionarios de la RDA no las habían leído (yo tampoco), pero sí estaban en su biblioteca, junto a la que nos encontrábamos. Lo consultaron y, muy sorprendidos, lo encontraron [2]. No volvimos a hablar del tema, aunque tampoco les revelé mi secreto, cómo sabía dónde encontrar la afirmación de Lenin. Lo cierto es que lo recordaba de una referencia al tema en un librito de Roger Garaudy sobre Lenin editado por PUF en los años 60 del siglo pasado.

No sé si por este incidente de 1969 u otros posibles pecadillos de mi anterior estancia en la RDA, la Stasi, la policía política de ese país del “socialismo real”, seguía interesada en mis aventuras lejos de sus fronteras aún en 1978. De mi ficha en sus archivos conseguí hace poco algunos documentos, entre ellos uno curioso (“Quelle: ADN-Information vom 7.4.1978”), fechado pues 14 años después de mi salida del país. Dice textualmente [3]: 

ZK-Mietglied trat aus spanischer KP aus. (DPA) Vor dem Hintergrund heftiger internar Diskussionen in der spanischen KP über die “eurokomunistische” Linie Carrillos ist am Donnerstag der Austritt des ZK-Mitglieds Isidor Boix aus der Partei bekannt geworden. Der 38 jährige Ingenieur aus Katalonien gehörte dem Zentralkomitee in seiner Eigenschaft als einer der Führer der katalanischen KP (PSUC) seit 1971 an. Von 1962 bis 1964 lebte er in der DDR in Exil. Boix miessfiel seit Jharen die orthodoxe “leninistiche” Linie der PSUC, die sich auch as am vergangenen Wochenende auf einem Regionalparteitag in Barcelona gegen die Politik Carrillos durchsetze. Ingesamt sollen bis zu zhen hochgestellte PSUC-Funktionäre von ihren Posten zurückgetreten sein” [4].

Poco se ha trabajado sobre los planteamientos de Lenin en relación con el movimiento obrero como movimiento social de la clase trabajadora

Por otra parte, más allá de la exactitud o inexactitud de las valoraciones que hace la Stasi de los debates en el PCE y el PSUC, esta nota me confirma el acierto de haber salido de la RDA en 1964, para no haber acabado en la cárcel “socialista” como contrarrevolucionario.

Pero volvamos a Lenin. Las contradicciones en la construcción del socialismo y cómo resolverlas, me parece una cuestión de enorme interés más allá de la ignorancia de los dirigentes comunistas de Alemania Oriental sobre sus trabajos, así como de la teoría marxista, heredada de Hegel, de las contradicciones como motor de la historia. Y para ello ahí está este debate, nada académico, de Lenin con Trotsky y Bujarin en 1921. 

Lo que escribía Lenin en 1921, más allá de su consideración de que la “lucha de los sindicatos” no sea “de clase” cuando organizan a toda la clase obrera, señala una no secundaria contradicción en la gestión del poder soviético como elemento esencial del análisis de la coyuntura, la contradicción de los “intereses” (nada menos que “materiales y espirituales”) de la clase trabajadora y los de la “administración soviética” con sus “deformaciones burocráticas”. Una contradicción que no señala como “posible” u “ocasional”, sino como una realidad que parece apuntar como integrante de la sociedad soviética. Y asume como positiva, necesaria incluso, no contrarrevolucionaria pues, la acción organizada de la clase trabajadora, de los sindicatos, contra la administración soviética para corregir sus, parece que inevitables (reales en todo caso), deformaciones burocráticas.

Creo que la cuestión apuntada en el documento de Lenin en 1921 sobre los sindicatos debería estimular un estudio más riguroso de sus planteamientos sobre el sindicalismo y la proyección social, no sólo política, del movimiento obrero. Mucho se ha escrito sobre el “leninismo”, sobre su teoría del “partido” como “intelectual colectivo”, y sobre el desarrollo gramsciano de la teoría leninista, pero creo que menos se ha trabajado sobre los planteamientos de Lenin en relación con el movimiento obrero como movimiento social de la clase trabajadora y de las implicaciones que ello conlleva en la relación entre el “Partido” y los movimientos sociales, sobre su incidencia en el carácter unitario o no de éstos, sobre la proyección política de la acción de la clase trabajadora ... Cuestiones de enorme interés en este momento, en la construcción de nuestra historia particular y global en este Siglo XXI.

Si esta frasecita de Lenin estimula estos estudios y los necesarios debates, bienvenido sea recordarla ahora.


[1] Que nos facilitaba el Partido, cada 2 años, a l@s del aparato clandestino de la dirección, con plena dedicación al trabajo político clandestino en España. A la RDA viajé con mi compañera entonces, María Roa Borrás, y nuestra hija Ester. 
[2] Esa (“Tomo XXIII”) es la referencia que recuerdo del libro de Garaudy (y que por lo visto en 1969, coincide con la edición alemana), aunque luego, al buscarlo recientemente, un amigo me facilitó una copia en el Tomo XXXIV de las mismas Obras Completas publicadas por Akal. En esta última el documento es ligeramente distinto, con los mismos conceptos, y en la mencionada cita “la administración soviética” se ha convertido en “el aparato soviético”, lo que confirma que existen traducciones y publicaciones distintas.
[3] Blog de Isidor Boix
[4] Su traducción: “Un miembro del CC abandona el PC español. (DPA) En medio de acaloradas discusiones internas en el PC español sobre la línea “eurocomunista” de Carrillo, el jueves se conoció la dimisión del miembro del Comité Central Isidor Boix del partido. El ingeniero catalán de 38 años era miembro del Comité Central en su calidad de líder del Partido Comunista Catalán (PSUC) desde 1971. De 1962 a 1964 vivió exiliado en la RDA. Durante años, a Boix le disgustó la línea ortodoxa “leninista” del PSUC, que  también se manifestó contra las políticas de Carrillo en una conferencia regional del partido en Barcelona el fin de semana pasado. En total, hasta diez altos cargos del PSUC habrían dimitido de sus cargos”.

 

Lenin contra la burocracia soviética