sábado. 18.05.2024
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Al hilo de la reflexión abierta por el presidente del Gobierno y la necesaria regeneración democrática en nuestro país, desde Nuevatribuna queremos poner en valor el papel que juegan los medios de comunicación en un Estado de derecho como el nuestro y el deber para con la ciudadanía de dar cumplimiento al artículo 20 de la Constitución que reconoce la libertad de expresión, pero también el derecho a recibir información veraz. Lo que a priori podría parecer tan básico que no arrojara dudas sobre su cumplimiento, se está viendo sin embargo pervertido por lo que Pedro Sánchez, haciendo suyo el término acuñado por Umberto Eco, describe como la “máquina del fango” en un engranaje que va desde la política a la judicatura y de parte de la sociedad civil -redes sociales incluidas- a lo que ahora se señala como pseudo medios.

El momento no puede ser más oportuno para abrir este debate, con los medios inmersos en la nueva revolución tecnológica de la inteligencia artificial. No podemos poner en duda la libertad de los medios para elegir su ‘línea editorial’, que en el caso de Nuevatribuna es de corte progresista; pero tampoco que la prensa ‘libre’ se convierta en amplificador de bulos, mentiras, fakes news, o como prefiramos llamarlo, con fines espurios.

Es mucha la gente que nos lee porque necesita nuestro enfoque informativo y el análisis cualitativo de nuestras publicaciones

Un medio como el nuestro -el pezqueñín que llamo yo- en este océano inmenso de comunicación global, tiene, si se me permite, un importante valor añadido. Creo que así lo venimos demostrando en estos 16 años de vida. Porque siendo conscientes de que no podemos competir con grandes cabeceras en volumen de información, hemos sido capaces de mantenernos todo este tiempo con miles de lectores y seguidores en nuestras redes sociales y millones de visitas. Es mucha la gente que nos lee porque necesita nuestro enfoque informativo y el análisis cualitativo de todas nuestras publicaciones.

Vosotros, queridos lectores, sabéis muy bien cuál es el ADN de este periódico: el análisis político, tanto en el plano nacional como internacional; la lucha por la igualdad, en su más amplio espectro; el papel que juega el conocimiento de la historia en nuestro devenir actual; la causa medioambiental; la defensa de los derechos humanos: de derechos sociales y laborales; la denuncia de las desigualdades; o la cultura, como escudo contra el revisionismo, la involución, la regresión, practicadas por la derecha y ultraderecha patria y global.

En Nuevatribuna hemos dado y seguiremos dando voz a muchas causas que consideramos justas

En estas páginas escriben políticos, sindicalistas, catedráticos, juristas, historiadores, filósofos, expertos en medio ambiente, profesionales sanitarios, psicólogos, activistas, profesores, economistas, personalidades del mundo de la cultura y las artes. Y no solo. Nuevatribuna no cierra nunca sus puertas a otras personas, representantes de colectivos y movimientos sociales como el laicismo, memorialista, feminista, militar… y un largo etcétera.

Y sí, nos declaramos antifascistas con alma republicana, pero ante todo demócratas. No olvidamos la etapa más negra de nuestra reciente historia como país: la dictadura. Yo misma soy nieta y sobrina nieta de tres represaliados por el franquismo, con lo que ello supuso de secuelas para dos familias y sus descendientes. Como yo, muchos miles de españoles, que no vamos a manifestarnos frente a sedes de asociaciones ultras que no hacen más que esparcir odio y violencia y lanzar cruzadas contra las leyes de memoria.


APORTACIONES A NUEVATRIBUNA


En Nuevatribuna hemos dado voz a muchas causas que consideramos justas. En nuestros 16 años de camino no hemos tenido reproche alguno sobre el contenido de nuestras publicaciones, al margen claro está de lo que opinen, muy legítimamente, los que se encuentran al otro lado del espectro ideológico. Sí hemos sufrido una denuncia por el derecho al olvido en la causa contra el poeta Miguel Hernández, y sobre la que recientemente se pronunció el Tribunal Supremo. Desgraciadamente no somos ajenos a algunos de los ataques habituales en redes sociales, pero siempre desde perfiles anónimos, oscuros, que no se atreven a dar la cara. Algunos de nuestros articulistas también han sido víctimas de ello. Y no por eso nos hemos lanzado al acoso y derribo del contrario. Tampoco nos hemos rendido, porque como bien recordada en estas mismas páginas la escritora Carmen Barrios, ‘Resistir es vencer’ que diría Juan Negrín. 

Y ahí seguimos. Con mucho esfuerzo para mantener a flote el barco.

Nunca hemos recibido ni un euro de publicidad institucional, a diferencia de otros ‘peces’ grandes, lo que nos permite afirmar con rotundidad que somos absolutamente independientes

Queridos lectores, vosotros tenéis que saber que este periódico se financia casi exclusivamente por la publicidad, también por un acuerdo de colaboración con el diario Público. Hasta hace poco, el monto total de ingresos servía para cubrir las necesidades básicas del periódico, para nada más. Nunca hemos recibido ni un euro de publicidad institucional, a diferencia de otros ‘peces’ grandes, pese a que nuestra audiencia y nuestros lectores tienen tanto valor como los suyos. De ello se está hablando también mucho estos días, en particular de las transferencias -poco éticas, digamos- de dinero público de gobiernos autonómicos y locales a medios ‘afines’, con poco control, dinero a la carta. En nuestro caso no ha sido así, ni oficial ni oficiosamente, lo que nos permite afirmar con rotundidad que somos absolutamente independientes.

La independencia económica es clave para el prestigio de un medio de comunicación. En nuestro caso, lo venimos sosteniendo, pero la caída de anunciantes en los dos-tres últimos años no está haciendo cada vez más difícil mantener vivo el proyecto. Por ello, nos hemos sumado, como muchos otros medios, a una campaña de suscripciones, una aportación anual con la que poder sostener esta cabecera, y a la que os pedimos os hagáis partícipes.

La pregunta ahora es para vosotros, lectores: ¿Creéis que merece la pena Nuevatribuna? ¿Pensáis necesaria la continuidad de este proyecto? ¿Sirve este periódico a la causa general de la lucha contra la desinformación y la defensa de los valores que como sociedad debemos cumplir en favor de la decencia democrática y la honestidad profesional?

Preguntas abiertas para todos vosotros… Y una invitación a que os suméis. Pero, sobre todo, lo fundamental: confiamos en que sigáis leyéndonos (nos mantenemos en abierto), esa es la mejor gratificación a nuestro trabajo, no lo dudéis.

Gracias por seguir ahí.

Isabel García
Directora de Nuevatribuna

El valor de Nuevatribuna. (Carta a sus lectores)