jueves. 28.03.2024
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Escultura de Sócrates

En mi artículo en Nuevatribuna de 1 de mayo de 2021 me refería al principio de incertidumbre de Heisenberg, que establece que es imposible conocer simultáneamente la posición y la velocidad del electrón, y por tanto, es imposible determinar su trayectoria. Es decir, que la simple observación de un echo altera su naturaleza. En la pandemia Covid 19, esto se traduce en que todas las predicciones, se ven influidas por la información que difundimos y por las predicciones que hacemos. Todos debemos lidiar con la incertidumbre de lo que ocurrirá.

Hoy quiero reflexionar en como afrontar la incertidumbre desde otro paradigma filosófico, el estoicismo. Este pensamiento de Séneca, que junto con Epicteto y el emperador Marco Aurelio son los principales representantes de esta corriente filosófica, pensamiento que enuncia hay que enfrentarse a los miedos para lograr serenidad, y por ende, una vida feliz. Este es uno de los principales postulados del estoicismo.

Los estoicos entendían las pasiones o emociones de esta manera: Proponen centrarse en las emociones negativas, aprendiendo a lidiar con ellas. Séneca en su ensayo sobre la ira, nos propone enfrentar este sentimiento o emoción, ante algo malo que le ocurre a la persona. Séneca propone cambiar de opinión al respecto, refiere este filósofo que los hombres no son perturbados por las cosas, sino por sus opiniones sobre ellas. Las opiniones sobre las cosas son las que determinan si nos van a molestar o no. De ahí que la misma cosa influya de forma tan diferente a diferentes personas. Así en la Covid 19, el tema de la vacunación es para unos la única esperanza y para otros una fuente de angustia por sus posibles efectos secundarios, varia la opinión, la vacuna es la misma.

La búsqueda del autocontrol es otro de los paradigmas de esta corriente filosófica: “las cosas que están bajo nuestro control son nuestros juicios, opiniones y valores que decidimos adoptar, y lo que no está bajo nuestro control es todo lo demás, esto se denomina dicotomía del control. En la Covid 19 podemos influir en nuestro cuerpo con una dieta y una vida saludable, pero el cuerpo no está bajo nuestro control y puede contraer el virus. Por tanto, si las únicas cosas que están bajo control son nuestros juicios, opiniones y valores, es en ellos en los que nos debemos centrar. Los estoicos no proponen una ausencia de emociones, sino el control de las mismas. Si nos centramos demasiado en lo que escapa a nuestro control, difícilmente se conseguirá lo que  depende de nosotros. La primera fuente de insatisfacción es que la felicidad dependa de las cosas que se escapan a nuestro control.

Si aplicamos estas propuestas estoicas a la pandemia tendríamos dos categorías, las que se pueden controlar y las que no se puede. Entre las que no son controlables está: el virus mismo, las medidas de las autoridades sanitarias y del gobierno, lo que pasará en el futuro, condiciones excepcionales de trabajo, las noticias de las redes sociales y bulos. Entre las que son controlables: nuestras acciones, el cumplimiento de las normas higiénicas y epidemiológicas, limitar y ser crítico con las noticias de las redes sociales, buscar nuevos entretenimientos en casa, dadas las limitaciones de movilidad. Actitud positiva y solidaria con los demás, es decir, ver los problemas a través de los ojos de los otros también. Esforzarse por intentar ver lo que nos ocurre a través de los ojos de un tercero reducirá su impacto, y por supuesto vacunarnos.

Por último, esta reflexión: ”cada uno de nosotros tiene la capacidad de decidir que haremos frente a la pandemia, podemos enojarnos o quejarnos, pero esto no va a resolver absolutamente nada”. 

El estoicismo: una filosofía para sobrevivir al caos del Covid19